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Entrevista a Uwe Harms

"De este medio siglo me quedo con la creación de la línea Sevilla-La Luz"

"El peor momento fue cuando me pusieron 500.000 euros de multa en una huelga de los portuarios", asegura el Premio Puertos por su vida profesional en el entorno portuario

Uwe Harms, en su antiguo despacho de la consignataria Paukner Marítima del Puerto. LA PROVINCIA / DLP

¿Cómo comenzó su relación con el Puerto de La Luz?

Hace ya cuarenta y pico años, casi cincuenta. Cuando tenía que hacer la mili en Alemania, mi jefe tenía experiencia previa en una consignataria en Santa Cruz de Tenerife. Entonces, me dijo: 'Mira, para no hacer la mili vete a Canarias'. Y nada, así fue, aunque no pude evitar la mili, tuve que hacerla y en 1969 me fui a Tenerife y trabajé en la casa de los Ahlers. En 1972 me entero de que en Las Palmas había una vacante y con posibilidades de sustituir al que era gerente en Las Palmas. Y así fue. A partir de enero de 1973 pues me fui a Las Palmas a A. Paukner y en diciembre de 1977 tomé el relevo de quien era gerente en Las Palmas. Y desde ahí pues hasta 2013.

Entonces se puede decir que gracias a la mili usted conoció Canarias.

Creo que sí, aunque alguna experiencia en el extranjero hubiese tenido porque las posibilidades en Alemania en esos momentos eran pocas para alguien que terminaba la formación de consignatario, ahí siempre la experiencia en el extranjero se valoraba mucho más. O sea, alguna cosa hubiese salido. Y me vine a Canarias porque el superior me lo recomendó y, nunca mejor dicho, fue una muy buena recomendación.

¿Qué fue lo que le atrajo tras el ofrecimiento?

Sobre todo el trabajo y la verdad es que vivir en Canarias era muy reconfortante. Y después cuando asumí la gerencia de la consignataria en Las Palmas pues tenía 30 ó 31 años, y la verdad es que con 30 tienes prácticamente tu vida profesional hecha, por lo que te quedas. Y eso fue lo que pasó.

¿Qué recuerdos guarda de todos estos años?

Hemos tenido de todo un poco. Muchas alegrías y algunos malos recuerdos, pero en principio el balance es que no me puedo quejar, a mi siempre me han tratado muy bien y creo que he tenido buenas relaciones con todos los estamentos que hay en el Puerto, tanto autoridades como colegas. Y la verdad que todo eso mezclado da un buen cóctel para seguir trabajando y seguir viviendo en Canarias.

¿Qué momentos destacaría de este casi medio siglo en el Archipiélago?

Cuando en 1993 empezamos a operar con la línea entre Sevilla y Canarias. Eso fue una cosa que yo decía que habíamos dado un paso adelante como Paukner, socio de la naviera OPDR. Creo que ese fue el mejor momento. Y luego la segunda vez fue en el 1994 cuando convencimos a OPDR Hamburgo de ampliar la línea del norte de Europa con la isla de Lanzarote. En eso dos proyectos participé y la verdad es que salieron bien.

¿Y algún hecho que borrar?

Ninguno. Tuve una mala experiencia a principio de mi gerencia cuando en el año 80 tuvimos una huelga de los portuarios y en un momento dado el Gobierno Civil, que era todavía Gobierno Civil, dictó una resolución por la que las consignatarias podían contratar gente fuera del centro portuario. De esta resolución nos enteramos a las nueve de la mañana. A las ocho apareció un cliente en mi almacén del muelle pidiéndonos que levantáramos la mercancía y la gente le dijo que no teníamos personal porque los portuarios estaban en huelga. Pues en ese momento este cliente llamó al Gobierno Civil, que me llamó a los diez minutos y me puso una multa de 500.000 pesetas, que en el año 80 era un montón de dinero, por haberme negado a trabajar con gente fuera del centro portuario. Esa fue la peor parte de mi vida profesional, aunque luego pudimos hacer una reclamación ante el Gobierno Civil y a través de los juzgados a los dos años nos dieron la razón, que en aquel momento no podíamos saber cuándo se produjo la resolución. Al final ganamos el pleito.

¿Cuál es el secreto para estar tantos años al frente de una consignataria?

No lo sé. En esta posición digamos que he tenido que lidiar entre los cabezas cuadradas alemanas y la clientela canaria y no sé, a lo mejor se me dio bien. Parece que sí se me dio bien. Siempre he tenido mucho gusto de trabajar aquí y me han dejado trabajar, que también es muy importante, mi gente de Madrid muy pocas veces me ha dicho lo que tenía que hacer, me han dejado las manos libres y eso sí que es muy importante. Y también porque me rodeé de un gran equipo desde el principio, tanto en mi etapa en Paukner como al final en OPDR Iberia.

Usted ve ahora la situación del tráfico de contenedores en el Puerto. ¿Qué cree que sucede con este sector?

La verdad es que el Puerto de Las Palmas, al igual que muchos otros puertos de España, están muy encorsetados con el sistema de trabajo portuario. Nosotros estábamos en temas cautivos. El tránsito es cuestión de costos, si alguien lo hace diez euros más barato las grandes navieras van a ese puerto, no cabe duda.

Ahora ya está retirado. ¿Se ven las cosas de forma diferente desde fuera?

No mucho. Se ve lo mismo. El ritmo del Puerto ha aflojado, se nota que hay menos barcos, aunque también es verdad que últimamente se ven barcos más grandes que antes. Hemos pasado de buques que podían transportar entre 8.000 ó 9.000 teus y ahora llevan de 15.000 a 18.000 teus. Y lo que le decía antes, el tema del movimiento de contenedores y tránsito depende en gran medida del costo que supone para el naviero porque hoy por hoy las grandes navieras, MSC, Maersk o CMA CGM, que se quedó con OPDR, en el mercado global pues cada euro que pueden ahorrarse lo hacen porque eso significa tener más beneficios.

¿Qué supone para usted este reconocimiento en los Premios Puertos de Las Palmas por su vida profesional en el recinto portuario?

Como decía al principio, creo que me lo van a entregar porque tengo amigos hasta en las autoridades, a lo mejor por ahí. Y el reconocimiento es un orgullo y me siento muy feliz.

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