Alex Figueiredo es jefe de operaciones de la Agencia Brasileña de Exportaciones e Inversiones (Apex Brasil), en Bruselas. Tjibbe Dirk de Búer es técnico comercial de Embajada del país latinoamericano en Madrid. Ambos visitan mañana el Puerto capitalino con el fin de avanzar en el proyecto de crear en La Esfinge un centro de distribución para sus productos alimentarios. El plan busca paliar la pérdida del tráfico de contenedores y recuperar la pretensión histórica del recinto de ser una puerta para las exportaciones del continente americano a África y Europa.
"El Puerto siempre ha tenido un objetivo que es convertirse en el centro del movimiento grano y fruta entre Sudamérica, Europa y África, pero, ya fuera porque no tenía espacio o porque nos centramos en otros tráficos, como ha pasado con MSC, esta intención no se había concretado", señaló Luis Ibarra, presidente de la Autoridad Portuaria, haciendo "un poco de historia".
La experiencia positiva con el Programa Mundial de Alimentos, que ha servido para posicionar a Las Palmas en el envío de material al continente vecino, junto a la finalización de la inversión en La Esfinge, han creado las condiciones para la iniciativa que se va a discutir en el encuentro de mañana.
Se trata de habilitar 150.000 metros cuadrados, entre la terminal de pasajeros de Armas y una zona de reparaciones navales, para que los brasileños construyan allí sus infraestructuras, con un silo y naves donde almacenar grano y frutas de camino a África Occidental y, quizá también, a Europa. "Como es un muelle exterior [La Esfinge] tiene que hacerse no con un cantil, sino en escollera", detalla el presidente del Puerto. "Eso nos da tres áreas diferenciadas. Por un lado, la terminal de Naviera Armas, que ya ha empezado la obra y esta semana comienza con los cajones. Otra área para reparaciones; y la última, que nos permite obtener cerca de 400 metros de línea de atraque, con un calado que va entre los diez y los 16 metros, que es perfecta para este tipo de operativas", agregó Ibarra, en referencia al centro de distribución brasileño.
El Puerto ya estuvo presente el pasado año en la Feria Intermodal de Sao Paulo, donde mantuvo una charla con la Cámara de Comercio. "Ahora ya hemos terminado el proyecto de La Esfinge y tenemos prevista la inversión en unos meses para los 150.000 metros cuadrados, si Puertos del Estado nos aprueba el Plan de Empresa".
A través de la Fundación Puertos se ha contratado a un técnico, Alexander Bolston, para llevar a cabo los contactos necesarios con la Embajada de Brasil y con empresarios de aquel país. La visita de los técnicos se suma a un calendario de contactos que ha incluido un encuentro en la propia Embajada y la visita de exportadores de frutas a La Luz. Los expertos que aterrizan mañana en la Isla tendrán la oportunidad de visualizar la zona en la que se instalaría el centro de distribución. "Nuestro objetivo es tener terminado ese muelle a mediados del año que viene. De hecho, la ley ya nos permitiría que fueran pidiendo el espacio antes de estar finalizada la operación", aclaró Ibarra.
Puertos del Estado tiene que aprobar el Plan de Empresa para que esta iniciativa fructifique y Luis Ibarra es optimista, ya que se trata de adelantar una inversión de 2018 a 2017. Hablamos de una inversión de 15 millones, que, con la licitación, podría quedar en 12 millones de euros. Una vez rematado el espacio, la idea es que los brasileños construyan en él sus infraestructuras. Ibarra considera que en casos como éste, es adecuado adjudicar una concesión de larga duración. La primera semana de abril habrá otra oportunidad en Sao Paulo de seguir manteniendo contactos, además de explorar otros sectores como el de la exportación de vehículos a África desde Brasil, que también interesa a la Autoridad Portuaria. "Tenemos que lograr ser la escala de grandes multinacionales, ya que nosotros no tenemos capacidad exportadora y, en ese sentido, somos débiles", añadió Ibarra.
Se trata de una primera aproximación, pero hay otros países como Argentina o Uruguay que también están en la agenda en el futuro, además del hecho de que la capital se puede convertir en un lugar de tránsito no solo a África, sino a Europa, de los productos procedentes de Latinoamérica, ya que, en gran medida, muchos buques van casi "vacíos" hacia el norte y eso puede favorecer que los precios de los fletes sean atractivos para los países exportadores.
