La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Esperanza tiene costaleras

Adriana Medina y Tania Cantallops, cofrades de Los Nazarenos, describen como "mágica" su primera salida con la Virgen de Vegueta

Adriana Medina y Tania Cantallops, el domingo, antes de llevar a la Virgen de la Esperanza de Vegueta. ANDRÉS CRUZ

"Estamos cansadas pero de la emoción y la intensidad que hemos vivido el domingo y estos días". Así se sentían ayer Adriana Medina Medina y Tania Cantallops Ortega después de haber compartido el Domingo de Ramos los cerca de 1.450 kilos que pesa el paso de palio de plata de la virgen de la Esperanza de Vegueta con otros 33 compañeros y vivir casi a oscuras el respeto que miles de creyentes sienten por la imagen. Las jóvenes, de 26 años y profesoras de música, además de amigas, son las dos nuevas costaleras y cofrades de la Hermandad y Cofradía de los Nazarenos.

Las jóvenes entraron este año en la cofradía y desde el principio tenían claro que querían llevar al costal a la virgen de la Esperanza, antigua imagen de las Misericordias que fue restaurada por el escultor palmero Arsenio de las Casas Martín (1892) y rescatada para su culto por la cofradía, y que procesiona con el Cristo de la Salud. Tania, intérprete de flauta, enseña música a niños con pocos recursos en el proyecto social Barrios Orquestados, mientras que Adriana, virtuosa del violonchelo, es profesora en la Escuela de Música de Moya.

Ambas reconocían ayer ser creyentes pero aseguraban que no haabía habido ninguna razón de peso para hacerse cofrades. "Simplemente te enamoras de lo que está pasando en ese momento, sientes que tienes que estar ahí, que vas a estar ahí", cuenta Tania de cómo se despertó en ella el sentimiento de ser cofrade tras acudir el pasado año a la procesión de la Esperanza de Vegueta. Adriana lo corroboraba, aunque en su caso había más ligazón con la imagen ya que desde el 2006 acompaña a la virgen con la banda de Gáldar.

Y tocaron a la puerta de la Hermandad. "Veníamos un poco asustadas, teníamos miedo de que nos dijeran que no, pero no tenemos palabras para decir cómo nos han acogido", contaba Adriana. Tania puntualizaba que desde el primer capataz y hermano mayor de la cofradía, Francisco Martín, hasta el último de los costaleros que les han acompañado bajo el paso y resto de cofrades les han dado "arrope y cariño". También consejos para cómo soportar la carga del paso. "La sensación es que no pesaba", comentaba Tania sobre las primeras impresiones que tuvieron al alzar el paso, adquirido por la cofradía en 1980. Ella bajo la sexta trabajadera y Adriana en la séptima. "Pierdes la noción del tiempo y del espacio", remataba su compañera.

Para ambas, la palabra que define ese momento de alzar la imagen y sacarla fuera del templo es "mágico", y nada comparable a otros vividos. "La primera sensación ya la recibes desde el primer martillo que marca el momento de salir. Todo es muy emotivo, el ambiente que se respira; no es fácil describirlo", puntualizaba Adriana.

La lluvia obligó por primera vez en la historia de la cofradía de los Nazarenos (1979) a recoger a la Esperanza de Vegueta y al Cristo de la Salud antes de que finalizara el recorrido por lo que vivieron en su corazón el malestar que producen el agua en las cofradías. "Estamos aún asimilándolo, pero ya pasó. Pudieron salir los dos titulares y entrar sin percance en su casa", explicaba Tania para remarcar que cumplieron con su objetivo, aunque antes de tiempo.

Las jóvenes, que animaban a otras mujeres a entrar en la cofradía, ayudaban ayer a recoger a sus compañeros los enseres del desfile, porque ser cofrade no es solo flor de un día. Tania: "Estamos aquí para lo que haga falta. Sabemos que ser cofrade no es solo salir en Semana Santa".

Compartir el artículo

stats