Usted es de Arguineguín, pero vino a vivir a la ciudad muy joven. ¿Cómo recuerda aquellos días?
Creo que todo el que es de pueblo sabe lo que es el cambio que supone empezar a vivir en la ciudad, porque estás acostumbrado a un entorno muy familiar, a tus amigos. Cuando tuve que venir aquí me encontré en una ciudad grande en la que me tuve que habituar. Cada persona lo puede llevar mejor o peor, pero yo, por mi forma de ser, lo llevé un poco peor porque cuando eres una persona más tímida te cuesta un poco y eso me pasó al principio. Yo vivía en un piso que tenía el club para la gente que venía de fuera o para que los chicos del sur no tuvieran que estar trasladándose cada día, así que el primer año casi siempre me escapaba para estar en casa, hasta que poquito a poco me fui adaptando a la ciudad y luego fue todo fenomenal.
Esta misma semana se han cumplido dos aniversarios importantes: el del ascenso a Primera y el ascenso a Segunda del que se han cumplido 20 años. ¿Cómo los ha vivido?
Son fechas muy especiales. Tuve la gran fortuna de estar en aquel momento en el que ascendimos a de Segunda B a Segunda, después de los años complicados por los que había estado pasando la Unión Deportiva Las Palmas. Y después de tantos años, estar otra vez aquí en ese ascenso a Primera imagínate lo que supone para mí. En mis comienzos vivir aquel momento fue importantísimo y ahora, en este final de mi carrera, poder volver a casa y acabar de esta manera resume lo que significan estas fechas para mí.
Una de esas fechas las compartió con Pacuco Rosales, que también ha sido galardonado. ¿Qué significa para usted?
A todas las personas que estuvieron conmigo en los comienzos en la Unión Deportiva Las Palmas las recuerdas durante toda tu vida. Pacuco es una de ellas, ya que era el entrenador cuando yo debuté en el primer equipo el año que conseguimos el ascenso. Así que ese año fue especial para mí.
Usted ha sido jugador profesional durante 20 años. ¿Cuál es el secreto?
Bueno, no sé si hay algún secreto [se ríe]. La verdad es que siempre me he dejado llevar por mi forma de ser y he intentado mantenerme en el mismo estado de ilusión durante todo este tiempo, adaptándome a las distintas situaciones que se me han ido presentando. También he disfrutado de esta carrera y de todo lo que me ha ido pasando. Por supuesto, como todo en la vida, se requiere una serie de cosas que son importantes como el esfuerzo, la constancia o la ilusión.
¿Hay algún partido que recuerde de forma especial?
No te podría decir uno. La verdad es que he tenido la gran fortuna de estar muchísimos años en el fútbol profesional y se me hace muy difícil poder quedarme con algo en concreto. He sido muy feliz por haber estado tanto tiempo y me quedo un poco con todo.
¿Y un gol?
No he metido muchos goles, la verdad. Pero quizá el que marqué en el Mallorca contra el Atlético de Bilbao el año que estuve allí ha sido uno de los más bonitos que he tenido la oportunidad de marcar.
Usted es una persona creyente. ¿Ha estado la fe presente en su profesión?
Yo creo que la fe tiene que estar presente en todas las profesiones de la vida y en todo lo que uno hace. En este sentido, a nivel personal, mi relación con Dios ha sido importante, aunque es evidente que cada persona tiene su manera de entenderlo o darle la importancia que crea oportuna. Aparte, hay otras cosas en la vida más allá del fútbol que te llenan, te hacen sentir bien y te dan la felicidad y, gracias a Dios, yo estoy feliz en ese sentido. Hay muchas cosas que están fuera de lo que se ve o de lo que la gente me ve en el fútbol que para mí son importantes y son las que realmente me hacen sentirme pleno.
Además de buen jugador, de usted siempre dicen que es buena persona. ¿Cree que falta más de esto en el fútbol?
Bueno, puede ser, pero lo que pasa es que cada uno tiene una forma de entender la vida. Yo trato de centrarme en lo que hago yo y como te decía antes, para mí es importante la manera en que lo hago y detrás de todo eso está mi relación con Dios. A mí me hace sentir bien que la gente me vea no solo como un buen jugador, sino como alguien que tiene una manera de vivir y unos valores que los intenta mantener, a pesar de que siempre hay situaciones que te hacen dejar esos valores a un lado para buscar otro tipo de cosas. Es decir, lo más importante, a veces, es la forma en la que tú haces las cosas. Luego te podrá salir mejor o peor, pero al final yo creo que vivir de esa manera te hace sentir bien.
¿Ha cumplido toda sus metas profesionales?
Pienso que sí. Desde pequeño mi ilusión era jugar al fútbol y llegar a la élite y eso lo he podido conseguir. He podido estar en la Selección Española, en una fase de final de un Mundial, de un Europeo y también he conseguido un título como la Copa del Rey con el Depor. Por supuesto que he tenido situaciones menos buenas como los descensos, pero ha vivido los ascensos, que son momentos importantes e históricos. Así que estoy feliz por todo lo que me ha pasado.
Ahora que ha colgado las botas tendrá más tiempo para otras cosas. ¿Qué le gusta hacer?
La verdad es que nada especialmente. Soy una persona muy familiar y también está la parte en la que voy a seguir vinculado al club, pero de otra manera, cerca de la base de los chicos. Así que al final voy a seguir con lo que me gusta porque el club ha considerado que puedo ayudar en otros ámbitos. Esto es algo que me ilusiona porque sientes que puedes aportar todavía lo que sabes aunque no sea desde el terreno de juego.
