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Arde el Salón Dorado

Trabajadores de limpieza enfadados con el tripartito se mezclaron con taxistas, que escenificaron su enfrentamiento en torno al día libre

Arde el Salón Dorado

Como en los mejores tiempos del mandato anterior, el Salón Dorado echaba chispas. La zona del público, casi desierta en la mayoría de las sesiones plenarias, se pobló ayer de trabajadores de limpieza indignados con el gobierno tripartito y taxistas a favor y en contra del día libre, que escenificaron durante el debate sobre el descanso obligatorio la profunda división que afecta al sector. El aforo se quedó corto para acoger a todos los que acudieron. Sólo faltaron los trabajadores de Sagulpa, porque el tripartito se encargó de neutralizar, el día anterior, la huelga que habían iniciado, al rebajar las sanciones impuestas a un grupo de empleados de la zona azul en plena negociación del convenio.

"No se pueden estar riendo, cuando hay gente que no tiene que darle de comer a sus hijos", recriminó a gritos una afectada del servicio de Limpieza a los concejales de Limpieza y Cohesión Social, Pilar Álvarez y Jacinto Ortega, mientras intervenía Beatriz Correas. Vestidos de amarillo, los barrenderos entraron cabreados y salieron esperanzados, tras el acuerdo alcanzado. "Yo creo que la palabra la tenías que haber tenido tú", le dijoTilde Sánchez, madre de dos trabajadores, a Pilar Álvarez, al final del debate en el que se aprobó crear una bolsa de empleo. Sánchez culpó a Javier Doreste de haber "prendido la hoguera para que nosotros la incendiáramos. No entramos en si se ha hecho bien o mal ahora o hace cuatro años. Sólo reivindicamos un puesto de trabajo. Han dado marcha atrás y nos alegramos".

Antes de que los barrenderos defendieran su derecho a seguir trabajando en el servicio, los taxistas protagonizaron el enésimo enfrentamiento por el día libre. Mientras Cristo García, el presidente de una de las dos asociaciones de asalariados intervenía para mostrar su defensa del descanso obligatorio y su apoyo al tripartito, los contrarios a la medida -entre ellos algunos autónomos y la presidenta de la otra asociación de asalariados, María Eugenia García, cuyos recursos en los tribunales han provocado las suspensiones cautelares de la medida- le recriminaban, desde los asientos, sobre todo cuando éste les acusó de defender intereses particulares. "Es la actitud explotadora del flotero la que provoca los despidos de asalariados, no el día libre", advertía mientras sus partidarios, de verde, le animaban con aplausos.

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