Un entrenador de fútbol de categorías inferiores de Gran Canaria aceptó ayer ser condenado a 25 años de cárcel por haber abusado sexualmente de ocho chicos de su plantilla de entre 12 y 15 años, tras declararse culpable de esos cargos ayer por la mañana ante la Audiencia de Las Palmas.

Los hechos fueron juzgados, a puerta cerrada, en una vista abreviada en la que el entrenador José Ángel G. F., de 39 años, confesó que en 2011 y 2012 mantuvo relaciones sexuales con tres de los chicos e hizo tocamientos en los genitales a otros cinco, con la excusa de darles un masaje en las piernas, según confirmaron a Efe fuentes de la defensa del club implicado en los hechos.

José Ángel G. F. reconoció ante el tribunal que se ganaba la confianza de sus víctimas con halagos y con invitaciones a pasar fines de semana de supuesta preparación deportiva con él en un apartamento del sur de Gran Canaria, donde tuvieron lugar parte de los delitos más graves (felaciones y penetraciones). En otras ocasiones, el procesado abusaba de los chicos en los vestuarios del club o en su coche, en lugares poco frecuentados, o les pedía que le enviaran al móvil fotos suyas desnudos.

Prostituirse para un amigo

También admitió que a tres de los menores les propuso prostituirse para su conocido Carmelo Jesús E. S., de 52 años, también acusado, quien ayer se declaró culpable de un delito de prostitución de menores y aceptó dos años y me- dio de cárcel.

La sección segunda de la Audiencia de Las Palmas dictará en los próximos días condena en los términos pactados por la Fiscalía con las defensas, que incluyen sustanciosas indemnizaciones a favor de los menores afectados por los abusos: 154.000 euros en total, de los que deberá responder de forma subsidiaria el equipo en el que José Ángel G.F. ejercía como entrenador de infantiles, cadetes y juveniles (un club de barrio de la capital).

El procesado también aceptó, como proponía el Ministerio Fiscal, someterse a terapias de educación sexual para pederastas durante seis años y a no poder desempeñar ninguna tarea en la que tenga bajo su tutela a menores durante 25 años.