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Urbanismo El futuro de la ciudad histórica

Los arquitectos aplauden la ampliación de usos y la peatonalización del casco

Consideran fundamental el anillo que une Las Rehoyas con el Pambaso para reducir el tráfico en Vegueta y Triana

Los arquitectos aplauden la ampliación de usos y la peatonalización del casco

La mayoría de los arquitectos de la capital grancanaria consultados por este periódico aplauden el nuevo Plan Especial de Protección (PEP) de Vegueta y Triana, tanto por la ampliación de usos como por la flexibilización de la normativa, que buscan hacer compatible la protección del patrimonio con la reactivación y la vuelta de la gente al casco histórico. José Antonio Sosa y Magüi González plantean que se haga de inmediato la nueva conexión entre Las Rehoyas y el Batán, a través de un túnel por debajo de la montaña de San Francisco, porque ello permitirá reducir el tráfico y peatonalizar o rodonalizar toda la zona. Sosa y Carmelo Suárez echan en falta la inclusión de los Riscos en el nuevo plan, que sustituye al vigente Pepri de Vegueta y Triana. Carmelo Suárez reivindica el papel de estos barrios en el origen de la urbe y lamenta que la ciudad les siga dando la espalda. "Por ahí hace aguas el plan", critica Suárez. Sosa añade que si la inclusión en el plan "significa burocratizarlos, mejor dejarlos como están".

El presidente del Colegio de Arquitectos de Gran Canaria, Vicente Boissier, considera excesiva la restricción de camas turísticas en Vegueta, mientras el arquitecto Carmelo Suárez rechaza de plano la liberalización total de usos y advierte del peligro de dejar un casco histórico a merced de las reglas del mercado.

El catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Antonio Sosa, critica, sobre todo, el "desastre" que ha supuesto el plan de protección vigente. A su juicio la excesiva rigidez ha conseguido el efecto contrario al perseguido. "El Pepri tiene una gran cantidad de incertidumbres y prohibiciones que hacen inviable cualquier actuación" en los edificios de Vegueta y Triana. "Tiene una complejidad y un nivel de exigencias tan amplio que impide sacar adelante las obras, porque lo primero que exige un promotor que quiere realizar una inversión para hacer una casa o rehabilitar un edificio es cierto grado de seguridad", sostiene Sosa, quien se muestra satisfecho de que el nuevo plan, realizado por los técnicos de la Concejalía de Urbanismo, que dirige Javier Doreste, trate de flexibilizar la actual normativa. Tras aclarar que no ha tenido tiempo de leerse el documento -que se debatirá con profesionales, empresarios, comerciantes y vecinos para aprobarlo a finales de este año-, admite que lo que le ha llegado le gusta. "Dos de los objetivos que tiene que cumplir un plan de protección", dice, "es flexibilizar y dar seguridad jurídica, porque lo que hemos visto hasta ahora es que una excesiva protección produce el efecto contrario: la falta de protección", porque la gente se salta la legalidad o arruina las casas. "Lo que no es lógico es que se tarde hasta dos años en hacer una intervención en el casco histórico. Hace falta una normativa inteligente y flexible". A su juicio, no son lógicas las limitaciones que hay para instalar un hotel en el casco histórico, aunque considera excesivas las 400 camas que pone como tope el Plan General de Ordenación (PGO). "No hay turistas para tantas camas", advierte, mientras que Vicente Boissier es contrario a que se establezcan límites a la ocupación turística del casco. "El tope de 400 camas es innecesario porque estas cosas normalmente se regulan solas. Si el casco no da para más camas no se harán. Estas limitaciones lo que hacen es crear un mercado artificial de camas. Lo único que hay que exigir es que se hagan bien y que se cumpla la normativa", sostiene Boissier.

Mercado

"El mercado no regula nada", advierte Carmelo Suárez, que añade: "Ha sido el mercado el que nos ha llevado a la crisis. El mercado destruye las ciudades porque prioriza las ganancias sobre el interés social. Si la hubiéramos dejado en manos del mercado, Vegueta ya no existiría. Estaría en el suelo y llena de torres. Hay que regular el uso turístico, porque el valor social, simbólico e histórico de la ciudad es muy alto y el mercado nunca lo va a tener en cuenta por sí mismo. Hacen falta ciertos controles y esa es la función del planeamiento". En cuanto a las actuaciones del nuevo plan, ve "discutible" la transformación de una parte del edificio de Correos de Primero de Mayo en un edificio de viviendas, porque aumentaría muchísimo la presión residencial en esa trama urbana y respalda la peatonalización pero reclama que se aumente la calidad de la concepción y el diseño, ya que en las actuaciones realizadas "hasta ahora es "pésima". A la arquitecta Magüi González, profesora titular de Proyectos Arquitectónicos de la ULPGC, le parece "perfecta" toda la política de movilidad que contempla el plan para peatonalizar yrodonalizar el casco histórico. "Estas calles no están preparadas para el coche. Son muy estrechas. Yo vivo y trabajo en Vegueta y estoy encantada con las calles peatonales. Deberían peatonalizar ya la calle Doctor Chil. Clama al cielo que todavía circulen coches por ella. Hay tramos en los que la acera es estrechísima. El tráfico es como los ratones; si les dejas libres se reproducen sin control. Todas las calles del casco tienen que estar peatonalizadas".

La peatonalización del Guiniguada es la gran asignatura pendiente, a juicio de González y también de Sosa. "Hay que hacerla totalmente peatonal o rodonal, no el medio pelo que quieren hacer ahora. Por eso es necesario que se haga cuanto antes el anillo entre Las Rehoyas y El Batán. Esa actuación sí que descongestionaría Vegueta", explica González, que no es partidaria de llevar a la práctica el proyecto que realizó hace años el arquitecto Joan Busquets. "No tiene sentido abrir el barranco ahora", entiende.

También aplauden González y Sosa la restricción de zonas de copas, algo que a juicio de los arquitectos "debe estar muy controlado", porque "la gente tiene derecho a dormir. Además debe haber una normativa muy rígida con las terrazas". Carmelo Suárez echa en falta en el nuevo plan la potenciación del uso administrativo que, a su juicio debería ir más allá de los bufetes de abogados. "Hay que darle a Vegueta unas funcionalidades que ayuden a mantenerla viva, para que la vida allí no se limite a tomarse los pinchos por la noche", opina.

Boissier entiende que el PEP se "podría flexibilizar aún más. El plan está para proteger las casas que deben ser protegidas y lograr que la gente pueda vivir, que genere riqueza y cree puestos de trabajo".

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