Incertidumbre y malestar general. Con estos adjetivos definieron ayer los taxistas entrevistados la situación provocada por la suspensión cautelar del sistema de libranza implantado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Independientemente de su posicionamiento a favor o en contra de los dos días libres, los profesionales coincidieron en que, además de "no saber qué va a pasar", esta medida impuesta por orden judicial el pasado martes va a "empeorar" el ambiente entre los compañeros del sector, que ya de por sí está dividido ante la decisión del Consistorio. Por su parte, el gobierno tripartito tiene hasta el próximo lunes para presentar alegaciones ante de la resolución judicial.

El periodo de prueba de las jornadas de descanso comenzó el pasado lunes, cuando 410 licencias quedaron fuera de circulación. Tan solo un día después el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número cinco paralizó la resolución municipal para estudiar el recurso presentado por un grupo de 64 titulares del taxi. En el auto, dictado por el magistrado Ángel Teba, no se recoge ninguna valoración sobre la legalidad de la propuesta de libranza, y tan solo acepta la medida "cautelarísima" que han pedido los taxistas ante la posibilidad de que se produzcan daños irreparables.

Ante la decisión judicial, el portavoz del grupo Popular, Juan José Cardona, solicitó ayer al Gobierno local que "asuma las consecuencias de su improvisación" y rectifique en cuanto al reglamento que publicó en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) "sin previo aviso a los profesionales del sector y sin consenso". Cardona aseguró que la suspensión cautelar "es un aviso del Juzgado de que las cosas no se han hecho bien ni en cuestión de formas, ni de fondo". Para el edil de la oposición este es el momento para que la corporación liderada por Augusto Hidalgo retome el diálogo con los profesionales del taxi para alcanzar una solución "consensuada y no impuesta con más del 90% del sector en contra".

Entre los taxistas que se muestran contrarios a la implantación de los dos días de libranza se encuentra Héctor Salvador Quesada. "Para mí es una medida horrible que crea esclavos que trabajan más horas para hacer el mismo dinero".

Y es que según afirmó este autónomo, los dos únicos días que estuvo en vigor el periodo de prueba de los turnos de descanso, a él, no le salían "las cuentas". En lo que a la suspensión del sistema de libranza se refiere, se mostró comprensivo en cuanto a la motivación de los promotores de la misma, si bien está seguro de que "esto va a causar peor ambiente en el sector".

Para T.M.F. la acción llevada a cabo por alguno de sus compañeros se debió "tomar antes" y no una vez puesta en marcha la normativa municipal. "Se ha hecho así porque muchos de ellos ya tienen su clientela fija", apuntó. Con tres décadas a sus espaldas en el gremio, se mostró a favor de la libranza. Eso sí, quedó claro que hay que modificar el sistema de turnos. "Lo suyo sería librar un día de lunes a viernes y el otro en fin de semana, porque también tenemos derecho a ver a nuestras familias".

En este aspecto coincidió Juan Peñate, quien lleva 26 años al volante como autónomo y apoya las dos jornadas de descanso, siempre y cuando "cambie el calendario". Precisamente a él le tocó librar el pasado lunes. "Para mí fue un día normal y corriente", aseveró. No obstante, desde su punto de vista es necesario que el sistema de libranza se prolongue durante algo más de tiempo para poder valorar si el resultado es positivo o no.

"Hay que probar", apostilló a pesar de que no cree que con esta medida se logre regularizar el sector. "Cada autónomo es como una empresa individual que tiene sus propios intereses". En lo que a la suspensión se refiere se mostró a favor del derecho que tienen todos los compañeros a dar su opinión aunque no negó el hecho de que hasta que no haya una sentencia se vivirán días de incertidumbre.