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La casa búnker de Bandama

La casa búnker de Bandama

El Pico de Bandama es el segundo Monumento Natural más visitado de Las Palmas de Gran Canaria, tras la Playa de Las Canteras, con una media de 180.000 visitantes al año, según datos del Patronato de Turismo de Gran Canaria. Además de ser un espacio único como elemento característico de la fisionomía volcánica de la Isla de Gran Canaria, ha sido históricamente uno de los espacios más visitados y que más ha llamado la atención a locales y visitantes.

En sus inmediaciones comenzaron a cultivarse las primeras viñas traídas a Gran Canaria, dando origen a una tradición vitivinícola que llega hasta nuestros días. Además existen en sus proximidades importantes yacimientos arqueológicos de los primitivos canarios.

En el último pleno del Cabildo de Gran Canaria se aprobó por unanimidad la moción presentada por el Partido Popular en la que se solicitaba instar al Ayuntamiento capitalino a la catalogación de la casa mirador sita en el Pico de Bandama y el búnker rehabilitado que se encuentra en sus bajos, así como iniciar los trámites para iniciar un expediente BIC (Bien de Interés Cultural), de dichas instalaciones.

Por fortuna, como he indicado anteriormente, esto se aprobó por acuerdo de todos los partidos representados en la institución insular, hecho este que es de agradecer, pues se trata simplemente de preservar unas instalaciones que forman parte de la historia turística, arquitectónica y militar de la isla de Gran Canaria y que fueron recuperadas tras casi 30 años de abandono, y evitar que en el futuro pudiera volverse a dar un hecho como este. Dada la situación que nos encontramos podríamos decir que el Pico de Bandama en este tiempo fue también un monumento a la burocracia y a la desidia administrativa. Y aunque me consta que al menos dos antecesores míos en la Consejería de Turismo intentaron recuperar estas instalaciones, el hecho es que al final desistieron ante la carrera de obstáculos que suponía.

Históricamente, la llamada Caldera de Bandama fue concedida a Daniel Van Damme, venido de Amberes y casado con Juana de Vera. Hija de conquistador Pedro de Vera, quién comenzó con el cultivo de la vid, construyendo allí un lagar y casa que aún se conservan, aunque en mal estado.

El alemán Humboldt hace referencias a este espacio en las crónicas de sus viajes. Ya en el Siglo XX, el Pico de Bandama figura en el proyecto turístico de Néstor Martín Fernández de la Torre como uno de los lugares de obligada visita a quienes venían a Gran Canaria junto con el Pueblo Canario y el Parador de Tejeda.

También fue un punto de interés militar, dado su estratégica situación , puesto que desde este lugar se otea el noreste de la Isla de Gran Canaria, hecho que ya en la época de Isabel II era tenido en cuenta por los estrategas militares, por lo que fue tenido en cuenta como uno de los puntos de observación de interés militar ante posibles ataques.

En el año 1941, la entonces Junta Provincial de Turismo de Las Palmas realizó un concurso para dotar dicho espacio de un mirador donde atender a los numerosos visitantes que allí se acercaban. A dicho concurso se presentó el Arquitecto grancanario, Miguel Martín Fernández de la Torres, hermano de Néstor, quién presentó un proyecto que hoy se conserva en el Museo Néstor de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Finalmente, el proyecto ganador de dicho concurso fue el del Arquitecto D. Fermín Suárez Valido, inaugurado en el año 1943. Desde entonces, en la conocida como casita de Bandama se han recibido a numerosos visitantes ilustres que van desde la misma Eva Perón a Churchill, pasando por estrellas de cine como Paul Newman o Gloria Swanson, según consta en las hemerotecas.

La Casa del Pico de Bandama prestó sus funciones turísticas hasta los años 80, en que los entonces concesionarios fueron desalojados. Desde ese momento, dicho espacio turístico entró en un periodo de abandono que continuó durante más de 25 años. Sin embargo, seguía siendo un espacio de visita obligada y referencia para los miles de turistas que se acercaban a Gran Canaria. En estos años, se generaron diversos conflictos entre Medio Ambiente y otras administraciones, ya que la casa, que pertenece al Patrimonio del Estado, fue desafectada por defensa en los años 80. Sin embargo, continuaba en una situación de "tierra de nadie". Consta que durante estos años diferentes consejeros de Turismo y Medio Ambiente trataron de buscar una solución, intención que chocaba con toda una maraña burocrática que afectaba además a varias administraciones.

Finalmente, durante el pasado mandato, se logra la cesión del Estado a favor del Patronato de Turismo de Gran Canaria, con el fin de devolverla a su actividad primigenia de atender a los visitantes y ser un lugar de interpretación del espacio natural. Tras numerosos informes y gestiones entre administraciones, y sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, de Octubre de 2013, se deja sin efecto la intención de demoler dicha construcción, posteriormente ratificada por el Supremo. Se hace posible la rehabilitación del espacio y su puesta en funcionamiento en marzo de 2015.

Durante la redacción del proyecto de rehabilitación se descubre que lo que parecía ser una cueva en los bajos de la casa, resultó ser un búnker militar, construido dentro del Plan Pilgrim y conocido como Búnker 43 de dicho plan. Como consecuencia de este hallazgo, se encarga un proyecto de rehabilitación del mismo e inclusión en el proyecto turístico que iba a realizarse. Para ello se encargan estudios arqueológicos, históricos y arquitectónicos que se encuentran en el Patronato de Turismo. Como consecuencia de todo ello se logra un producto turístico de gran interés al visitante, donde se enriquece la experiencia turística más allá de la mera visita paisajística a un evento histórico- turístico único.

Por todo ello, una vez culminados los procesos de recuperación y adecuación de dichos espacios, y dado a que nos encontramos con un lugar único en el que confluyen tanto la arqueología, como protección natural e historia reciente se hacía necesaria la protección de los mismos para el porvenir. Está recogida en el libro El Arquitecto Suárez Valido publicado por el Cabildo de Gran Canaria, de esta casa destacan las modificaciones que supusieron en la arquitectura Neocanaria, el tratamiento de los huecos de ventana que el arquitecto realiza. Además, se descubre que la casa sirve de tapadera del búnker de observación con el que se comunica por un túnel vertical.

La conclusión a la que llegaron los estudios arquitectónico e histórico-arqueológico realizados en el año 2014 es que el mencionado búnker y la casa mirador formaron parte de un mismo proyecto llevado en el más grande sigilo por las autoridades del momento, que aprovecharon el interés por dotar a Bandama de un mirador turístico, y edificaron en realidad una instalación militar para prevenir un posible desembarco en los años de la Segunda Guerra Mundial. Ello explica que dicha casa estuviera afectada por el Ministerio de Defensa hasta principios de los años 80.

El Búnker 43: Construido por los militares dentro del Plan Pilgrim, perfectamente mimetizado en la montaña de cenizas volcánicas y tapado por la construcción de la casita de estilo neo-canario. Rehabilitado y ambientado con características de la época de construcción, es además el primer búnker militar rehabilitado en España con fines turísticos, ahora se está preparando en Madrid el de la Plaza Paraíso, para su apertura con fines similares. En Londres se puede visitar el de Churchill en el parque de St. James. De ambos existen estudios históricos y arquitectónicos en el Patronato de Turismo de Gran Canaria.

Tanto el proyecto de rehabilitación de la Casa Mirador como la recuperación del búnker se hicieron respetando el estilo y fisionomía de los inmuebles reproduciendo en los mismos el estilo y ambiente con que fueron concebidos.

Dado el interés histórico, turístico y arqueológico de dichos espacios, así como por la necesidad de lograr su preservación y cuidado, era necesario el que las administraciones competentes procedieran a incoar los correspondientes expedientes de protección.

Es por tanto esta una historia con final feliz, el haber logrado la recuperación de uno de los lugares más visitados por nuestros turistas, que no hubiera sido posible sin el abnegado trabajo de las dos técnicas del Patronato de Turismo Gran Canaria que desde el principio apostaron por sacar adelante un expediente durante casi 4 años de informes y vicisitudes entre diferentes administraciones y que a pesar de ello no fueron víctimas del desaliento. Creo que este es un buen modelo de cómo podemos compatibilizar el cuidado de los espacios naturales y el dar un buen servicio e información a quienes nos visitan.

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