El Luanda 11 un barco chatarra que se encuentra abandonado desde hace años estuvo a punto ayer de hundirse en el pantalán de Cory, en el Puerto de La Luz, tras escorarse debido a la apertura de dos vías de agua en su maltrecho casco. La rápida intervención de los técnicos y operarios durante toda la mañana de ayer -tras advertir la policía portuaria la peligrosa inclinación de la embarcación- impidió el naufragio. El Luanda 11, un pesquero de 57 metros de eslora, es uno de los cuatro barcos abandonados con más riesgo de hundimiento que se encuentran atracados en el recinto portuario, debido a la falta de mantenimiento que sufren.
Hace algo más de tres meses se hundió otra nave abandonada, el pesquero coreano Poong Lim, que además provocó un grave problema de contaminación en las aguas portuarias. El Luanda 11 no corrió ayer el mismo destino gracias a la milagrosa y rápida intervención de técnicos y operarios, para mantenerlo estable. "Se salvó de milagro", manifestó un testigo de los trabajos de reflotamiento.
Según informó el director del Puerto, Salvador Capella, el barco "quedó estable, con una pequeña escora permanente de babor", después del mediodía, tras la intervención de los buzos y el achique del agua que se introdujo por dos vías abiertas en el casco, labores en las que intervino la empresa Servicios Portuarios Canarios (Sepcan), que se ocupa también desde el pasado mes de febrero de los barcos abandonados, tras renunciar la compañía encargada de estos buques, a raíz del hundimiento del Poom Ling.
Casco ruinoso
La inundación del casco del buque Luanda 11 se estaba produciendo desde hace varios días, debido a la apertura dos vías de agua en el ruinoso casco. Sin embargo, las alarmas no saltaron hasta las nueve de la mañana de ayer, cuando agentes portuarios se dieron cuenta del importante escoramiento que sufría la embarcación.
Los buzos y operarios de Sepcan acudieron de inmediato y trabajaron durante toda la mañana hasta lograr cerrar los boquetes, mientras otra embarcación se encargó de extraer el agua salada del interior de la nave con varias bombas de achique. Los técnicos seguían inspeccionando ayer el casco del barco en busca de otra posible vía de agua, aunque esperaban que no se produjera ninguna más. Más de veinte personas participaron en los trabajos de estabilizado del barco que, según recordó Salvador Capella está pendiente de ser enviado al desguace o hundido fuera del recinto portuario. Además de la intervención para impedir que el barco zozobrara, se instalaron barreras para impedir un posible episodio de contaminación.
El conato de naufragio pone de manifiesto la necesidad del traslado de estos barcos abandonados. La Autoridad Portuaria abrió el pasado mes de febrero un expediente sancionador a la empresa Chárter Marítimo Archipiélago Canario, la que se encargaba de mantener los barcos abandonados, por haber cometido cinco infracciones en relación con el hundimiento del pesquero coreano, que tuvo lugar el pasado mes de enero.
Una inspección realizada por la Autoridad Portuaria ha puesto de manifiesto también que los 19 buques que están abandonados en el Puerto de La Luz, no recibían el mantenimiento por parte de la empresa que estaba encargada de este cometido, que tras el naufragio de uno de ellos y sus desastrosas consecuencias renunció a seguir con esta tarea.
Según la citada inspección, el estado del Luanda 11, el Pesconuba, Acosua y Alba 11 es tan ruinoso que fuentes portuarias consideraron en febrero pasado que la mejor solución es hundirlos. La parte más afectada de estas embarcaciones son sus cascos. El presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, indicó en febrero pasado que su idea es que la mayoría de estos buques sean achatarrados en Logiscrap.
