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El ágora del bien común

La Económica cumple 240 años como espacio de pensamiento y debate - En sus salones se puso el germen de la ULPGC o el aeropuerto

El ágora del bien común

Casi dos siglos y medio de historia al servicio de la sociedad y de sus inquietudes e intereses. La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, la entidad sociocultural más antigua y de vida ininterrumpida de toda Canarias, celebra mañana su 240 aniversario en un evento que tendrá lugar en el salón de actos de la institución a las 18.30 horas y que será presidido por Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias. "No hacemos una celebración, simplemente es un recuerdo más, y la idea es seguir abriéndonos a la sociedad para ver lo que puede necesitar o interesarle", explica Tomás Van de Walle, el actual director de la Económica.

La institución, una de las primeras Reales Sociedades de toda España, fue fundada por el obispo Cervera en 1776, siguiendo las indicaciones del Gobierno de Carlos III. Este tipo de asociaciones de la sociedad civil fueron creadas en más de 50 localidades de todo el territorio español, con el objetivo de promover el desarrollo económico y la cultura y educación básicas.

Este tipo de política y actividad en la sociedad continuó durante todo el siglo XIX, si bien el Estado creció en servicios y en capacidad de acción. Por eso, estas asociaciones, que auxiliaban al Gobierno, van perdiendo esa primera función y adquieren una de estímulo, de tal manera que se convierten en emplazamientos donde se promueven causas cívicas y debates culturales y políticos sobre los problemas locales.

De entre las distintas personalidades que han estado al frente de la institución, Tomás Van de Walle destaca a dos. A finales del XVIII y principios del XIX, durante un total de 23 años, José Viera y Clavijo fue director de la entidad. Intelectual de primera categoría, historiador, ensayista y químico, fue el primer hombre que voló un globo en España. Para Van de Walle, Viera y Clavijo es un ejemplo de integridad intelectual y ética, y su servicio a los ciudadanos es lo que ha pervivido; por eso le interesa "recordarlo continuamente", apunta.

Y a finales del siglo XIX estuvo al frente Gregorio Chil y Naranjo, quien también fue fundador del Museo Canario. "Él marcó el nivel de la Real Sociedad Económica, que es la apertura intelectual a todas las ideas y a todas las orientaciones éticas, políticas e intelectuales, y en la práctica permanente de la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. Esa es la esencia del trabajo de la Real Sociedad Económica", aclara Van de Walle.

En el siglo XX ocurre algo parecido que en el XIX, y la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria se va convirtiendo en una entidad que no proporciona servicios por sí misma, si bien hay algún que otro intento, como promover la reforestación, para lo cual monta un vivero forestal. Pero los recursos organizativos, administrativos y financieros de los gobiernos crecen enormemente a lo largo del siglo, con lo cual la sociedad se adentra en el ámbito de la promoción de las ideas, de los debates y de señalar cuestiones que necesitan ser cambiadas. "Esto hace que participe en la División de la provincia, que es una alianza de fuerzas cívicas y políticas en la Isla, así como en la política de desarrollo y fomento del Puerto de La Luz", agrega el actual di2rector.

La Real Sociedad Económica ha promovido, a lo largo de su historia, muchos de los grandes proyectos que se han acometido en la Isla. Entre ellos resaltan la Escuela de Dibujo y la posterior colaboración en la creación de la Escuela de Artes Decorativas Luján Pérez; la importación de la primera imprenta de Gran Canaria, que se puso en funcionamiento en 1801 y que hoy custodia el Museo Canario; la promoción de la implantación del cultivo de la cochinilla, que se extendió en la Isla a partir de 1826; la solicitud de establecimiento en Gran Canaria de la primera fábrica de tabaco en 1861; la creación del Instituto General Técnico en 1916; el restablecimiento de la Escuela de Comercio en 1913; o la contribución a la creación y desarrollo del Aeropuerto de Gando, en 1927. Asimismo, cabe destacar también que en los inicios de la Democracia la institución colaboró con el que fuera alcalde de la capital, Nicolás Díaz Saavedra, en la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

En la actualidad, la causa cívico-política más importante de la institución es la reforma del sistema electoral. "A nosotros no nos corresponde elaborar un proyecto de sistema electoral, porque no somos un partido político; lo que decimos es que el sistema electoral nacido con el autogobierno de Canarias no se corresponde con la realidad del Archipiélago, con lo que habría que llevar a cabo una apertura al pluralismo político, es decir, bajando los topes, y hay que dar una respuesta al hecho de que no haya una mejor representación política", señala Van de Walle. "Esa es nuestra posición", agrega, "no estamos alineados con ningún partido político, pero coincidimos con todos en este tema. Pero es una aspiración que no está realizada, y hasta que no lo esté, nuestro trabajo no está terminado".

Tal y como indica el actual director, no son estos los únicos terrenos en los que se encuentra desarrollando su actividad la entidad: "Nos hemos inscrito como ONG para el desarrollo, y estamos promoviendo debates sobre la cooperación al desarrollo; estamos promoviendo, con la ayuda del Cabildo de Gran Canaria, la difusión sobre los conocimientos de la arqueología en la Isla; y hemos celebrado ciclos sobre el tema de las prospecciones petrolíferas y otro sobre el tema de Cataluña", cuenta. "Y trabajamos con el Instituto de Estudios Estratégicos de España con temas de la cultura de seguridad y defensa, porque entendemos que es una necesidad, porque el Archipiélago es una zona pequeña de España lejana del conjunto del territorio, y como tal tiene unas necesidades específicas en defensa y seguridad, y al respecto se genera un debate del que la sociedad debe formar parte", indica.

Bajo su punto de vista, en la sociedad democrática actual, con el nivel educativo y de información que existe, la defensa del bien común no es exclusiva de las administraciones públicas, si bien estas tienen el legítimo y democrático deber de realizar esta labor. "Entidades como la Real Sociedad tienen la posibilidad de defender el bien público", considera.

Van de Walle, que lleva desde 2010 como director, describe su etapa al frente de la entidad como "interesante", en especial gracias que "partía de una posición buena", puesto que los anteriores directores habían dejado a la sociedad en una situación "magnífica" de presencia pública y de responsabilidad. "El trabajo que yo he hecho es seguir abriendo a la Real Sociedad Económica a la realidad actual", puntualiza, "pero nosotros no nos guiamos por la actualidad, sino por el presente, tratando de detectar cuáles son las tendencias, para poder ofrecer ideas válidas y útiles, y con cierta duración en el tiempo. Muchas veces, las entidades no se fijan, sino que van a lo más inmediato, a lo que resuena más".

El director reconoce que todavía les quedan aspectos de la realidad por tratar, como los problemas sociales surgidos durante la crisis, un aspecto que lamenta no haber podido abordar aún.

De momento, no puede más que congratularse de todos los éxitos logrados a lo largo de estos 240 años. Y no cabe duda de que la relevancia histórica y cultural de esta efeméride no solo atañe a la asociación en sí, sino también a Gran Canaria en particular y al Archipiélago en general.

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