La Provincia - Diario de Las Palmas

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Totó hace las maletas

Daniel Mesa Suárez es payaso desde hace 16 años

Daniel Mesa, ayer, en el Showroom Bulevard 23. ANDRÉS CRUZ

Pantalones negros gigantescos, tirantes a juego, camisa de rayas rojas y blancas, zapatones, un bombín, algo de pintura para la cara, su inseparable nariz roja con la que lleva una década y, cómo no, una cadena de "tonterías" listas para hacer mostrar los dientes. Si alguien parase a Daniel Mesa Suárez en un aeropuerto en los próximos meses estas son algunas de las cosas que encontraría en su maleta. No es que no tenga unos simples vaqueros en su armario, ¡qué va! Es que él y su álter ego más divertido, Totó el payaso, están de gira por la Península y Europa y hay que ir preparados. Pero antes de retomar el viaje, toca hacer una parada en el café- teatro Bambalinón de la capital grancanaria, donde mañana lo único que alcanzará a decir el público es: "¡Wauu!".

Metido o no en el papel de clown, la espontaneidad de Mesa Suárez consigue arrancar o contagiar alguna risa. "Un payaso se hace, pero también se nace", apunta. Debe ser por eso que cuando tenía apenas 14 años unos amigos de su Tenerife natal le vieron como la persona idónea para interpretar a Totó, el menor de la familia Cachivaches. "Una obra clásica" de la que más tarde nacería su personaje. "Empecé por casualidad", asegura, pero fue esa casualidad la que hizo que el que el gusanillo payasil anidase en él. Si bien tuvo que pasar todavía un tiempo hasta descubrir que esta era verdaderamente su vocación.

Mesa estudió en las Escuelas de Música tinerfeñas y terminó percusión en el Conservatorio Superior de su tierra, antes de llegar a Gran Canaria para entrar en la Escuela de actores. "Fue ahí donde realmente me di cuenta de que yo quería ser payaso", recuerda. Así comenzó su peregrinaje por distintas academias para aprender y empaparse del oficio, siendo la Escuela Internacional de Clown de Ibiza su primera parada. Le siguieron otras ciudades como Valencia, donde se inició como payaso de hospital, o Barcelona, así como países como Holanda y Canadá hasta que, por fin, cobró vida en el 2000 el viajero de Totó. "Para ser un buen payaso hay que estar muy formado", asevera, "pero no todas las personas pueden serlo, aunque se formen".

Entre sus referentes resuenan nombres como los fallecidos Charlie Rivel o Miliki, o compañeros contemporáneos como Sergio Claramunto, Jesús Jara o Eric de Bont. Todos ellos artistas que abanderan el concepto clásico de clown que va más allá de pintarse la cara y colocarse una nariz roja. "No vale con aprender a hacer figuras con globos. Hay que dignificar la profesión", manifiesta Daniel Mesa. Para él, "ser payaso es algo complejamente sencillo" y hay que estar constantemente "desaprendiendo y aprendiendo" y en contacto con la realidad y los cambios sociales y culturales. "Yo adapto mis espectáculos al lugar y al entorno donde voy". Entre sus objetivos también se encuentra el de "conseguir que además de que se rían los niños, también lo hagan los mayores". Para Daniel llegar a todos los públicos es una de las cosas más complicadas de su profesión, pero no por ello es imposible. De hecho, además de su show más antiguo, Totó el payaso viajero, cuenta con Wauu!, que es la "improvisación musical para adultos" que interpretará mañana en el Bambalinón.

Hace poco estrenó El Ring, creado para desarrollarlo en la calle. Y no solo eso, también da el taller para familias Juguemos a ser payasos y el curso Simpleza clown. Este último, precisamente, es el que impartirá próximamente en San Sebastián antes de coger la maleta con destino a Francia, donde le esperan París y Lyon. Más adelante le llegará el turno a Andalucía. Y es que Mesa ha sido seleccionado entre más de 200 compañías de toda Europa para formar parte de los carteles de distintos festivales en los que se ha abierto hueco desde hace ya dos años, cuando asistió al primero en Tarifa (Cádiz). Un sueño que puede hacer posible gracias al apoyo de su mujer Sara, pero también al programa Canarias Crea dependiente del Gobierno regional, que financia sus viajes.

Una de las curiosidades de sus aventuras es que siempre se encuentra algún canario entre el público al que también consigue arrancarle una sonrisa. Esto es una de las cosas que más llama la atención a la futura bailarina y más mayor de sus dos hijas. "Me pregunta que cómo consigo hace reír a gente que no me conoce", cuenta divertido. La respuesta para él es muy sencilla. "Encadeno una tontería tras otra. Soy 100% clown".

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