La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Club LA PROVINCIA Historia del transporte colectivo

El viaje de la ciudad

El Club LA PROVINCIA acogió anoche una conferencia del ingeniero Luis Cabrera sobre la evolución del transporte público en la capital

Siete carruajes tirados por caballos. Era el volumen de vehículos que tenía en 1865 la primera compañía de transporte público que se abrió en Las Palmas de Gran Canaria, de apenas 15.000 habitantes y con la mayoría de sus calles de tierra. La empresa privada llevaba, como no podía ser menos, el nombre de La Primera. Así lo recordaba ayer el ingeniero industrial y director de producción de Guaguas Municipales, Luis Cabrera Hernández, durante la conferencia que impartió en el Club LA PROVINCIA sobre la historia del transporte público de la ciudad, en la que mostró algunas imágenes de los vehículos que han circulado por las vías de la ciudad.

Cabrera es todo un experto en la evolución que ha experimentado la movilidad en Las Palmas de Gran Canaria. No en vano ha estado ligado al sector del transporte de viajeros desde que nació en 1954. Su abuelo fue conductor de uno de los antiguos carruajes y su padre empleado de Jardineras-Guaguas, el nombre bajo el que se agrupó todo el gremio de pasaje en 1929, y origen, con el devenir, de Guaguas Municipales. Cuando estudiaba ingeniería industrial entró a colaborar a principios de los 70 en el primer estudio que hizo el Ayuntamiento sobre movilidad y, a partir de ahí, se quedó en la empresa hasta ocupar hoy el puesto de director de producción. Es el autor de Guaguas, historia de una ciudad (2003), el único libro escrito por el momento en la materia, y de un importante archivo fotográfico y documental.

En 1890 se puso en circulación en primer tranvía de vapor que partía desde la calle Mendizábal, donde hoy se encuentra la Real Sociedad Económica de Amigos del País, hasta el antiguo muelle de Santa Catalina, mientras otro ramal llegaba hasta el viejo puerto, situado en la bahía de La Isleta.

El tranvía tenía primera, segunda y tercera categoría, y dejaba una densa hilera de humo a su paso por la ciudad. La locomotora convivía entonces con las tartanas, carros y carruajes, principales medios de locomoción en los que se movía la ciudadanía ya que apenas había automóviles.

El último año de siglo se inauguró en la capital la luz eléctrica y en 1910 llegó el tranvía eléctrico. El nuevo sistema de transporte también tenía primera y segunda clase y circuló desde la calle Colmenares hasta el mercado del Puerto.

El tranvía eléctrico comenzó a decaer a partir de 1935 ante la falta de combustible y de material que impuso a las Islas el racionamiento, primero de la I Guerra Mundial, y, después, de la Guerra Civil. El vehículo dejó de funcionar en 1937 y hasta el tendido eléctrico se desmontó para fines militares, según cuenta Cabrera. En ese año, el gremio de transportistas firma un acuerdo con el Ayuntamiento para prestar el servicio de transporte colectivo a la ciudad.

La locomotora volvió a resurgir en los años 40. De aquella época es la conocida Pepa, que la ignorancia y la desmemoria popular ha instalado erróneamente en plena calle de Triana, en cuyo piso se ven hoy unos antiguos raíles, y que discurría por la línea del eléctrico. Así lo indica Cabrera, quien subraya que se trata de las líneas del primer tren de vapor y no los del añorado tren "que no fue más que una locomotora a vapor que se utilizaba para transportar escombros en el muelle y que se alquiló como servicio de transporte urbano por el Ayuntamiento". Y que circuló por donde el viejo tranvía eléctrico. Su uso apenas duró unos años.

Desde esa fecha hasta la aparición del tren vertebrador en 1974 con el boom turístico de la ciudad, -la intención era conectar ésta con Maspalomas- el tranvía pasó al recuerdo y la guagua se impuso en el transporte de viajeros. El tren vertebrador también se quedó en un sueño, aunque se hicieron pruebas para su construcción.

El gremio de transportistas Jardineras-Guaguas tuvo el monopolio durante los años 50 y 60; de aquellas época provienen los vehículos de dos plantas compradas a la compañía londinense de transporte. Pero el servicio era un caos a finales de los 70 en una urbe en plena expansión y con una ciudadanía que demandaba más y mejor servicio. La empresa no podía hacer frente a gastos, salarios y la modernidad que imponía la ciudadanía y los conflictos laborales estaban a la orden del día.

No había llegado la democracia cuando el alcalde Fernando Ortiz Wiott tomó la decisión de rescatar la concesión de la rutas, y en 1977, con Manuel Bermejo al frente el Ayuntamiento y Juan Rodríguez Doreste como primer teniente de alcalde, de municipalizar el servicio. Fue todo un acierto para la ciudad, aunque un gran coste para las arcas municipales, aseguró Cabrera. En 1985 nacía Guaguas Municipales.

La última gran transformación del servicio ha sido en 2013. En ese año se reorganizaron las líneas, se compraron vehículos articulados y se mejoró el servicio con las nuevas tecnologías.

Compartir el artículo

stats