El Cristo de la Salud y la Virgen de la Esperanza de Vegueta tuvieron que regresar a casa apenas dos horas después de salir de la parroquia de Santo Domingo. La lluvia fue la culpable de que la procesión se quedase a medias, impidiendo que los hermanos cofrades y los cientos de fieles que ayer se congregaron en la plaza de Santo Domingo pudieran acompañar a las imágenes por las calles del histórico barrio capitalino. El tiempo truncó el recorrido, que estaba previsto que se prolongase pasada la media noche.