¿Trasnochó anoche?
¡Que va! Soy un hombre que me recojo pronto. Estuve cenando con el equipo en el club, pero me recogí sobre las doce, desde bien temprano ya estoy ya trabajando.
Ganó por diez votos a Adolfo López.
Fue muy reñido; más de lo que esperaba. Aquí ha habido dos ganadores, y tanto Adolfo como yo hemos estado muy justitos. Lo bueno es que el Club ha ganado. El miércoles recibí las cariñosas felicitaciones de Adolfo y de Javier y esta mañana he hablado con ellos para que nos viéramos la semana que viene. Quiero estudiar su programa y sus propuestas por si podemos encajar algo en el nuestro; si lo vemos interesante y sin trastocar el tema económico. Porque nuestro programa no es la Biblia. Y eso lo haré con total dignidad y encantadísimo; y Adolfo y Javier lo mismo. A lo mejor no lo podemos hacer ahora porque no nos encaja pero quizás dentro de unos meses o de aquí a tres años podremos incorporarlo. ¿Por qué no lo voy hacer? Esto no es una guerra política y de lo que se trata es sacar adelante al Club.
Usted y sus contrincantes ya dijeron que se apoyarían saliera quien saliera ¿pero será así o la ajustada victoria pesa?
El pacto era de no agresión, de no obstruirnos. Pero ¿por qué no voy aplicar el programa del uno o del otro? Si veo que gusta lo aplico, no ofendo a nadie. Ustedes están acostumbrados a los asuntos políticos, que no importa lo que haga el otro. Pero esto no es política, aquí se aplicará si es bueno para el Club.
Las aplicará siempre y cuando no interfieran en los gastos ¿no?
Es primordial. El Club es como una casa. Si ingresas 5.000 euros al mes podrás comer un montón de solomillos, pero si le bajan los ingresos habrá que comer algún filete de pollo. Cualquier idea de los otros programas no puede trastocarnos las cuentas. Si con el cambio de Estatutos logro recuperar 500 socios y se suben los ingresos pues, a lo mejor, puede aplicar una medida que exige un gasto. Sé lo que es administrar una entidad por mi experiencia profesional y siempre aplico la doctrina de una casa; hago las cuentas de la vieja y si puedo gastar un poco menos, pues mejor, porque siempre habrá algún imprevisto.
¿Incorporaría alguno de ellos a su junta directiva si alguno de los suyos se marchara?
¡No, no! Juntos pero no revueltos. Yo tengo un equipo, como dije en la presentación de mi programa, totalmente identificado y comprometido para esta legislatura. No es necesario hacer eso ¿para qué nos hemos unido entonces? No voy a quitar a nadie de los míos. Cuando preparaba la candidatura tenía a algunos acechados, que no pudieron incorporarse entonces. Si se produjera alguna baja contaría con ellos porque son de la cuerda mía, tienen mis mismos pensamientos.
¿Pensó en algún momento que no iba a ganar?
Vi alguna incertidumbre porque Adolfo iba por delante. Si acaso hubiera perdido lo habría sentido por mi equipo, yo soy como el Ave Fénix, aguanto carros y carretas. Pero lo sentía por el entusiasmo, el cariño y la dedicación que había puesto en mí. Hubiera sido muy triste porque esto es una aventura que quita tiempo a las familias y, además, dinero. Aquí nadie cobra nada, hubiera sido un palo terrible. Deduzco que Adolfo y Javier estarán entristecidos, pero quiero trasmitirles que quien ha ganado es el Club.
¿Qué le dijeron sus contrincantes cuando le felicitaron?
Javier fue el primero porque se percató de que no tenía nada que hacer; no se quiso esperar ni al final del recuento. Él es una persona muy sencilla, aunque tengamos discrepancias. Adolfo también me felicitó muy cordialmente y me dijo que le tenía a su disposición.
Recibió también la llamada de Óscar Bergasa ¿no?
Sí, estaba asombrado del resultado tan justo. Me deseo lo mejor, igual que el presidente de la Junta Electoral.
¿En quién o en qué pensó cuando vio que era el vencedor?
Lo lógico es pensar en el equipo, y les felicite cuando cenamos. Pero tengo dos recuerdos bonitos. Uno para la jefa de campaña Rosa Fey, que ha sido un descubrimiento y que de forma altruista no nos ha dejado parar para conseguir esto. Y, la otra persona, es mi hijo, que es doctor en Bellas Artes, que diseñó los carteles, el programa; que hubo que cambiarlo porque se parecía al de Adolfo, y que trabajó extraordinariamente y de forma altruista.
¿Alguna llamada le ha sorprendido?
No, aunque ha habido una muy emotiva de un amigo de la juventud, Ramón, que siempre me llama Duque de Arión porque cuando se inauguró la sede del Club se celebró el Campeonato de España de snipe y él la ganó. Nosotros éramos entonces unos chiquillos y esos recuerdos gratos volvieron con su llamada. Hay cosas que son muy bonitas, estos días he llamado a amigos que no veía desde hace tiempo para pedirles el voto y me han respondido. Puede que esos diez votos de más hayan sido de ellos. Vinieron hasta dos centenarios, uno de ellos en silla de ruedas, a votar.
¿Y de cargos públicos?
La saluda del alcalde la tenía a primera hora, la del comodoro del Victoria, del Centro de Iniciativas Turísticas, del Metropole. Y aún no he visto todos los correos.
Comienzan días intensos.
Sí, el día 19 tengo una Junta General en Madrid con la Federación Nacional de Vela. A unas reuniones iré yo y, a otras, el comodoro.
¿Qué será lo primero que haga en el Club?
Sentarme con el personal. Hay que ganar el Campeonato de Óptimist de España sí o sí. Hay que hablar con los padres, con los hijos para ver lo que se puede ganar y darle un tute bueno a todo esto.
Estará hasta 2019, pero ¿se marchará si ocurre algo y así se lo solicitan los socios?
No creo que se dé. El Club tiene que pasar de enfrentamientos, de grupos e intereses exteriores. Ese es mi criterio y espero que las personas sigan conmigo. No creo que la colaboración sea para que se marche uno. La gestión va a ser buena, no creo que me vayan a echar, que vaya a ver alguna moción de censura por algo que haya hecho mal. Ni me lo imagino, no voy a hacer ningún disparate.
