La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

"Aporté mi granito de arena para reducir un poco el machismo en el Puerto"

"En un negocio en el Puerto antes te podías fiar de quien tenías delante; ahora hemos pasado al ´todo vale", destaca la Presidenta de la Asociación Iniciativas Humanas

Caridad Cuyás, presidenta de la Asociación Iniciativas Huamanas. JUAN CARLOS CASTRO

¿En qué consiste exactamente el convenio firmado con la Fundación Belén María?

Es un convenio de colaboración en el que la Fundación Belén María aporta voluntariado para las labores de nuestra asociación, y nosotros ayudarles en la medida en que nos sea posible. La Fundación difundirá entre sus benefactores, estibadores portuarios y sus familias y ciudadanos en general los fines nuestros, y animará a participar en nuestra acción social. El voluntariado vendrá de dentro del Puerto, pero la actividad se llevará a cabo fuera de él. E, incluso, si en las familias de los portuarios hacen falta voluntarios para atender a personas mayores, allí estaremos nosotros. Se trata de acompañar a los mayores donde nos necesiten. Pero para eso, hace falta voluntariado; sin el voluntariado no podemos hacer nada; es lo esencial. Somos 50 voluntarios entre mujeres y hombres, cuyo perfil es el de personas jubiladas, pues disponen de algo tan preciado como es el tiempo.

¿Por qué el Puerto?

Porque allí he vivido 35 años de mi vida, y sigo vinculada a él. De hecho, el convenio surge en la cena de Navidad en el Puerto, y Miguel me propuso que podían colaborar con nosotros. Para mí es la bomba, porque yo he estado ahí 35 años y una no se puede olvidar; y de los estibadores menos. Ellos a la vez, quieren ayudar a las personas; de hecho, tienen unos talleres en su sede para que las personas mayores aprendan el manejo de nuevas tecnologías como pueden ser un móvil, un ordenador o una tableta.

¿Cómo surge la Asociación Iniciativas Humanas?

Iniciativas Humanas nace en el año 2000 con el fin de ayudar a las personas residentes en Las Palmas de Gran Canaria, para acompañarlas, atenderlas y hacerles la vida un poquito más agradable. No es cuidarlas, porque para eso están los profesionales. Nuestro cometido es hacerles compañía. Lo que pedimos a los voluntarios es un día a la semana durante dos horas, que tampoco es tanto. Las personas que están en las residencias están solas, y necesitan compañía. A una cierta edad una se da cuenta de que ha tenido mucho, y hay que devolver a la sociedad lo que nos ha dado. La vida me ha dado mucho y yo tengo que devolver lo que he recibido. El secretario de Iniciativas Humanas es Juan Francisco Fonte, que también colabora con el voluntariado. Estamos en Las Palmas de Gran Canaria, pero este año hemos empezado también con voluntariado en la zona de Telde, en el Hospital Ciudad de Telde, y desde aquí hago un llamamiento a todo el mundo en ambas ciudades para que contacten con nosotros, porque nos hace falta voluntariado.

¿Qué otros proyectos futuros tiene?

En julio vamos a empezar con un nuevo proyecto, a través del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, para visitas a domicilio. Aún no sabemos exactamente la zona que nos tocará, aunque seguramente será el cono sur. Y esto será igual, dos horas a la semana; irán dos personas por casa, porque a domicilio no se puede ir solo, por muchísimas razones. Solamente es acompañar, porque estas personas ya están atendidas. Alguien que vaya a leerles un rato, a escucharles... Ese es nuestro papel. Tampoco es pedir mucho. Y cabe destacar que a los universitarios que van a buscar trabajo, el haber hecho voluntariado da puntos en el currículum; es algo que ahora miran mucho las empresas.

Usted ha sido una figura de gran relevancia en La Luz. ¿Cómo era el recinto cuando usted llegó y en qué ha cambiado ahora?

Ha cambiado muchísimo, pero cada etapa ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Yo llegué en el año 80 y, entonces, una mujer no era nada allí. Antes te fiabas perfectamente de la persona a la hora de hacer un negocio; ahora hemos pasado al "todo vale". Ese ha sido el gran cambio, que para mí es un paso atrás. Aunque ese no es un cambio exclusivo del Puerto, sino de la sociedad en sí misma. También ha cambiado en el hecho de que antes no veías plataformas, sino barcos de carga y descarga. Y la globalización de las comunicaciones también ha implicado un enorme cambio en el Puerto, sobre todo para las consignatarias y las agencias de aduanas. Ese ha sido el gran avance.

Comenta que, cuando usted llegó, 'una mujer no era nada allí'. ¿Considera que hay machismo en el Puerto?

Sí. El sentimiento y la manera de trabajar en el sector portuario es distinto que en el resto de la ciudad. La mujer allí, todavía, no ha dado el salto. En el Puerto, los trabajos de las empresas del sector portuario suponen una actividad de 24 horas. Una mujer, si está casada y tiene hijos, no puede estar, ni aunque quiera, 24 horas trabajando. En cualquier caso, tampoco hay predisposición, porque yo fundé la Asociación de Empresarias del Puerto de Las Palmas (Aeport), y cuando yo me marché se ha dejado un poco de lado. Ha sido una gran pena para mí y para el Puerto. La asociación sigue existiendo, pero no tiene vida; yo espero que algún día se retome y le den algún día, otra vez, la fuerza que un día pudo tener y que tuvo.

¿Cree que, de alguna manera, con su presencia en el Puerto, aportó su granito de arena para reducir, al menos un poco, el machismo en el Puerto?

Yo creo que sí; de hecho, creé la Aeport. Cuando yo entro por primera vez a una junta en la Asociación de Consignatarios, era la primera vez que entraba una mujer y se sentaba en la mesa; incluso constó en acta. En general, nunca fue fácil, por mi condición de mujer, trabajar en el Puerto. Eso sí, yo respetaba a todo el mundo y todo el mundo me respetaba a mí.

¿Cómo valoraría la situación actual de La Luz y su gestión?

Yo creo que la gestión está bien. Yo sigo conectada con el Puerto a través de Fedeport, porque soy presidenta de honor y asisto a las reuniones. Yo creo que Luis Ibarra y todo su equipo lo están haciendo bien; están intentando sacar adelante el Puerto haciendo que trabajen todos en conjunto. Es un trabajo que antes hacían solamente los consignatarios, porque la administración no acompañaba. Era el consignatario el que tenía que traer y captar al cliente para salir adelante. Lo que ha bajado es el tráfico de contenedores, pero no es por culpa de la gestión, sino por la crisis que hay. Le veo mucho futuro a este Puerto y el equipo, con Luis Ibarra a la cabeza, funciona muy bien. Conociendo cómo es el Puerto y viéndolo ahora desde fuera, creo que está funcionando bien.

¿Qué sectores funcionan mejor?

Los consignatarios son, creo yo, las empresas importantes de un Puerto, son los que atienden a los clientes. Son los que reciben. Y también hay que destacar el de las reparaciones navales, que ha supuesto un empuje increíble.

Compartir el artículo

stats