A pesar de que es la gran protagonista, Gema apenas se inmuta cuando preguntan por ella. En lo que la sala se va llenando de desconocidos, ella aprovecha para sentarse o tumbarse, según le convenga. De vez en cuando, mientras la gente charla sobre cualquier cosa, ella aprovecha para cotillear con la mirada, sin detenerse demasiado en los demás presentes. Eso sí, cuando Silvia Monzón tira del arnés que lleva colocado, se pone derecha y, como si no existiese nadie más en ese momento, camina con seguridad y paso tranquilo al compás de su compañera. Sabe que es su trabajo. Y es que Gema es toda una perra guía profesional adiestrada por la Fundación ONCE, que ayer inauguró una exposición para dar a conocer la importante labor que llevan realizando estos animales con las personas ciegas o con discapacidad visual desde hace ya un cuarto de siglo.

Bajo el nombre de 25 años caminando juntos, la muestra podrá visitarse en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología hasta este sábado. La idea es que la sociedad sepa a través de pantallas informativas todo el proceso formativo que siguen los lazarillos caninos. En la actualidad, en España hay 1.058 perros guía en activo. De ellos, 30 trabajan el provincia de Las Palmas: tres en Lanzarote, uno en Fuerteventura y 26 en Gran Canaria. En este último grupo se encuentra Gema.

Entre el oscuro y brillante pelo negro de esta labradora retriever, sobre todo en la zona del hocico, se puede observar alguna que otra cana propia de sus 11 años de edad. Apenas un tiempo más del que lleva junto a Monzón. Fue en octubre de 2006 cuando se conocieron en Madrid, donde se encuentra la sede de la Fundación en la que se adiestra a los canes, prácticamente desde su nacimiento. Allí pasaron tres semanas adaptándose la una a la otra por las calles de la capital española. "Yo estaba muy emocionada, pero tenía miedo a no hacerme bien al perro porque hasta ese momento siempre me había movido con el bastón", recuerda quien también es la vicepresidenta de la Asociación de Usuarios de Perros Guía de Canarias (Aupcan). Pero la cosa no pudo ir mejor gracias a la "seguridad" que le transmitió el animal.

Esto es fruto del trabajo que se lleva a cabo desde 1989 en las instalaciones de la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG). En los 111.000 metros cuadrados del terreno que se encuentra ubicado en Boadilla del Monte se desarrollan todos los servicios desde que son cachorros hasta que se jubilan, ya que existe la posibilidad de que los canes vuelvan al albergue cuando son muy mayores, así como disponen de una residencia para la formación de los usuarios. Pero sobre todo, allí es donde, además del cuidado veterinario y el alojamiento, los animales reciben el entrenamiento durante seis u ocho meses para evitar los obstáculos fijos y móviles, avisar al usuario de cruces y escalones, buscar pasos de peatones, entradas y salidas de establecimientos e, incluso, localizar escaleras o paradas de autobús.

Esta formación, que se lleva a cabo "con mucho cariño", según el delegado territorial de la ONCE en Canarias, José Antonio López Mármol, es la que permite que las personas como Silvia Monzón ganen en autonomía. "Ella es mis ojos, como un apéndice de mí", asegura con ternura. El hecho de tener a Gema en su vida le permitió llegar a lugares como el paseo de Las Canteras, donde antes no se atrevía con el bastón. "Ella viene conmigo a todas partes", confiesa la estudiante de Fisioterapia. Tanto es así que la perra acude también a las clases en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG) como si fuese una más. "Es muy gracioso porque la oyes roncar mientras los demás están atendiendo", señala divertida. Pero a pesar de las cabezaditas que a veces echa, Gema también saldrá en la foto de la orla "porque se lo merece como la que más".

Y es que la relación de los perros guías con los usuarios no es meramente laboral. "Se crea entre ambos una unión irrompible. Con un solo gesto suyo o mío las dos nos entendemos perfectamente y eso es así desde hace muchos años". Es fácil creer esa afirmación con tan solo mirarlas. "Ella es muy tranquila y amorosa, como una mantita con patas".