El viceportavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Ángel Sabroso, solicitó ayer al alcalde capitalino, Augusto Hidalgo, que termine con la "guerra declarada" por el concejal de Urbanismo, Javier Doreste (Podemos), a los empresarios del Centro Comercial Sotavento. Sabroso recordó que "un alcalde no puede estar permanentemente ausente de los problemas que hay en la ciudad, máxime si quien los genera es su concejal de Urbanismo", en relación al primer teniente de Alcalde y destacado miembro de Podemos, Javier Doreste.

Estas declaraciones se producen después de que la jueza titular del Juzgado de la Contencioso número 2 incluyera en un auto que corregía la orden de precinto municipal, donde afirmaba que "no queda acreditado" un motivo de seguridad que justifique el cierre de una popular terraza.

En este sentido, el edil lamenta que "una vez más haya tenido que ser un juzgado el que corrija las decisiones que el Ayuntamiento está tomando con respecto a Sotavento". La imagen que se está trasladando del ocio nocturno en la capital "se debe a la incapacidad del Tripartito para encontrar soluciones y liderar una respuesta ponderada y sensata", continúa el viceportavoz popular.

Las distintas decisiones que Doreste ha adoptado "ponen en riesgo puestos de trabajo, economía, oferta turística, de restauración y ocio, además de la imagen de capital abierta y cosmopolita de la que siem-pre ha hecho gala nuestra ciudad", enfatiza. El edil popular recuerda que todo esto sale dañado por una "gestión nefasta" de un conflicto que se alarga ya "demasiado" en el tiempo y al que se es incapaz de dar una respuesta.

El cierre de una actividad "debe ser el último recurso cuando se tiene en cuenta el interés general", explica Sabroso. "El conflicto con los taxistas en relación al Decreto de Libranza, en el que también la justicia ha tenido que enmendar la plana al Tripartito; los millones de euros paralizados ante la incapacidad de agilizar las licencias que han denunciado los empresarios de la construcción; el empecinamiento con los empresarios del ocio nocturno, dañando la oferta de ocio de la ciudad y poniendo en riesgo cientos de puestos de trabajo, son algunos ejemplos de cómo una Administración pública debe solventar problemas y no crearlos", finaliza.