La vacaciones albergan numerosas cosas divertidas, especialmente para los más pequeños de la casa. Por eso, Jorge Rivero Pablos está deseando que llegue este domingo para subirse al avión que le llevará hasta Barcelona, donde le espera una semana de lo más movida en la que no descartar tener que meterse en la piel de algún actor o vivir en la suya propia las aventuras de cualquier película. Y es que este joven de 15 años es uno de los 15 chicos de Las Palmas que participan en las colonias de verano que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en el Valle de Arán, en Lérida.
Esta iniciativa, que cumple su décimo séptima edición, está destinada al disfrute de un centenar de chavales de toda España que han sufrido o padecen algu-na patología oncológica. En esta ocasión, la actividad girará en torno al mundo del cine. Los participantes canarios que acudirán al campamento podrán hacerlo gracias al patrocinio de la Fundación Belén María de los estibadores del Puerto de La Luz y de Las Palmas y de la Fundación DISA, quienes han aportado el dinero necesario para que tanto el traslado como la estancia les resulte gratuita, tal y como explicó ayer el presidente de la AECC en Las Palmas, Diego Cambreleng.
No es la primera vez que Jorge Rivero ha participado en actividades fuera de las fronteras insulares. Ya el pasado mes de marzo hizo otra expedición a tierras catalanas junto a la Asociación Pequeño Valiente. En aquella ocasión, visitaron el parque de atracciones de PortAventura. "Fui con gente que no conocía, pero al final hice un grupo de amigos y ellos son los que me avisaron de este campamento", cuenta el chiquillo sin ocultar las ganas que tiene del esperado reencuentro. El nuevo periplo comenzará en apenas 48 horas y la expectación ya se palpaba ayer en la sede que tiene la asociación en la capital grancanaria.
No solo las nueve niñas y los seis niños, entre los que se encuentra uno de Lanzarote, van a vivir una colonia de película hasta el día 24. Las tres voluntarias que viajan con ellos también están dispuestas a pasarlo en grande, como ellas mismas reconocen. La más veterana, Teresa Castellano, repite por tercer año y explica que su misión es acompañar a los chavales hasta que llegan al Valle de Arán. Una vez allí, trabajan y ayudan en todo aquello que les pidan, especialmente en el momento de las comidas.
"Lo que nos motiva a nosotras es verlos a ellos contentos y pasándolo bien", apunta Josefina Godoy. Tanto ella como Castellano tienen 54 años y hace una década que empezaron juntas a colaborar con la AECC. Zeneida Santana lleva un poco menos en el voluntariado, tan solo un par de años, y en unos días se va a estrenar en el campamento. "Estoy un poco nerviosa, pero tengo muchas ganas", asegura.
Ellas también van a compartir la experiencia con más de una decena de voluntarios que también acuden desde distintos puntos del país. Asimismo, los niños estarán acompañados por 70 profesionales entre los que se encuentran tres pediatras oncólogos, un psicooncóloga, 22 monitores titulados y dos enfermeros, además de 25 personas de apoyo, la coordinadora y el director de las colonias.
De este modo, durante una semana los chicos con cáncer podrán alejarse del entorno hospitalario y de los tratamientos y disfrutar de actividades como rafting, baile, talleres o ejercicios en piscina, todas ellas orientadas a fomentar el trabajo en equipo, estimular la creatividad o potenciar el desarrollo de habilidades afectivas, psicomotoras o intelectuales. Estas colonias buscan que los niños aumenten su autoestima, expresen mejor sus emociones y crezcan en valores como la amistad y la tolerancia.
