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Los forenses descartan que el joven que mató a Saray sufra un trastorno mental

Un tribunal popular juzgará a Montesdeoca por asesinato con ensañamiento y alevosía - Atacó a la universitaria palmera con unas tijeras de 40 centímetros

Los compañeros de Relaciones Laborales de Saray González guardan un minuto de silencio. LP / DLP

El joven que mató a la universitaria palmera Saray González en el barrio de Arenales, Alberto Montesdeoca Pérez, irá a juicio por asesinato, sin que los médicos forenses, tras explorarlo en varias entrevistas, hayan encontrado algún trastorno mental asociado a su pasión por los videojuegos y las intensas jornadas que pasaba frente a la consola. La Fiscalía aprecia alevosía, pero el abogado que representa a la familia de la víctima, Ignacio-Jesús Pastor Teso, también le atribuye ensañamiento y, por tanto, solicitará una pena de cárcel de hasta 25 años, mayor que la barajada por el ministerio público. La pena por asesinato es de 15 a 25 años, pero si concurren dos agravantes se aplica en su mitad superior.

Ni el fiscal Pedro Gimeno ni el letrado de la acusación particular contemplan atenuantes o eximentes de la responsabilidad penal porque Montesdeoca, de 19 años, carece de enfermedades mentales que hayan podido influir en el crimen, según la conclusiones de los médicos forenses que han analizado su personalidad para determinar el grado de responsabilidad en los hechos, es decir, su imputabilidad.

El joven, que estudiaba primer curso de Ingeniería Informática en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG), será enjuiciado por un tribunal popular en la Audiencia de Las Palmas. Así lo acordó el pasado martes el Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria, que celebró la vistilla previa al procedimiento del Tribunal del Jurado, con la finalidad de concretar la imputación, es decir, de informar al encausado de los hechos y de los delitos por los que se sentará en el banquillo.

Imputable

Fue en ese trámite cuando el fiscal y el abogado de los familiares de Saray González García, de 27 años, comunicaron al magistrado instructor su intención de formular acusación por asesinato, pues el informe forense concluye que Mostesdeoca es "imputable". Asimismo renunciaron a practicar más medios de prueba al considerar terminada la investigación y reclamaron que el joven siga en prisión provisional, comunicada y sin fianza hasta que se dicte sentencia en la Audiencia de Las Palmas. El muchacho, que era vecino de la víctima en la calle Pérez del Toro, fue detenido el pasado 10 de noviembre, dos semanas después de matar a golpes a Saray y de reconocer el crimen en la Jefatura Superior de Policía de Canarias.

Su abogada defensora, Lorena de Fátima Reigoza González, sí se reservó el derecho a proponer más pruebas, entre ellas un nuevo informe forense de parte, que será clave para poder contradecir las conclusiones del Instituto de Medicina Legal de La Palmas e intentar lograr en el juicio oral una pena lo más favorable posible.

La letrada no está conforme con el delito de asesinato que le atribuyen la Fiscalía y la acusación particular. Considera que Montesdeoca ha podido sufrir una "enajenación mental transitoria" en el momento de atacar a su vecina o, al menos, tener sus facultades "mermadas" por esa supuesta alteración mental que han descartado los médicos forenses. Asimismo niega que golpeara a la víctima a traición, sobre seguro, con la intención de matarla, incluso considera que los hechos podrían ser constitutivos de homicidio (entre 10 y 15 años de prisión) o de lesiones con resultado de muerte.

Una interpretación que, a la vista de los hechos concretados en el trámite de imputación, parece poco probable que prospere. El 27 de octubre de 2015, sobre las 17.00 horas, Montesdeoca subió por segunda vez al piso de arriba, donde su familia había alquilado la vivienda a la estudiante palmera. Llevaba escondidas tras la espalda unas "tijeras metálicas de 40 centímetros de longitud", con las que golpeó a la víctima nada más abrir la puerta, sin mediar palabra: primero en la cabeza de manera repetida y después cuando estaba indefensa en el suelo.

Vida normal

El cadáver fue encontrado por la compañera de piso y Montesdeoca fue interrogado ese mismo día por la policía, pero negó cualquier relación con el crimen e intentó hacer vida normal. Cuatro días después entregó a un amigo el arma homicida dentro de un maletín, sin que éste supiera el contenido, y asistió a la feria de cómic manga que se celebraba ese fin de semana en la capital grancanaria.

La policía, que sospechaba de él, lo citó dos semanas después como testigo, para repasar su coartada, y confesó lo ocurrido de manera inesperada. En ese momento se paró el interrogatorio, quedó arrestado y se le asignó un abogado de oficio para salvaguardar sus derechos. Su amigo informó a los agentes del maletín tras la detención. Hasta ese momento no intuyó que su contenido podía estar relacionado con el crimen. Los agentes buscaban una herramienta de jardinería como posible arma homicida, tipo azadilla con dos picos.

La Fiscalía no especifica por qué Mostesdeoca volvió a subir al piso de arriba y mató a Saray, aunque sí apunta que fue por la convivencia vecinal. Ambos se recriminaban el ruido en sus respectivas viviendas, sobre todo por el escándalo de los videojuegos. Esa enésima llamada de atención, tras una mala partida en un juego on line de tipo bélico, parece ser la acusa que desencadenó la agresión.

El asesinato de Saray González García, que cursaba Relaciones Laborales, su segunda carrera, causó una enorme conmoción en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cuyos compañeros guardaron un minuto de silencio. También en el resto de la sociedad isleña y, sobre todo, en La Palma, de donde procede toda su familia. Sus padres, hermana y demás parientes cercanos siguen aún destrozados por la pérdida. La fecha del juicio aún está lejos. Queda el informe forense de la defensa y que las partes presentante sus conclusiones provisionales, donde afinarán el relato de los hechos y concretarán las penas de cárcel que propondrán al tribunal.

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