El espíritu de Julio César se paseó anoche por el patio de las Casas Consistoriales, en la capital grancanaria, gracias a la magia del teatro, que todo lo puede. La 21 edición del Paseo Nocturno se dedicó este año a recordar la época en la que los habitantes de esta ciudad disfrutaban de las obras teatrales, pese a que no había ningún coliseo donde representarlas.

En los siglos XVI, XVII y primera mitad del XVIII no había teatros, pero los espectaculares patios de Vegueta, entre otros recintos nobles, servían perfectamente para darle vida a los protagonistas de tantas y tantas obras teatrales. Y eso es lo que hicieron anoche los participantes en el Paseo Nocturno, de la mano del cronista oficial de la ciudad, Juan José Laforet, y también de Jorge Reyes, encargado de seleccionar y dirigir las tres escenas de otras tantas obras de William Shakespeare. Los actores de Lovis Producciones fueron los encargados de representar las piezas de microteatro.

El paseo, denominado El teatro antes de los teatros, arrancó en el patio de las Casas Consistoriales. El arquitecto José Antonio Sosa Díaz Saavedra, que participó en la rehabilitación del histórico edificio junto a Magüi González, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida, con una breve reseña sobre el inmueble.

En el patio de la Casa Regental, la segunda parada, le tocó el turno al catedrático de Historia, Santiago Luxán Meléndez. La tercera parada fue en el Patio de los Naranjos. Aquí tuvo lugar la segunda representación. En este caso, fueron Romeo y Julieta los que revivieron su trágica historia de amor y muerte.

Jennifer Godoy, responsable del departamento de Educación de la Casa de Colón, se unió al recorrido para trasladar al público la percepción que del teatro tenían los antiguos habitantes de la ciudad y el ambiente que se generaba en torno a las artes escénicas en los siglos XVI, XVII y XVIII.

El primer coliseo que tuvo la ciudad, el Cairasco, fue levantado en 1842, donde hoy está el Gabinete Literario. Y fue aquí, en la Casa de Colón, etapa final del recorrido, donde Macbeth dio rienda suelta a su ambición, la primera obra del bardo inmortal, de cuyo fallecimiento se celebra el cuarto centenario.