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Otra vida truncada por 'el Zapata chico'

Ayoze jugaba al fútbol y estudiaba ingeniería informática antes de ser agredido por Aridane

Aridane Ledo Rosales, 'el Zapata chico', ayer, durante el juicio celebrado contra él en la Audiencia de Las Palmas. JUAN CARLOS CASTRO

Ayoze G. S. lleva sin hablar desde la madrugada del 7 de diciembre de 2014, cuando Antonio Aridane Ledo Rosales, conocido en Cruz de Piedra como el Zapata chico, lo golpeó por sorpresa a la salida de una discoteca y lo dejó inconsciente en una calle del Puerto. Sus padres han roto ese silencio en el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Las Palmas. "Jugaba al fútbol desde los tres años" y "estudiaba tercero de Ingeniería Informática", pero "ahora es como un niño pequeño que está aprendiendo", declaró la madre. "Vamos a intentar llevarlo a un centro en la Península para que mejore. Para eso queremos la indemnización", añadió el padre. La familia reclama 1,4 millones por las secuelas.

Ambos describieron a su hijo como un chico "sociable", "educado", "con muchos valores", "sin vicios", un "ejemplo" en palabras de sus progenitores. Ninguno, a pesar del dolor acumulado y la emoción del momento, tuvo una mala palabra para Aridane Ledo, de 20 años, que seguía la vista oral separado por un biombo tras acordarlo así la Sección Segunda de la Audiencia.

El abogado de la familia, Orlando del Toro Vega, sí fue más duro. "¿Sabe que estuvo cuatro meses vegetal mientras usted engordaba 40 kilos en prisión?", le espetó al acusado, que no respondió a la pregunta porque el tribunal la consideró improcedente.

Con anterioridad, Aridane explicó lo que hizo esa madrugada. Salió de fiesta con sus amigos de Cruz de Piedra, bebió alcohol, fumó hachís, tomó trankimazin y se metió en varias peleas. Por eso fue expulsado de una discoteca e identificado por la Policía Nacional, que esa noche intervino varias veces en la zona de Franchy Roca por diversos incidentes, entre ellos un hurto.

Los agentes se encontraron a Aridane sin camisa y nervioso por esos altercados en los que estuvo involucrado. "Salí eufórico de la discoteca, me paró la policía y me tranquilizó", agregó el procesado, que se enfrenta a 12 años de cárcel por lesiones agravadas.

El ataque a Ayoze, sin embargo, se produjo después, sobre las 05.30 horas, cuando el joven, que entonces tenía 20 años, salía de la discoteca con cuatro amigos y se dirigía al parque Santa Catalina para coger un taxi.

En esos instantes, el grupo de Cruz de Piedra seguía enfrentado a otros chicos de Telde, y Ayoze, que conocía a un amigo de Aridane, se paró para hablar con él. En ese momento ocurrió todo lo malo. "Me eché a correr y le di un puñetazo en la cara. De acera a acera, con el puño cerrado", detalló el acusado.

Aridane sostiene que confundió a Ayoze con el muchacho de la trifulca anterior y le agredió porque discutía con su amigo. "No tenía intención de hacerle ese daño. Estoy muy arrepentido, solo quería defender a mi amigo. Pido perdón a familia y a la víctima", agregó. Fue, quizá, el único momento en el que sucumbió a la presión de las acusaciones. Antes, incluso, replicó los intentos de presentarlo como una persona violenta. "No me meto en peleas, pero si me van a agredir, me defiendo. Todo el mundo tiene peleas", contestó en el interrogatorio.

La fiscal, en su informe final, le recordó que fue juzgado el mes pasado por causar la muerte de un jubilado tras golpearle para robarle en Cruz de Piedra, hechos que sucedieron cinco semanas antes de la agresión en el Puerto y por los que Aridane ha sido condenado a siete años y nueve meses de cárcel (no hubo testigos de ese crimen y fue detenido tras golpear a Ayoze).

La defensa, en cambio, insistió en que no hubo intención de dejar al joven inconsciente, con graves daños cerebrales que le impiden hablar con normalidad y desplazarse sin la ayuda de terceros. El abogado califica los hechos de lesiones imprudentes y propone una pena de tres años de cárcel. Se apoya en el informe de un experto en medicina intensiva. Su perito niega que las fracturas craneales fueran causadas por el puñetazo, sino al caer al suelo y golpearse la cabeza, incluso achaca parte de ese resultado a la supuesta embriaguez de Ayoze, con el argumento de que el alcohol debilitó sus sentidos y por eso no pudo mantenerse en pie o amortiguar la caída con la manos. El médico, además, asegura que si las fracturas fueron originadas por el puñetazo, Aridane debería haber sufrido una fractura de muñeca o una lesión similar. Citó, en ese sentido, las leyes elementales de la física.

Las leyes de la Física

Los forenses judiciales, en cambio, rechazaron esa teoría. Según la directora del Instituto de Medicina Legal, María José Meilán, la víctima sufrió un "traumatismo directo compatible con un puñetazo". La forense considera que sólo ese golpe pudo romperle los huesos situados debajo del ojo, no la caída contra el suelo, la cual es consecuencia de esa acción violenta y agravó las lesiones al desencadenar una hemorragia interna en el cerebro. Meilán niega que un puñetazo de esas características implique necesariamente una lesión de muñeca.

La defensa se aferró a esa teoría y a las dudas de los amigos de la víctima sobre el lado en el que recibió el golpe, pero la fiscal restó importancia a esas contradicciones porque hay relación de causalidad con la caída. Aridane, además, celebró su hazaña. "Toma, KO", dijo tras derribar a Ayoze de un golpe "brutal" y "descomunal". Por eso pide la pena máxima, para "lanzar" un mensaje de "tranquilidad" a la sociedad.

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