La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Puerto Los pecios de la capital (III)

Pánico en la bahía

El 'Ciudad de Málaga' se hundió en 1936 después de que sus pasajeros fueran rescatados - Un barco inglés lo embistión cuando salía de La Luz

El barco 'Ciudad de Málaga', en un puerto del Archipiélago. FEDAC

El buque de Trasmediterránea Ciudad de Málaga zarpó del Puerto de La Luz la noche del 8 de enero de 1936 con dos horas de retraso. Lo hacía sobre las dos de la madrugada en dirección a Santa Cruz de Tenerife. Cuando cruzó el dique de abrigo, la motonave fue embestida por el barco inglés Cape of Good Hope. Más de un centenar de personas iban a bordo, logrando todas ellas salvar sus vidas en medio de imágenes de pánico antes de que la embarcación se hundiera frente al Campo de España, en la actual calle Juan XXIII.

El capitán Agustín Espino Ruiz iba a los mandos del barco que realizaba la ruta interinsular. En su interior viajaban 78 pasajeros y 41 tripulantes. Muchos de ellos dormían a esa hora de la noche cuando el viaje apenas acababa de comenzar. Todo se produjo en la salida de la bahía de la capital. Ambos buques fueron avisados para evitar la colisión, aunque las indicaciones se dieron sin éxito. El Ciudad de Málaga recibió un golpe por el costado de babor izquierdo, ocasionándole una vía de agua que de inmediato inclinó la nave iniciándose el hundimiento.

El capitán viró hacia el interior del Puerto, al tiempo que avisaba con la sirena para recibir ayuda. La intención era acercarse a la costa para evitar víctimas. Los pasajeros fueron avisados de la situación y corrieron hacia la cubierta, según la información recabada por la Asociación Canaria de Coleccionistas Marítimos (Accomar). "Los sesenta pasajeros que viajaban a Tenerife se hallaban casi todos durmiendo", publicaba en su día el Diario de Las Palmas. "El golpe, que repercutió profundamente en todos los camarotes, puso en terrible sobresalto al pasaje. (...) Entre estos se movían algunos heridos, con la cara ensangrentada, y las mujeres, presas de violentas crisis nerviosas", añadía la crónica.

Al lugar acudieron varias embarcaciones, entre ellas el remolcador España, con el práctico Torrens a los mandos, según se indica en el libro Historias de los accidentes marítimos en Gran Canaria (1880-1936), de Jesús Martínez Milán, y también el Gran Canaria de la casa Miller. Aunque la situación en vez de mejorar empeoró con un apagón debido al agua que inundaba la sala de máquina.

La cooperación hizo que se pudiera rescatar a todos los ocupantes. Sin embargo, los primeros en ponerse a salvo, las mujeres y los niños, lo hicieron a través de los botes salvavidas, a donde se subieron mientras veían cómo el barco se hundía. Otros incluso se lanzaron al agua ante la tardanza de las embarcaciones de ayuda. El último en desembarcar fue el capitán Agustín Espino, que salió del buque con una contusión en la ceja.

Una vez puestos a salvo todos los ocupantes, los trabajos se centraron en aproximar el Ciudad de Málaga a la costa para proceder a embarrancarlo. Las falúas y remolcadores lo acercaron hasta la playa de Lugo, frente al antiguo Campo de España, donde finalmente se hundió. Cuentan las crónicas que el motor principal, un MAN a diésel de 2.200 cv, fue recuperado para instalarlo en el Castillo Andrade.

El hundimiento no se salvó de polémica. Por un lado, los pasajeros se quejaron de "haber sido abandonados en estado lamentable por el muelle de Santa Catalina", publicó el Diario de Las Palmas. Estos además perdieron todas sus pertenencias sin derecho a indemnización. Y también los talleres navales pusieron la voz en el cielo en febrero cuando se conoció que la motonave iba a ser reflotada y remolcada a Gibraltar o Valencia para su reparación. Las empresas de La Luz entendieron que su traslado suponía un riesgo y que los trabajos se podían realizar en el Puerto. Esto además aliviaría el desempleo que había en el sector justo antes del inicio de la Guerra Civil pocos meses después.

Por su parte, el Cape of Good Hope, que atropelló al buque de pasajeros aquella madrugada de enero, corrió años después la misma suerte. El 11 mayo de 1942, el buque fue torpedeado por el submarino U-502, lo que produjo su zozobra al noroeste de las Islas Vírgenes, en el mar del Caribe. El bote salvavidas, con el primer oficial y 19 supervivientes más, arribó 18 días después a la localidad dominicana de Puerto Plata.

Compartir el artículo

stats