Sentirse como en casa aunque se esté trabajando en alta mar. Ese es el objetivo del hotel flotante semisumergible que ayer llegó al Puerto de La Luz para realizar el cambio de tripulación, cargar provisiones y llenar los tanques de combustible para seguir el viaje hacia el Mar del Norte. La plataforma Floatel Endurance tiene 440 habitaciones individuales a las que no les falta de nada, desde un gimnasio hasta una sala de cine, para hacer más cómoda la estancia de los trabajadores de las compañías petrolíferas.
El artefacto, que permanecerá en el muelle de La Esfinge hasta primera hora de la mañana de hoy, arribó con unos 80 tripulantes en su interior en un viaje que lo lleva desde Singapur hasta la ciudad noruega de Ølen, previas escalas en Walvis Bay (Namibia) y Las Palmas de Gran Canaria, según informaron desde la consignataria Canarship, agente del armador Floatel Internacional en la capital grancanaria.
El trabajo de este buque es hacer las funciones de alojamiento para los trabajadores que pasan semanas lejos de cualquier espacio terrenal. Para ello se posiciona junto a la estructura destinada a la extracción de crudo. Mediante una pasarela de 38 metros se une a ella para que los pasajeros puedan acceder a sus habitaciones en alta mar hasta en las peores condiciones meteorológicas.
Aunque en su interior no sólo alberga compartimentos para el descanso de los empleados, que además cuentan en sus camarotes con baño propio, teléfono y conexión para televisión. También está provisto de un gran gimnasio, una sala para el visionado de películas, saunas y conexión a internet a través de satélite. Y para las horas de las comidas, una gran sala puede dar cobijo a 220 personas al mismo tiempo.
Asimismo, para las empresas contratantes ofrece dos salas de conferencias con todo lo necesario para realizar cualquier tipo de comunicación, como reseña la propietaria de la plataforma en su página web. Y si hace falta realizar cualquier reparación, un espacio en la cubierta principal puede servir como taller y zona de almacenamiento de la maquinaria necesaria, que puede ser izada a través de las dos grúas hidráulicas que levantan objetos de hasta 100 toneladas de peso.
Otro de los detalles que ofrece este hotel flotante, que tiene unas dimensiones de 104 metros de largo por 63 de ancho, es un hospital totalmente equipado al que se puede acceder a través de un ascensor. Para las evacuaciones urgentes, la clínica posee conexión directa con el helipuerto, que tiene 28,8 metros de diámetro y que cuenta con todos los requisitos para el aterrizaje de estas aeronaves en estructuras offshore.
El Floatel Endurance, cuya construcción finalizó en el segundo cuatrimestre del año pasado en los astilleros KeppelFELS de Singapur, tiene además capacidad para acumular hasta 800.000 litros de agua potable y 2,4 millones de litros de combustible. Así, durante las aproximadamente 24 horas que va a permanecer en el recinto capitalino cargará un total de 1,2 millones de litros de fuel-oil, que le suministra la empresa Oryx, para continuar su viaje con unos 40 trabajadores en su interior.
La compañía propietaria del hotel flotante es una de las especializadas en este tipo de servi-cios alrededor del mundo. Además de la Floatel Endurance posee una flota con otros cuatro buques de esta tipología para dar la posibilidad a las compañías petrolíferas de que sus trabajadores duerman en alta mar como si estuvieran en tierra. Entre las plataformas se encuentra la Floatel Victory, con capacidad para que residan hasta 560 personas a la vez en 40 habitaciones individuales y otras 260 dobles.
Esta es la segunda estructura de este tipo que duerme en el Puerto de La Luz y de Las Palmas durante los tres últimos meses. A principios del pasado mes de mayo el Safe Zephyrus estuvo atracada en el muelle Reina Sofía en su viaje inaugural desde los astilleros de Singapur hasta Noruega para, asimismo, cargar combustible y cambiar a toda su tripulación. En la actualidad esta plataforma se encuentra en posicionamiento dinámico frente a la costa de la ciudad noruega de Stavanger.
