La práctica totalidad de las edificaciones construidas antes del siglo XVII han desaparecido del paisaje del casco histórico de la ciudad. Además de la Catedral de Santa Ana, que comenzó a construirse a principios del siglo XV, apenas cinco casonas, en su mayoría pertenecientes a la Iglesia, han sobrevivido al paso del tiempo. La trama urbana de los siglos XVI y XVII ha permanecido intacta en el casco histórico, pero las construcciones de esas épocas no han corrido la misma suerte y han sido reemplazadas por otras. Las edificaciones del siglo XVI se pueden contar con los dedos de una mano y las del XVII, aunque son más numerosas, apenas llegan a 80. La mayoría están en Triana y en Vegueta sólo quedan 35.
En la calle Herrería, esquina con La Pelota, se encuentra una de las muestras más antiguas de la arquitectura de la ciudad, aunque ha sufrido varias remodelaciones a lo largo del tiempo, como el resto de inmuebles del XVI, aunque conserva una de sus fachadas originales. La Casa del Deán, propiedad del Obispado, se encuentra en estado generalizado de ruina. El edificio pide a gritos una restauración, una circunstancia que se encarga de aclarar el anuncio de una inmobiliaria en Internet, que la vende como "chalet" por 450.000 euros. La fachada que da a la calle de La Pelota, que fue restaurada, se encuentra en mejor estado, pero la que da a la calle Herrería ha tenido que ser apuntalada con hierros y enmallada para evitar su derrumbe.
El resto de casonas del XVI se encuentra en mejor estado, como la Casa Muxica y Matos, en la calle de Los Balcones número 9, que se ha convertido en una edificación incorporada al Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). En la lista de las supervivientes están también la Casa del Canónigo, en la plaza del Espíritu Santo número 1 y la Casa Episcopal, en la plaza de Santa Ana, número 12. Todos estos inmuebles se encuentran en las inmediaciones de la Catedral y la plaza de Santa Ana, el núcleo primigenio de la ciudad. Un poco más alejado, en la calle Armas número 4, se encuentra el caserón donde vivió una de las hijas de Tenesor Semidán, luego llamado Fernando, o Hernando, Guanarteme. Margarita Fernández de Guanarteme -Guayarmina, la denominada última reina de Canaria- fue bautizada con este nombre cristiano, tras la rendición de Ansite y la inmolación de su primer marido, Bentejuí, según explica el historiador Faneque Hernández. Después se casaría con el hidalgo extremeño Miguel de Trejo Carvajal, con el que se supone vivió en la casona de la calle Armas, ahora propiedad de la familia Alonso, en cuya fachada una placa recuerda que allí vivió tan ilustre vecina. La última residente de la casa murió hace poco, comentan los vecinos, y ahora sólo tiene uso la planta baja, donde hay varias consultas médicas.
Antigüedad
Según el Plan Especial de Protección (PEP) de Vegueta y Triana, que sustituirá al vigente Pepri, la inmensa mayoría de las edificaciones catalogadas pertenecen al siglo XX.
El 42,6% de los edificios integrados en el Plan pertenecen al siglo XIX. Le siguen, con un 39,3%, los inmuebles construidos en la primera mitad del siglo XX. Las construcciones de los siglos XVII y XVIII tienen una presencia residual, con un 15%. En Triana los edificios del XIX son mayoría, con un 52%, mientras que en Vegueta, el grupo dominante está formado por los edificios de la primera mitad del siglo pasado. En cuanto a su estado de conservación, los redactores del PEP señalan que sólo el 3%, unos 51 edificios del casco histórico, es malo. "En general", aseguran los técnicos, "el ámbito presenta un buen estado de conservación", ya que "practicamente el 80% de los inmuebles (1.472) mantienen correctamente su fachada". Unos 311 inmuebles tienen un estado de mantenimiento regular y los peor conservados abundan más en Vegueta que en Triana, una circunstancia que seguramente está relacionada con el abandono de las casas. Llama la atención la concentración de gran número de casas en mal estado en la calle Ramón y Cajal, frente del San Martín Centro de Cultura Contemporánea, donde se hallan cuatro inmuebles muy deteriorados. En Triana, sólo se contabilizan 15 edificios en mal estado, entre ellas, la casona de la calle Cano, que hace esquina con la calle Torres, cuya fachada está rodeada en su totalidad con una valle metálica, tras el incendio sufrido en 2006.
El nuevo plan permite su demolición, pero obliga a sus dueños a respetar la fachada de la calle Cano. El resto de edificios en mal estado de Triana se localizan en la calle Pérez Galdós y en la manzana formada por las calles Triana-Perdomo-Viera y Clavijo-Constantino. Del medio centenar de edificios en mal estado, 19 están catalogados.
