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Patrimonio 136 años de Historia del Círculo Mercantil

El Mercantil vuelve a Triana

La sociedad busca el apoyo de los empresarios del casco viejo, donde surgió, para recuperar su esplendor

El Mercantil vuelve a Triana ANDRÉS CRUZ

La serenata Asómate a la ventana, de Alejandro Florez (1886) suena espectacular a cargo del tenor Manuel Hernández y del piano de Iván Brito, aunque el Piano Bar en el que se interpreta sea un tanto kitsch, casi de película de Almodóvar. Un piso más abajo, un grupo de personas aprende bailes de salón sobre la platea de un teatro, mientras, en una sala recóndita, se juega una partida de billar a tres bandas. Es un día entre semana y el tiempo parece detenido en el Círculo Mercantil si miramos la decoración y el mobiliario del inmueble de la calle San Bernardo, inaugurado en diciembre de 1972 después de meses de retrasos, ya que apareció agua de mar al colocar los primeros cimientos sobre el solar del viejo Hotel Continental. Pero la centenaria sociedad vive, sin embargo, desde noviembre de 2014, en plena ebullición, después de que fuera elegida una nueva junta directiva, que se ha propuesto impulsar la entidad para que recobre el papel que tuvo hace décadas en la sociedad capitalina.

Hace 136 años un grupo de comerciantes dedicados a la importación y exportación de productos se unían para "contribuir a que las clases mercantiles, industriales y marítimas, así como sus auxiliares, alcancen el mayor grado de progreso y de entendimiento". Fue uno de los principios que se marcaron los fundadores del Círculo Mercantil un 18 de agosto de 1879 en una reunión presidida por Néstor de la Torre, después de haber protagonizado una protesta contra los consumos, un impuesto de la época que gravaba los productos de primera necesidad - alimentos, bebidas alcohólicas, combustibles y sal- y que, en la Isla, se incrementaban por la lejanía territorial.

De aquella reunión surgió la primera junta - Tomás Miller y Juan B. Ripoche, como presidentes honorarios; Diego Miller como presidente lectivo; Juan Rodríguez González (comercio); Luis Reina (marina); Benigno Navarro (tesorero-contador); Rafael Pérez Cabral (bibliotecario); Juan B. Melo y Manuel J. Gallardo (secretarios); Fernando Peñate, Rafael García Sarmiento, Federico Bethencourt y Juan B. Carló (vocales). La sociedad se instalaba en un edificio situado en lo que hoy es el Monopol, con el objetivo de fomentar el comercio en la Isla y defender sus derechos como empresarios.

José María Santana Guerra, profesor jubilado de Historia, lleva más de una treintena de años como socio del Círculo y es el cronista de la entidad. Cuenta que el Mercantil nació de la mano de una treintena de comerciantes reunidos en el entorno de Triana y que en la institución se fijaba incluso "el precio de la cochinilla -en pleno apogeo- en relación a los precios que había en Inglaterra ya que algunos de los socios fundadores eran ingleses". También otras decisiones importantes como los aranceles de los productos que entraban en la Isla puesto que aún ni se había constituido el Cabildo insular (1912) ni la Cámara de Comercio.

"Aquí se sopesaban todas las cuestiones económicas e incluso políticas que afectaban a la Isla porque se tenían contactos con los representantes isleños en la Corte de Madrid como el político Fernando León y Castillo y el escritor Benito Pérez Galdós", continúa Santana, que este año publicará un libro sobre la historia de la institución. "Con el Mercantil siempre se contaba hasta 1969".

Más de cien años de historia son difíciles de condensar en unas líneas, pero la sociedad fue clave en ámbitos de vital importancia para Gran Canaria puesto que entre sus socios siempre estuvieron las familias más granadas de la Isla. Abanderó la defensa de los Puertos Francos, consciente de la importancia que tenía la conexión con el exterior; impulsó la instalación de una sucursal del Banco de España en la capital (1889); creó la Escuela de Comercio (1917); peleó por la división provincial (1927) y, décadas más tarde, también participó porque la capital tuviera una universidad propia (1989).

De su poder y de su papel en aquellas primeros años de consolidación de la sociedad a principios del siglo XX, en los que funcionaba casi como Cámara de Comercio - que se gestó en la misma sociedad (1917)- queda constancia en el edificio de la Biblioteca Insular, segunda sede del Círculo y en cuya fachada puede verse aún el escudo de la entidad duplicado en dos ventanas.

"Era tal el poder que tenía que hasta el Ayuntamiento le consultaba si había que poner una calle a alguien", puntualiza el actual presidente, el médico oculista teldense Francisco Pérez González, que se ha empeñado junto a la nueva directiva en poner al día una institución, que llegó a tener 3.000 socios, en sus mejores tiempos allá por los años 80 del pasado siglo.

El Mercantil siempre se caracterizó por tener una gran actividad cultural y social. En la primera década de vida editó el periódico quincenal Revista Comercial y en sus salas siempre hubo sitio para los recitales de música -llegó a cantar Alfredo Kraus y fue sede de Los Gofiones-, poesía, presentaciones literarias y seminarios especializados. También para el teatro. No en vano son propietarios de la edición personal de Benito Pérez Galdós de los Episodios Nacionales, que les regaló la hija del escritor grancanario en 1930 por la defensa que siempre hizo el Círculo de su padre, y en su sede actual hay un pequeño coliseo con palcos que alguna junta directiva reformó sin criterio alguno.

Su biblioteca, con más de 10.000 volúmenes, fue durante décadas una de las más completas de la Isla. Y sobre sus paredes cuelgan obras de artistas de reconocido prestigio como Eduardo Millares Sall, creador de Cho Juan, y su hermano Manolo, ya que el Círculo siempre hizo hueco al arte.

Al deporte tampoco fue ajena. No contaba con canchas deportivas propias, pero fomentó los deportes de mesa y utilizó pistas prestadas. En sus vitrinas pueden verse hoy los trofeos de alto nivel conseguidos, principalmente, al billar y al frontenis.

La primera sala de bingo que se instaló en la ciudad tras la liberación del juego en España (1977) estuvo en el Mercantil, donde también se presentaban en sociedad a las jóvenes de la entidad. Sus Carnavales también eran famosos.

La evolución de la propia sociedad grancanaria, la pérdida de influencia económica y política de la entidad, la apertura de nuevos espacios de esparcimiento y la mala gestión de algunas juntas directivas contribuyeron, entre otros factores, a que la entidad se quedase parada en el tiempo.

"Nunca se han recibido ayudas y pagamos muchos impuestos al Ayuntamiento y a Hacienda, aún siendo Medalla de Oro de la ciudad y haber contribuido en estos 136 años al desarrollo de la sociedad canaria," asegura el presidente, que afirma que cuando han tocado la puerta a alguna administración siempre les han dicho que "no hay dinero" cuando las suyas están abiertas a cualquier colectivo y ciudadano que lo necesite.

Hoy en día, 400 socios sostienen la entidad, que pronto pon-drá en alquiler los locales comerciales que posee en los bajos del inmueble, lo mismo se pretende con el bar restaurante. El objeti- vo principal es rentabilizar el edificio para poder sanear las cuen-tas y poner en marcha las iniciativas que tienen en proyecto, además, de recuperar socios. "El Círculo no supo adaptarse a los cambios de la sociedad y se quedó anclado en el pasado y no se ha renovado; necesitamos gente joven porque la mayoría de los socios son gente de edad, gran parte jubilados. Nunca volveremos a ser lo que fuimos, pero queremos formar parte de la vida social de Gran Canaria y de Canarias".

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