El barrio capitalino de San Lorenzo sufrió, el pasado sábado 9 de abril, el ataque de un enjambre de abejas que guardaba un vecino en su casa, según cuentan algunas de las víctimas de las picaduras de estos insectos, que han sido identificados como abejas negras canarias y que no han vuelto a ser vistos en la zona desde hace unos días. En la reunión mensual que mantienen en un local de la calle Hermanos Álvarez un grupo de mujeres del barrio para recaudar fondos para la parroquia y las fiestas fue uno de los lugares donde hicieron cundir el pánico. De repente, en plena tertulia, el enjambre de abejas irrumpió a través de la puerta del garaje. "Fuimos rápidamente a cerrar la puerta del garaje y la principal y vimos que la calle casi ni se veía, solo se veía el enjambre", relata Xili Guzmán.

"Una pobre vecina que había salido a tirar la basura", prosigue, "tocaba desesperada la puerta. Estaba llena de abejas que le picaron en la cara. Ella fue una de las que peor parada salió, pero a casi todas nos picaron. Era una situación de miedo, gritos y nervios".

Otro vecino de la zona, Carmelo Lorenzo, también fue uno de los afectados: "Me picaron cinco veces. Fueron a por nosotros enfurecidas, y eso es algo raro, porque si no las molestas no suelen atacar. Llamé al 112 y me dijeron que no tenían medios para subsanar el problema", cuenta.

Varias horas después de haber llamado a los servicios de emergencias les informó un apicultor, vía telefónica, de que debían acudir al centro de salud para tratar las picaduras. "Por suerte, no había ninguna persona alérgica, porque si no habría podido ocurrir una verdadera desgracia", comenta la propia Guzmán.

En cualquier caso, según los vecinos, ni la Policía ni ningún otro cuerpo de seguridad acudió. "Yo me quedo fría e impotente. Digo yo, ¿si hubiera pasado algo peor a quién se le echaría la culpa? ¿En manos de quién estamos? Esto es de juzgado de vergüenza, se pasan la pelota unos a otros sin solucionar el problema", denuncia la misma vecina.

Al día siguiente, el domingo 10, varias personas más del barrio manifestaron que las abejas habían vuelto a atacar. Entre ellas, un niño pequeño al que picaron cerca del ojo. Además, cuatro gallinas y un gallo aparecieron muertos también como consecuencia de las picaduras de estos insectos algunos días más tarde, y el miércoles de la semana pasada algunos vecinos aseguraron haber visto algunas de estas abejas revoloteando en la zona del centro de salud, cercano a un colegio del barrio.

Tal y como apunta Guzmán, técnicos de Salud Pública se trasladaron finalmente a la zona, y le comunicaron que el vecino que guardaba en su domicilio las abejas se había deshecho de ellas tras el incidente. "Todavía estoy esperando para ver el informe en el que se explica que Salud Pública, efectivamente, verificó que ya se deshicieron de las abejas. ¿Y de qué manera se deshizo esta persona de las abejas? Tampoco lo sabemos", lamenta la vecina, que igualmente critica que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a cuya Concejalía del Distrito Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya ha acudido varias veces a pedir explicaciones, "no haga nada tampoco". "Aquí, hasta que no pase algo gordo, no van a hacer nada. Después vendrán las lamentaciones", añade.