¿Cómo surge la figura del director general de Nuevas Tecnologías y Comunicación?
Es un cargo que lleva al menos cuatro mandatos. Y fue una necesidad. Esta área es la más desconocida por la gente. Y es totalmente necesaria, como ya dije; de hecho, el concejal se apoya totalmente en la dirección del área, y eso que de por sí sabe de informática.
Hubo un proceso selectivo en el que lo escogieron a usted.
Sí. Una sentencia de 2013 obliga a sacar el concurso público. La verdad es que me presenté pensando que no me iban a coger, porque yo siempre he tenido la sensación de que han sido cargos políticos. Pero lo bueno que han hecho es que, para este puesto, han confiado en un técnico con una formación importante. Una persona que es puramente técnico, y esa es una buena apuesta en el sentido de que esta es una pata muy importante, y más con todos los proyectos que tenemos. Nos hemos apuntado a cinco convocatorias muy gordas, y si salen adelante va a suponer un despegue espectacular de la ciudad. Ideas y formación tenemos, pero nos falta la financiación, por eso nos presentamos a las convocatorias.
¿De qué se encarga exactamente el director general de Nuevas Tecnologías?
Mi labor es llevar la responsabilidad de toda la parte informática, si bien la mayoría aquí la tenemos ya externalizada. Aquí contratamos el programa de sede electrónica, y lo mantenemos, por ejemplo. Tenemos programa de gestión tributaria espectacular, y la estrella de la corona es el expediente electrónico, porque nos va a llevar a la administración sin papeles. También llevamos la Oficina de Atención al Consumidor y la política informática, es decir, decisiones a tomar del uso de las tecnologías y de la informática. Aparte de cualquier proyecto que queramos presentar para innovar tecnológicamente la ciudad.
¿Por ejemplo?
Yo, que vengo de la educación, estoy obsesionado con que a nuestros nativos digitales, que son nuestros pequeños, se les encamine, con una programación y demás. Ahora en verano vamos a hacer un campus tecnológico, con la idea de que esté subvencionado por el Ayuntamiento. Y queremos potenciar el destino turístico, ahora con la moda de los nómadas digitales. También se me ocurrió traernos la final del deporte electrónico, que traería a cientos de miles de personas: imagínate el Gran Canaria Arena con dos pantallas grandes y, en vez de ver a gente jugar, estás viendo jugar electrónicamente. A nivel turístico y de proyección de la propia ciudad sería brutal. Y otra de las cosas que queremos hacer es poner la wifi en todo el edificio del Ayuntamiento; y queremos que el ciudadano, mientras espera abajo su turno de cita previa, aprenda a usar la sede electrónica con su tableta conectada a la wifi.
Dada la importancia del área, ¿cree que funcionaría mejor con una concejalía propia o no porque significaría politizarla?
Es importante que no se convierta en una concejalía porque, al final, lo que nosotros intentamos con este perfil técnico es no interferir con ideologías y decisiones de tipo político. Nosotros, a nivel técnico, diremos "esto es lo que nos encontramos", y luego decidirán los gobernantes. Pero nuestros informes deben ser objetivos y apolíticos, según mi modo de pensar.
¿Qué otros proyectos tienen en marcha?
Nos hemos solicitado la ayuda en la segunda convocatoria de Red.es, de Fondos Feder, que es Smart City. De 106 ciudades que se presentaron, pasaron la primera criba 94; de esas elegirán a ocho. Pero el nuestro es un gran proyecto, y ahora hay que defenderlo en Madrid el 25 de mayo; su título es LPA Inteligencia Azul. Lo bueno es que ni siquiera licitamos nosotros, sino que licitan ellos.
Si pasa la siguiente criba, la ciudad se convertiría en una 'Smart City', ¿no?
Las Palmas de Gran Canaria ya es una Smart City, pero queremos ser más Smart. ¿Cómo? Apuntándonos a estas convocatorias con nuevos proyectos. Y somos Smart City gracias a las numerosas herramientas de que disponemos, como la que nos permite consultar a qué hora va a pasar la guagua, por poner un ejemplo. Y Cemelpa es la joya de la corona, estamos en nivel top de las emergencias.
¿Qué proyectos abarca 'LPA Inteligencia Azul'?
Son 11 acciones diferentes, que van desde riego hasta tráfico y búsqueda de plazas de aparcamiento inteligente, por ejemplo.
¿Cree que, en general, hay miedo por parte de los ciudadanos hacia las nuevas tecnologías?
No, al contrario. En estos últimos diez años hemos pasado de todo el mundo tener que aprender a una población que ya no tiene que aprender porque es nativa digital, como son nuestros hijos. Y los educadores tienen que aprender a no tener miedo a enseñar. De hecho, yo soy partidario de que a un niño no hay que quitarle Facebook en la clase; el niño tiene que ir con su tableta, porque si no su cabeza no está allí. No podemos aguantar sin mirar nuestros gadgets; la gente no concibe nada sin tecnología. ¿Qué hace el turista nada más llegar? Irse al McDonald's porque tiene wifi gratis. La gente necesita estar conectada. Otro proyecto que tengo es la creación de rutas inteligentes basadas en los gustos del crucerista y en geofences. Y también se me ocurrió que todas las apps LPA estén unificadas en una sola, porque tenemos demasiadas aplicaciones.
¿Algún otro proyecto?
Yo eliminaría la wifi gratuita por la ciudad, dado que no está permitido dar más de 256 kilobytes por segundo porque sería competencia desleal para las operadoras. Con esa velocidad no se puede casi ni abrir un correo; las condiciones para poder ponerlo gratuito son tan absurdas que no merece la pena. Y las operadoras, con sus acciones, ya nos han dicho a lo que hay que ir: al Internet de la operadora móvil. Lo que hay que hacer, hasta que se acabe el roaming en 2017, es alquilar tarjetas sim al turista; con ellas se puede tener Internet en todos lados. Incluso, ya hay muchos aparatos de Internet que tienen una sim virtual, con lo cual ya no hay ni que usar una tarjeta física. Esto implica que la gente no irá solamente al McDonald's o donde tenga wifi, sino que se va a mover; eso va a activar el mercado y el turismo muchísimo.
¿Le gustaría añadir algo más?
Creo que necesitamos insistir en la educación de esta gente nueva, que ya no se forma como nosotros. Ahora se hace un evento y la gente no va, y no va porque pierde el tiempo; la gente quiere estar en su casa, con su tableta, aprendiendo como ellos aprenden y cuando ellos quieren. Igual que el futuro de la televisión es la televisión a la carta, en la enseñanza es igual. Esto es lo que tenemos que aprender los adultos; incluso la universidad, bajo mi punto de vista, se va a quedar como un mero validador de conocimientos.
