El acusado Manuel R. N. se enfrenta a 13 años de prisión y 20 de alejamiento de su exmujer por un delito de asesinato en grado de tentativa y alevosía por intentar degollarla con un navaja en una discoteca de la avenida marítima de la capital, cuando ésta estaba con unos amigos. Así lo solicitaron ayer la Fiscalía y la acusación particular, tras el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Las Palmas. La defensa, por su parte, pide tres años, por determinar que los hechos son solo un delito de lesiones, ya que el hombre no pretendía acabar con su vida.
Se da la circunstancia de que en el momento en que ocurrieron los hechos - noviembre de 2014- el acusado, que no convivía desde hacía meses con su mujer, tenía una sentencia de alejamiento de 20 meses, dictada por un juzgado de Guía, por un delito de amenazas. El hombre está en prisión desde entonces.
Los hechos que se juzgaron ayer tuvieron lugar en la discoteca Treinta y Tantos, de la avenida marítima, la madrugada del 9 de noviembre de 2014. Esa noche, la mujer estaba sentada en una mesa con unos amigos cuando, de repente, vio a su expareja, que había acudido a la capital desde Guía y se había tomado un whisky y unas cervezas, pasar frente al grupo. La víctima se puso nerviosa y avisó a sus acompañantes de que su ex estaba allí, mientras buscaba el móvil para llamar al 112. En un instante lo perdió de vista y pensó que se había marchado cuando, de repente, notó que alguien, por detrás, la agarraba del cuello y la tiraba.
Un amigo de la víctima logró quitarle al agresor de encima y fue entonces cuando se percató de que era su ex y de que le había hecho dos cortes en el cuello. Las amenazas verbales contra la mujer continuaron a las puertas de la discoteca cuando ésta esperaba la asistencia médica y se personaba la policía.
La mujer señaló que durante su vida conyugal había recibido amenazas, pero que no llegó nunca a denunciarle, porque él la había amenazado con atentar contra ella y su hijo. "A los dos meses de embarazada me tiró a la cama porque decía que el hijo no era suyo", relató.
La forense indicó en el juicio que una de las heridas, de carácter profundo aunque no hubo necesidad de puntos de sutura, podía haber originado la muerte de la mujer, ya que se hallaba en una zona donde están la traquea y la vena carótida.
El abogado de la víctima, Juan Jesús Rodríguez Rodríguez, ratificó la pena que pidió la Fiscalía de 13 años de prisión y 20 años de alejamiento, además de una cuantía económica por daños físicos y morales. El letrado subrayó que el acusado estaba obsesionado con causar daño a su ex y que planificó la agresión, ya que llevaba una navaja, además de actuar por la espalda.
La abogada defensora dijo que no hubo intención de asesinar; entre otras cosas porque las heridas fueron superficiales.
