El cantante y transformista Félix de Granada falleció ayer, tras empeorar su estado de salud a raíz de una operación.Tenía 84 años y llevaba ingresado cuatro en una residencia, víctima del Alzheimer. Félix Cabrera Canino, que se marchó de Gran Canaria en la década de los 60 del siglo pasado fue muy reconocido como artista de variedades y también sufrió la persecución durante la dictadura franquista por su condición homosexual. Sus familiares y amigos le velaron desde la tarde de ayer en el tanatorio de San Miguel y sus restos serán enterrados hoy en el cementerio de San Lázaro, poco después de las tres de la tarde, hora a la que partirá de San Miguel. Mañana, a las siete de la tarde tendrá lugar un funeral en la iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Tomás Morales.

Una de sus últimas actuaciones en un escenario tuvo lugar en 2010, en el Cabaret del Capitán Varela. El musical le rindió un homenaje como uno de los artífices de lo que fue el cabaret canario del pasado siglo.

"Se quedó dormidito", explicó ayer Juana María Ortega, una de sus amigas del barrio de Arenales donde vivía hasta que lo ingresaron en una residencia. Ortega se refería a Félix de Granada como el "mejor transformista que ha tenido Canarias", mientras consideraba que su gran calidad artística y humana le hace merecedor de un homenaje por parte de las instituciones y la sociedad canaria. Su sobrina Mercedes Perdomo, que le acompañó ayer en la última despedida junto a los dos hermanos del artista que quedan vivos, Manuel y Francisco, y otros familiares, se refería a él emocionada como una "persona encantadora y amiga de sus amigos".

Líbano, Chipre, Egipto, Grecia o Italia fueron algunos de los países donde Félix de Granada actuó en las década de los 60 del siglo pasado con el ballet valenciano Gardenias del Sur. A Félix le gustaba decir que de esta gira por todo el Mediterráneo volvió, "como un artista consolidado", a Madrid, donde sus números alcanzaron éxito y coincidió con otros artistas como Lola Flores, Marujita Díaz, Norma Duval o Antonio Machín. Antes, actuó en Gran Canaria en el Cine Avellaneda, el de los Hermanos Millares o el circo Toti, donde arrancó su carrera; o en salas de fiestas ya desaparecidas como el Flamingo o el Nilo. La dictadura daba sus últimos coletazos y le alegró la vida a la gente que intentaba olvidar con sus números de humor la grisura y las calamidades de aquella época. El Colorines era una de las canciones que el público siempre le pedía, aunque aseguraba que siempre le trajo problemas con la censura. "Traía canciones nuevas y un vestuario impresionante de Oriente Medio, por lo que mi presentación y mi regreso lo recuerdo como un bombazo enorme", recordaba el artista en una entrevista que le hizo este periódico en mayo de 2010. La cara más dolorosa y triste de su vida, la que tiene que ver con la España negra, tuvo que ver con la persecución que sufrió por ser homosexual. Cumplidos ya los 80 años aseguraba que aún no había podido olvidar ni perdonar "la cantidad de cachetones, humillaciones, agarradas, tonterías e insultos" que sufrió durante años. "Todavía hoy recuerdo con pena que me robaron la juventud", se lamentaba. El autor de su biografía, Victoriano Santana Sanjurjo, relata todas los ingresos en comisaría que sufrió. Viajó a Barcelona para escapar de una orden de búsqueda y captura, pero finalmente terminó en la Modelo, donde estuvo varios años preso y también en Valencia, Alcázar de San Juan y Córdoba. Cuando salió se metió en una compañía valenciana con la que inició su gira europea y pudo respirar.