Rafael Fernández nació en la capital grancanaria hace 42 años. Se crió en Schamann, después se mudó a Escaleritas y acabó en Puerto Rico, donde encontró la inspiración para escribir una historia que acabó llevándole a Madrid. Es precisamente de vuelta a la capital madrileña donde le ha ocurrido una de esas historias que, llevadas a Internet, se convierte en ese término tan manido actualmente: viral. O lo que es lo mismo, estos días todo el mundo habla en las redes de este escritor, quién decidió rechazar una oferta de trabajo de 1.000 euros que le obligaba tener exclusividad con la empresa. La historia puede ser una más de un montón, pero Fernández decidió contarlo en su blog (www.eZcritor.com) y en cuatro días ha conseguido más de 300.000 visitas. "Mi precio son 5.000 euros", dijo este grancanario a un grupo de ejecutivos, que después de decirle que si se creía Vargas Llosa, decidieron aumentar la oferta. "Con dolor, como si estuviera de parto, uno de ellos subió el sueldo 100 euros. Dios mío. Me quería morir".

El libro vital de Fernández empieza en Gran Canaria y, por ahora, se sigue escribiendo en un pueblo de Asturias. Se crió en Ciudad Alta. "Cuando tenía 14 años leí un cuento de Gabriel García Márquez; por su culpa quise ser escritor". Esa obra "¡hizo magia en mi cabeza!", exclama. "Trabajaba en El Corte Inglés de 7 Palmas, me iba muy bien, pero dejé ese trabajo para ser camarero en la noche turística de Puerto Rico para ganar experiencias en la vida y escribir mejor", cuenta. Y de ahí salió un premio del periódico 20minutos.es, que le permitió trabajar para el diario. Y cuando se hartó del estrés de Madrid se refugió con su "amada esposa" en la aldea Valle de Paredes, donde ha escrito seis libros más.

Fue hace 15 días cuando le llegó una oferta de trabajo que le iba a convertir un par de semanas después en uno de los hombres del momento. "Me puse súper contento. Por teléfono me dijeron que yo era una leyenda para ellos". Le pagaron una noche de hotel y un pasaje de tren a Madrid. Pero en la capital española le esperaba una sorpresa: ese empleo que le habían ofrecido, que le iba a permitir aparcar eso de ser autónomo, tenía truco. "En la entrevista me soltaron que el sueldo era de 1.000 euros con exclusividad". Eso chirrió en el cerebro de Fernández. No tanto por el sueldo. "Estaba bien", asegura. "Me fastidió lo de la exclusividad", añade. "¡Querían que escribiera y creara solo para ellos durante un año y sin firmar con mi nombre! Tenía que dejar mi blog, mis proyectos por un año, olvidarme de mí por completo. Me sonó a esclavitud", señala.

En ese momento no pudo retener su indignación. "Les informé de que la exclusividad se tenía que pagar y mi precio era de 5.000 euros al mes". Ahí salió el nombre del Premio Nobel peruano y la contraoferta por parte de la empresa para tratar de contratar sus servicios. "Me quisieron hacer sentir mal por haber tomado el pasaje de tren y la noche de hotel, pero si me hubieran dicho lo de la exclusividad desde el principio jamás hubiera aceptado reunirme con ellos".

Y decidió contarlo todo en su página web. Lo hizo como si fuera un artículo más. Terminó de escribirlo a las once y media de la noche del pasado jueves, cuando le dio a la tecla que lo publicaría en Internet. "Pensaba que iba a tener 1.400 visitas o 2000; como mucho 4.000, que alcanzo con algunos". Pero cuando se despertó saltó la sorpresa: "¡Tenía 30.000 visitas!". Y creciendo. Ayer esta cifra se había multiplicado por diez y ya había superado las 300.000 visualizaciones.

El éxito se debe, en su opinión, a que la gente "se ha sentido identificado con él". "Los de arriba -empresarios-", agrega, "han creado una realidad en el cual unas cadenas, unos grilletes y lo justo para comprar algo en un centro comercial los fines de semana nos parece el no va más". Aunque reconoce que el post también se ha convertido viral por "quienes desprecian mi filosofía de vida o quienes están cogidos por los huevos, y perdonen la palabra. Me apena sobre todo leer los comentarios de la gente que dice que tiene hijos y que no podrían decir que no a una oferta como esa".

Fernández ni con chiquillos hubiera aceptado firmar el contrato. "Si tuviera hijos trabajaría el triple de lo que trabajo ahora en mi campo, con más fuerza aún. Me dedicaría a lo mismo que hago ahora pero por mis hijos, porque quisiera que estuvieran orgullosos y felices de su padre, no que vivieran con una persona amargada y fracasada".

Y con esa idea, después de decir no al empleo mileurista, este grancanario está terminando el guión para un largometraje "que he creado con un genio y he de entregar una parte este domingo por la noche". Y es que Rafael Fernández también domina lo audiovisual. Creó un corto autobiográfico llamado La travesía del desierto que le convirtió en finalista del premio Jameson Notodofilmfest. Además, escribirá un nuevo libro, el octavo en cinco años, que como los anteriores no será recomendado para menores de edad "ni para nadie" por su alto contenido erótico, como bromea en la carátula de su obra 20 Polvos. "Soy un yonki de la creación, tengo que seguir escribiendo sin parar para poder seguir viviendo libre junto a mi esposa. Tengo que conseguir escribir un ´súper éxito´ ¡Quiero llegar a Hollywood!".

Si lo consigue lo hará desde Asturias, pero con Gran Canaria en su mente. "¡Echo mucho de menos Las Canteras! ¡Por favor, cada persona que lea esto que se dé un baño por mí y me mande una foto por Twitter!", ruega. Y si lo hacen, recuerden, su sobrenombre es ezcritor, "con z".