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Cine

Treinta horas buscando a Max

La Alameda de Colón y sus inmediaciones reunieron a cientos de seguidores en busca de la "última oportunidad" para ver de cerca a una de las grandes estrellas de Hollywood, Brad Pitt

Brad Pitt con una pequeña fan, el actor saludando a los seguidores ANDRÉS CRUZ

Entre el Hotel Santa Catalina y la Alameda de Colón, hay cuatro días y más de 30 horas de distancia. Son las que ha recorrido Edith Romero Hidalgo, una vecina de La Isleta junto a sus hijos Giuseppe y Abdul en busca de Brad Pitt, el actor estadounidense que da vida al personaje de Max Vatan en la película Allied, la superproducción americana que se rueda en Gran Canaria desde el pasado viernes, a las órdenes de Robert Zemeckis.

"Cuando llegó el primer día lo fuimos a ver al Hotel Santa Catalina, pero lo mejor fue el sábado en Belén María, que se acercó a saludarnos y hoy -por ayer- estamos aquí, en la Alameda de Colón desde las cuatro de la tarde. Llevamos por los menos unas 30 horas detrás de él", indicó en referencia a Brad Pitt, al que calificó como una persona "super agradable y muy cercana a la gente, en Belén María se comportó genial, se acercó a todo el mundo, y nos estuvo saludando".

Al igual que Edith, cientos de personas se fueron congregando ayer, desde el mediodía, en las inmediaciones de la plaza Hurtado de Mendoza y de las calles Remedios y Peregrina, hasta que éstas fueron cerradas al paso, trasladándose el grueso de la multitud hacia Mesa de León, Obispo Codina y Juan de Quesada, buscando un hueco entre las vallas de seguridad para ver el último día de rodaje de Allied en la capital gran canaria.

"Es nuestra última oportunidad para ver de cerca a un actor de Hollywood tan importante como es Brad Pitt", decía María Luisa Pérez, una señora de Guanarteme que llevaba dos horas en un lugar estratégico, guardando el sitio a sus hijas, "que están al llegar".

Para María Luisa , el de ayer fue su primer día de rodaje, "porque esa paliza no me la puedo permitir", decía tras oír el testimonio de Edith Romero, que tras más de 30 horas en estos tres días tenía claro que ella, y sus hijos iban a estar ayer hasta la madrugada.

"Esto hay que vivirlo, la gente que está rodando es muy , muy amable, la seguridad excepcional, y a la Isla le va a venir muy bien", apuntó Edith quien se declara "supermegafan" de Brad Pitt, y que cuando "me enteré por LA PROVINCIA que iba a venir, teníamos claro que haríamos lo que fuera posible para verlo".

"En Belén María estuvimos hasta las dos de la madrugada, y valió la pena porque se acercó a saludarnos. Hoy pensamos quedarnos hasta las tres, por lo menos, porque traje la película Guerra Mundial Z y me encantaría que Brad Pitt se la firmara a mi niño".

Otra de las incondicionales del actor es Lucía, una joven de 15 años que prefiere no dar su apellido porque "el viernes estuve esperando a saludar a Brad Pitt en la calle Canalejas y mi padre me penó sin salir porque llegué muy tarde", algo que no le impidió estar ayer allí con dos de sus amigas. "Me escapé porque ya se va mañana, y no me importa lo que me pase porque un segundo con Brad Pitt, lo vale todo", afirmaba como si le fuera la vida en ello.

Expectantes estaban María José Cruz, Mari Nieves Santana y Marjory Mendoza, que ayer se plantaban por primera vez en el rodaje de Allied "para ver un poco como se desarrolla todo, porque esto es una gran oportunidad que nos están dando a la Isla, si vemos a Brad Pitt mejor, pero ya sólo conque nos hayan elegido para rodar aquí una producción de esta envergadura, nos podemos dar por satisfechos. Además de un buen clima ahora resulta que somos un lugar para hacer cine, un plató natural perfecto", afirmaron...

Pero no sólo Brad Pitt tuvo sus admiradores, los camellos que permanecían al lado de la estatua de Benito Pérez Galdós, instalada frente al Teatro que también lleva su nombre, a espera de que comenzara el rodaje, tuvieron su cuota de fama e hicieron las delicias de los más pequeños, que más que en un rodaje pensaban que estaban en un parque temático, por los burros que se encontraron a continuación, y los coches de época, que también causaron asombro.

Aída Benítez ya estuvo el viernes en el rodaje en Arenales, "pero vi poca cosa", sin embargo ayer tenía un motivo de causa mayor para estar junto a la Alameda de Colón, y es que su marido actuaba de figurante. "Yo no puedo decir que estoy aquí para ver a Brad Pitt", bromeó.

Sobre las 19.45 horas comenzó a oírse una algarabía tras el paso de un coche blanco con los cristales tintados. "Es él, es él", decían corriendo unas chicas hacia Mesa de León, "no me puedo creer que no haya parado", apuntaba una señora mayor al lado, "ya no voy a ver la película".

Lo cierto es que el actor, tres horas más tarde, se tomó su tiempo para acercarse a los pacientes seguidores que aguardaban su saludo tras la valla desde muy temprano, e incluso tomó en brazos a una niña. "Además de guapo, buena gente", decían sus fans. En la ciudad de Las Palmas habrá un antes y un después, tras el paso de Max Vatan.

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