Un enorme cielo azul se despliega sobre la calle, delante de la Catedral de Santa Ana, como un horizonte repleto de derechos hacia el que hay que caminar. Al lado, un montón de manos levantando carteles con corazones, para que todos los miembros de la sociedad sean iguales, componen los dibujos de la alfombra de Cáritas Diocesana, que se completa con las palabras: "Por los derechos, pon tu corazón", el lema elegido por la ONG para celebrar el Corpus Christi. Voluntarios, personas atendidas por los proyectos, contratados y jóvenes de otros movimientos participaron durante más de cinco horas en la elaboración de la alfombra. Elena Henríquez, coordinadora de Desarrollo Institucional de Cáritas, advierte que la última memoria de la ONG refleja que "los derechos siguen siendo vulnerados, las personas siguen viviendo en situaciones de precariedad y queremos reivindicar que hay que poner el acento para que todos tengamos los mismos derechos". Henríquez constata que "no hay un avance real para estas personas en exclusión y aunque las cifras macroeconómicas mejoran no hay una repercusión directa sobre ellas, pues no acceden a un empleo y si lo hacen, las condiciones no son dignas, porque no les permiten una estabilidad y siguen sin recursos suficientes par cubrir sus necesidades básicas". Un poco más allá de la Catedral de Santa Ana, en la calle Reyes Católicos, se despliega la alfombra más bonita de este año. Es la más tradicional, la que viene patrocinando la Casa Condal desde el siglo XVIII, elaborada con hierba recién cortada y miles de pétalos de rosas de todos los colores. En la elaboración de este tapiz participa desde hace unos diez años la Cofradía del Santo Encuentro de Cristo, que durante la madrugada del domingo también confeccionó la alfombra de la calle Espíritu Santo. Jesús Manuel León, Hermano Mayor del Santo Encuentro, resalta el "sentimiento cristiano y de participación" que quiere transmitir la fiesta del Corpus Christi. Antes de cubrir un tramo de asfalto de Reyes Católicos con el tapiz, varias personas estuvieron cortando el césped en el campo de golf y varios jardines del sur de la Isla, que luego fue transportado en un camión hasta el casco histórico.
Rosas de colores
Unas 18 hermanas de la cofradía se emplearon a fondo el pasado sábado deshojando rosas pétalo a pétalo, con los que ayer trazaron maravillosos arabescos sobre los adoquines para que pasara sobre ellos, a partir de las ocho de la noche, la procesión con el Corpus Christi. "A la una de la tarde dejamos la alfombra lista para el Corpus, la festividad más solemne. Hacemos todo lo posible para embellecer las calles por donde pasa la procesión", que baja por Espíritu Santo, sube por Doctor Chil y vuelve otra vez hacia Santa Ana. Hace unos 30 años, la procesión era más larga y pasaba por más calles. Rara era la vía que no tenía alfombra, recuerdan los más viejos, que añoran cuando las paredes de los caserones se engalanaban con hojas de palma. Las alfombras, aclara León, se ponen "no sólo para embellecer las calles sino para que pase el Cristo sobre ellas. Lo importante de toda esta fiesta es la eucaristía de las siete de la tarde, que tiene la particularidad de que van los niños de primera comunión y luego participan en la salida procesional. Ese es el sentir cristiano y religiosos en torno al Corpus Christi".
León recuerda que el Corpus "se perdió un poco desde hace unos 25 años". Anuncia que su cofradía prepara para el próximo año una serie de actos para impulsar la fiesta, que además de su carácter religioso, tiene una vertiente cultural. "No debemos de perder nuestras raíces porque cuando nos vengamos a dar cuenta no encontraremos nada. Han cambiado los tiempos y ahora mismo el recorrido de la procesión es más corto y las alfombras son las que son. Lo que tenemos que hacer es luchar por potenciarlas", resalta, mientras contempla como otro miembro de la hermandad riega los pétalos con agua y cola para que el viento no se los lleve y aguanten hasta el paso del Cristo.
