¿Qué importancia diría que tiene la lubricación en el sector naval?
La lubricación es una parte fundamental en cualquier tipo de maquinaria donde haya movimiento relativo de componentes, sean cuales sean. En el mundo marino, donde hay un factor muy importante que es el agua del mar y la gran corrosividad que conlleva, la lubricación es todavía más importante, porque tenemos que proteger las superficies metálicas de la corrosión. El impacto de la corrosión en este sector es berstial, y el dinero que se invierte en reparar máquinas por corrosión es brutal. Por otro lado, es muy importante la utilización de productos adecuados en el mundo marino, porque en el mundo de los puertos cada vez se está promoviendo más el uso de líquidos, fluidos, grasas que tengan menor impacto ambiental; productos con una altísima biodegradabilidad. Hay muchísimas legislaciones en Estados Unidos y en Europa que reflejan que los productos que se tienen que utilizar en los puertos y en los barcos en general tienen que ser productos biodegradables, para no maltratar el medio ambiente.
¿Y en relación con el futuro de las empresas del que habla en su conferencia?
El futuro es la conectividad de las máquinas, el internet de las cosas y todo lo que esté relacionado con las nuevas tecnologías. En el mundo marino, en el que existe un añadido muy importante, sobre todo para los barcos que están en alta mar y en cualquier sitio con máquinas móviles, todo lo que esté relacionado con la conectividad, con el internet de las cosas y con la sensórica tiene una grandísima aplicación, porque el objetivo fundamental es saber cómo y cuándo una máquina va a tener un problema, para poderla reparar en los periodos de estancia en los puertos que tienen los barcos.
Emplear las nuevas tecnologías con ese fin, ¿no?
El objetivo es tener siempre disponibles las máquinas y no correr riesgos, reducirlos todo lo posible. En los barcos es tremendamente importante, porque las máquinas móviles tienen grandes riesgos de fallos. ¿Y si vas en un crucero y se estropea algo en alta mar? Mediante las nuevas tecnologías conocer la situación de todos los elementos de un barco supone una información importantísima para la toma de decisiones. Las tecnologías van a servir para tomar decisiones que supongan el buen funcionamiento de las máquinas; en este caso, del barco.
¿Es el óxido uno de los grandes enemigos del mantenimiento en los puertos y en los barcos?
Sin duda, es uno de los problemas principales que hay en cualquier máquina que trabaje cerca del mar o en él. La humedad es supercorrosiva y se mete por todos lados, y hay que proteger las superficies, los motores... Pero hay muchos más problemas: si por ejemplo el barco navega cerca del Sáhara y hay una tormenta de arena, esa arena es muy abrasiva para los componentes y hay que tener muy bien controlados todos los elementos que tiene el barco: compresores, transformadores, turbinas, sistemas hidráulicos... Muy diferentes tipos de máquinas, y para que funcione bien el barco necesitamos que funcione todo. Un día de un barco tirado en alta mar cuesta mucho dinero; logísticamente cuesta mucho repararlo, mucho más que si estuviera atracado.
Se trata de prevenir, ¿no?
Por supuesto. Las nuevas tecnologías nos van a ayudar a saber de qué manera se están deteriorando los componentes de la máquina y cuándo se van a romper esos componentes. Lo que proponemos es tener controlado en una determinada máquina los problemas que pueda tener, la probabilidad de que alguno de sus componentes se rompa y el tiempo que tardaría en suceder. Entonces es cuando hay que ver cómo se va a arreglar para eliminar el problema. Esto es lo que nosotros proponemos; lo proponemos con el tratamiento de los datos, que es el petróleo del siglo XXI.
¿Los puertos españoles están abiertos al empleo de las nuevas tecnologías con este fin?
Los puertos, como todas las industrias, están abiertos, poco a poco, a la utilización de las nuevas tecnologías. Deben estar abiertos; si no lo están, tienen el riesgo del fracaso total.
¿Y están al día en lo que a mantenimiento se refiere?
Los jefes de máquinas son grandes mantenedores, porque tiene el hándicap de que están en alta mar y tienen que arreglar las máquinas. Son gente que tienen muchos recursos y son muy requeridos para trabajar en industrias. Los cambios generacionales también son importantes, y ahora mismo estamos en una cuarta generación del mantenimiento que es muy distinta, que es el mantenimiento inteligente, a través de las nuevas tecnologías. Tiene que haber un relevo generacional para que la savia nueva adopte las nuevas tecnologías. Pero no hay forma de sobrevivir en ningún tipo de industria si no adoptamos las nuevas tecnologías.
Falta dar ese salto, ¿no?
Es un salto que se da poco a poco, pero cuesta mucho. Es un tema generacional y de adaptarse a las nuevas necesidades industriales.
¿Y qué tipo de lubricante es el ideal en el sector naval?
Hay muchos. No hay un lubricante especial. Aunque hoy en día, en Estados Unidos, por ejemplo, hay una legislación nueva que prohibe la utilización de lubricantes que no sean biodegradables a un número de millas de la costa. Los barcos tienen que utilizar cada vez más productos con una gran biodegradabilidad. La legislación europea es un poco más permisiva, pero poco a poco vamos a ir hacia esa tendencia.
¿Cree que a nivel global al mantenimiento se le da la importancia que merece?
Los que trabajamos en mantenimiento tenemos un mar de oportunidades en este momento. Es una función que va a seguir sobreviviendo y va a seguir haciendo muchas labores. Cada vez hay más conciencia de la importancia del mantenimiento, porque si no hay mantenimiento las máquinas no andan, y las máquinas que no andan no producen dinero.
