Expertos en medicina legal presentados por la defensa del guardia civil jubilado al que se juzga por homicidio en Las Palmas de Gran Canaria han cuestionado este miércoles la tesis de muerte violenta de su presunta víctima que plantea su autopsia oficial, que sostienen que no es del todo concluyente.

En una confrontación de peritos de acusación y defensa organizada en la tercera jornada de ese juicio respecto a si el fallecimiento que originó esta causa tuvo o no causas naturales, el doctor Carlos López de Lamela, que durante años fue director del Instituto Anatómico Forense de Las Palmas, ha dicho que los resultados de la autopsia "no permiten afirmarlo, pero no permiten descartarlo".

Por ello, ha pedido "ser prudentes" al tomar decisiones sobre si esa muerte fue realmente responsabilidad del acusado, Pedro Tomás S.G., de 69 años, en contraposición a las palabras de una de las dos autoras de la autopsia, la doctora Ana Fernández, que ha asegurado que "existen suficientes razones para decir que no fue natural".

En favor de su postura, Ana Fernández ha argumentado que los exámenes y las pruebas practicados a los restos de la supuesta víctima del guardia civil retirado, Elvis Fernando García Almeida, de 24 años, demuestran que sufrió una parada cardiaca inducida por una asfixia que su oponente le habría producido durante una pelea que ambos mantuvieron, conforme a su relato.

Y ha precisado que la autopsia llevó a sus autoras a la conclusión de que el joven murió a resultas de "una asfixia mecánica", término que ha explicado que consiste en "una falta de oxígeno provocada por una causa externa".

Esa falta de oxígeno se habría debido, de hecho, a que Pedro Tomás habría sometido a su contrincante, en primer lugar, a una estrangulación, apretando su cuello entre su brazo y su antebrazo, para luego tirarlo al suelo y apretar contra él su cara, impidiéndole respirar, de acuerdo a su exposición.

En la cual ha mostrado, como pruebas, fotos en que se apreciaba que a la víctima le quedaron marcas en el cuello del cordón de una sudadera que llevaba, sufridas por efecto de la presión ejercida al estrangularle, y que presentaba en sus vías respiratorias restos de tierra inhalados, según ella, cuando tenía el rostro comprimido en el fondo del barranco del Salto del Negro, donde murió en 2011.

Todo ello ha sido rechazado por Carlos López de Lamela, quien, basándose en análisis que efectuó del reportaje fotográfico y de los informes emitidos a raíz de la autopsia, en la que no participó directamente debido a que actualmente trabaja en el sector privado tras dejar su puesto en el Instituto Anatómico Forense, ha insistido en que la de Elvis Fernando pudo ser una muerte de causas naturales.

Causas entre las que ha citado, como posibles, una arritmia o un infarto, que ha opinado que pudo sufrir el fallecido debido al esfuerzo de la pelea, que se prolongó durante media hora o más, o como consecuencia de hipotéticos factores de riesgo de padecer una muerte súbita que tuviera de manera congénita, los cuales ha admitido, en todo caso, que no es posible verificar.

Puesto que no se estudió el historial clínico de la víctima y, al hacerle la autopsia, no se le efectuó un análisis de enzimas que en ese momento habría permitido establecer esa tesis, de ser cierta, ha sostenido.

Ana Fernández ha reiterado, sin embargo, su desacuerdo con sus afirmaciones y ha desechado incluso la idea del análisis de enzimas citado por López de Lamela, que ha asegurado que se efectuaba tiempo atrás pero dejó de hacerse porque "se vio que no era significativo".

Las declaraciones de los forenses de una y otra parte han sido seguidas por los miembros del tribunal jurado que deberá establecer si el guardia civil jubilado es o no culpable de homicidio, quienes han llegado a formular varias preguntas a los peritos, después de que les interrogaran los representantes de la fiscalía, la acusación particular y la defensa presentes en este juicio.