El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria propone un nuevo sistema de puntuación para el concurso de murgas para el Carnaval de La eterna primavera, que se celebrará del próximo 10 de febrero al 5 de marzo. Así se lo hicieron saber ayer a los directores y presidentes de las agrupaciones el alcalde capitalino, Augusto Hidalgo y la concejala de Carnaval, Inmaculada Medina, durante una reunión en la que también estuvieron acompañados por el gerente de Promoción, Agustín Díaz y el coordinador de grupos, José Martín.

El nuevo modelo, cuyo reglamento ha sido elaborado por la sociedad que organiza el concurso, se basa en la valoración por ítems y que persigue que los criterios sean objetivos y transparentes. Así, los tres jurados se encontrarán con una serie de plantillas en donde figurarán diferentes factores relacionados con las modalidades a juzgar tanto en las fases como en la final del concurso.

Los cambios, según explicó Medina, ponen en valor el concurso porque aportan fiabilidad, no sólo aumentan la profesionalidad y la equidad entre los participantes, sino que ayuda a los grupos a identificar sus fortalezas y debilidades, algo que ayuda a controlar su propio crecimiento.

La valoración de letra y puesta en escena, correrá a cargo de los cinco integrantes de la mesa 1; las voces, coreografía, percusión y dirección serán analizadas por los tres componentes del jurado de la mesa 2; y el vestuario será juzgado por tres especialistas convocados en la mesa 3.

Las personas encargadas de puntuar las letras y la puesta en escena tendrán que valorar la actualidad y vigencia de los temas, la originalidad y creatividad de las mismas, así como la coherencia en la elección de vocablos con respecto a la temática, o el uso del humor, la sátira y la ironía, entre otros. Este apartado será valorado con un máximo de 6 puntos en las fases y con un máximo de 12 en la final.

En lo que se refiere a la puesta en escena se puntuará también la expresión corporal, el uso de elementos decorativos, la interpretación de la figuración y la relación que mantiene la puesta en escena con la temática.

El análisis factorial de voces, coreografía, percusión y dirección contempla la inteligibilidad, la vocalización, la armonía, la afinación, la dificultad, el uso del pito murguero, que según las bases será obligatorio, la sincronización de movimientos, entre otros ítems. Al igual que sucede con las letras, las voces podrán ser valoradas con puntos que oscilan entre el 0 y el 12 en la final. Dentro de la categoría de vestuario el jurado tendrá que puntuar el resultado individual y en grupo, también la calidad y acabados, así como la forma en que se ejecute y resuelva el maquillaje.

Las bases, además, contemplan importantes cambios como la permanencia en la puntuación de máximos y mínimos; el aumento del número de componentes para que el grupo tenga consideración de murga, que pasará a 35 personas. Asimismo, también está incluida la determinación de limitar a ocho el número de grupos que pasen a la final, independientemente del número de murgas que participen; la obligatoriedad del uso del pito, un elemento característico que ha ido perdiendo presencia en el concurso; el impulso que se da a la crítica a través del humor y la ironía, prohibiendo explícitamente las faltas de respeto con palabras ofensivas, obscenas, deshonestas e injuriosas.