"Sentimos miedo por nuestra seguridad, y cada vez que suena el pitido de que alguien entra en la tienda nos genera nerviosismo", confiesa Rocío Reyes, dependienta de la tienda Bimba y Lola situada en la calle Viera y Clavijo de Las Palmas de Gran Canaria, cuestionada acerca de la reciente oleada de robos que ha tenido lugar en la zona comercial de Triana. "Esto es un cachondeo, roban en todas las tiendas de por aquí", agrega Reyes, que asegura que los hurtos en el establecimiento se suelen producir con una frecuencia de dos veces por semana "como mínimo. En una ocasión, un chico intentó tres veces robar un mismo bolso, hasta que a la cuarta lo consiguió; son robos por encargo, eso está claro", explica.

Su compañera Xiomara Falero apunta que se han visto obligadas a redistribuir el inventario del interior del establecimiento, para tratar de complicar la operación a los ladrones, quienes, asegura, "siempre son los mismos".

La dependienta reconoce también la relación indirectamente proporcional que existe entre el número de robos y la presencia policial en la zona, y señala que "en otras tiendas han entrado hasta el fondo con destornillador en mano".

Eso sí, son muchos los que admiten que, después del último gran robo que se ha producido en la zona, el pasado martes en la óptica de la cadena Alain Afflelou, el número de casos se ha reducido. "Hace un par de días que no nos roban, eso ya es todo un logro aquí", comenta en tono irónico Rocío Reyes.

La responsable y administradora de la sucursal del Alain Afflelou que sufrió el ataque, I. M., explica la impotencia que siente cuando se producen los robos: "Como ya sabemos quiénes son les pedimos que se vayan de la tienda, pero no hacen caso; y no llamamos a la policía porque no hay manera de demostrar nada". En cualquier caso, confiesa que "la cosa está ahora más tranquila", después de que se incrementara la presencia policial, aunque también considera que "hace falta más". El delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, anunció, a mediados del mes pasado, que se reforzaría la presencia de la Policía Nacional en Triana. El Ayuntamiento capitalino también reforzó hace unos días la seguridad en la zona en horario nocturno tras la denuncia de los comerciantes.

En el robo del martes, el caco se apropió de 48 gafas -valoradas en unos 5.000 euros en total- después de lanzar una tapa de alcantarilla contra la luna del escaparate. El establecimiento no había sufrido ningún incidente de esta índole.

Por su parte, José García, tesorero de la Asociación de la Zona Comercial de Triana, declaró ayer que se trata de "un problema judicial" y que lo que sobre todo preocupa es "la seguridad de los dependientes. Lo que pretendemos es que se incremente la seguridad; queremos una zona amable, sin robos ni multas", añadió antes de puntualizar que, según los datos que manejan, en los meses de enero, febrero y marzo las denuncias por hurto se habían reducido.