Unas horas antes de que se cerrarán las mesas de votación el Real Club Náutico era un hervidero de gente. Numerosas familias y amigos disfrutaban en el restaurante y en la terraza de cenas o de unas copas, mientras los últimos votantes de los 5. 445 con derecho a elegir a la nueva junta directiva de la entidad centenaria aparecían a dejar su papeleta.

Los candidatos, que llevaban desde primera hora de la mañana en el Náutico mostraban su satisfacción por la alta participa-ción de los socios en estas elecciones. El arquitecto Adolfo López vestido con corbata roja y bufanda. Sin ella el ex directivo regio- nal de banca, Fernando del Castillo. Y con sus tradicionales tirantes y en mangas de camisa, el inspector de Hacienda, Javier Sánchez-Simón.

El buen ambiente reinaba en el club. El mismo que ha habido entre los tres contrincantes durante estas elecciones, después de que Óscar Bergasa anunciara en noviembre del año pasado que se marchaba. Ni broncas, ni descalificaciones pactaron los tres postulantes, que ayer dieron un margen de un cuarto hora más sobre la hora prevista de cierre de las urnas para que nadie se quedara sin ejercer su derecho. Los que estaban allí seguían miraban de vez en cuanto a la pantalla telemática que se había instalado a la entrada del salón Doramas para ver cuánta gente había participado en las elecciones. A las ocho de la tarde, un cuarto de hora antes del cierre, el 32, 21% del electorado con derecho a voto había ejercido ya su voto. En total, 1.740 votantes.

El arquitecto técnico Adolfo López se mostraba muy satisfecho por la participación tan alta antes de conocer su derrota, que siguió al igual que Del Castillo desde el minuto cero sentado en el salón Doramas, al lado contrario de su oponente más directo. Incluso se atrevió a decir que "la famosa fractura social que hay en el club", en clara referencia a los expedientes a 34 socios por criticar la labor de la junta directiva presidida por Óscar Bergasa, se había eliminado con el buen ambiente que reinó el martes, cuando los tres candidatos pidieron el voto por última vez a sus votantes, y ayer en las elecciones. "Gane quien gane todos vamos s arrimar el hombro para que el club vuelva a ser lo que era", dijo.

Javier Sánchez-Simón también se mostró satisfecho por cómo habían respondido los socios a las elecciones "teniendo en cuenta que se trataba de un día de diario y la escasa difusión que he tenido el tema en los medios de comunicación", pero su cara era más de caballo perdedor que de gana-dor. Tal es así que no siguió con tanta expectación como sus oponentes el recuento de votos. Fue el primero en felicitar a Del Castillo, mucho antes de que se hiciera público incluso la cuarta y última mesa electoral.