El calor invitaba a ir a la playa, pero las rebajas y la vocación artística llenaron ayer las ramblas de Mesa y López de cuadros y centenares de curiosos, que se acercaron hasta el corazón comercial de la capital grancanaria para disfrutar de la XXI edición del Concurso de Pintura Rápida al Aire Libre, ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

El certamen, que está organizado por la Asociación de Empresarios de la Zona Comercial Mesa y López, está más que consolidado en la vida social isleña, con 11.000 euros de dotación económica repartidos en 10 premios y un sólido prestigio en el panorama nacional, al menos dentro esta modalidad de pintura rápida popular. De hecho, en esta nueva edición, se echó en falta la participación de los artistas peninsulares, que no viajaron hasta la capital al estar los billetes de avión muy caros, según comentan desde la organización.

La ausencia se compensó con talento local, con concursantes procedentes de todos los municipios y de islas como Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife. "Vengo por el placer de pintar", asegura Iván Ferrer, un tinerfeño licenciado en Bellas Artes que intenta vivir de la pintura. Ayer se le veía feliz a la sombra de un árbol y de un semáforo, con el pincel en la mano izquierda, una cerveza en la otra y el pie derecho en el caballete para evitar que el viento tirase el lienzo. En esos momentos emergían de su obra máscaras desde un inquietante fondo negro.

Más allá de Ferrer estaba Rocco Cardinale, un artista italiano que se llevó el segundo premio más importante del concurso, el Asociación Mesa y López, con 1.600 euros. Su cuadro era una crítica a la sociedad contemporánea, con una cara que simboliza al poder económico, otra al eclesiástico y una tercera que representa la fragilidad de la infancia, siempre atrapada en esos dos mundos de los mayores. Cardinale lleva 10 años afincado en la capital grancanaria y trabaja en la galería Soppa de Azul, que está ubicado en La Puntilla.

Pero mejor ir por partes porque el gran triunfador de la jornada fue Rafael Moreno-Tapia Rivas, con una impresionante interpretación del viejo muro de La Cícer castigado por el mar y la montaña de la Isleta al fondo. El artista se llevó el galardón Ciudad de La Palmas de Gran Canaria, que está patrocinado por el Ayuntamiento y asciende a 2.500 euros. Asimismo podrá disfrutar de dos meses en los espacios de creación de La Regenta, un premio que se estrena en esta edición y que está promovido por el Gobierno de Canarias.

El resto de galardonados fueron Carlos Diego Franco (El Corte Inglés); Himar Suárez Hernández (Lamido SL); Gema Sánchez Yánez (Multiopticas); Antonio Sánchez Cabrera (Heineken Canaria); Sergio Guerra Perdomo (Litografía González); Daniel Rodríguez Baez (La Caixa); Antonio Sánchez Robles (Albert Joyeros), y Mireia Tramunt Alvarado (Mc Donald's).

De todos ellos es justo destacar la obra de Sergio Guerra, pues su arte fue aclamado por votación popular, es decir, por los cientos de personas que ayer se acercaron hasta Mesa y López para apoyar el arte. Pintó un paisaje imaginario a base de óleo, brocha y espátula en el que destacaba el corte abismal de sus grandes riscos soñados, todo muy vertical, como acantilados de La Aldea o de Irlanda en clave futurista.

Y tras los premios, la reflexión de Pepi Peinado, secretaria de la asociación. "Es importante involucrar a las empresas para que apoyen la cultura", opina la organizadora. La apuesta de ayer, con el trajín de la rebajas de fondo, fue un éxito, con un crisol de nacionalidades que se apoderaron de Las Ramblas. Entre los 212 concursantes, por primera vez, hubo hasta chinos.