Un vertido de aguas fecales detectado en los últimos análisis de Salud Pública obligó ayer sobre las 14.50 horas al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a cerrar al baño la playa de El Confital. Sin embargo, a pesar de las tres vallas informativas colocadas a pie del arenal prácticamente nada alteró la tarde de sus visitantes, que en torno a las 18.00 horas continuaban bañándose e incluso pescando, ajenos a las razones de la prohibición.

Los estudios realizados por el Área de Salud Pública del Gobierno de Canarias a lo largo de la semana habían detectado un aumento progresivo de la presencia de bacterias de enterococos y colis, presentes normalmente en las aguas fecales. La presencia de una elevada cantidad de estas bacterias fue notificada ayer y correspondía al tercer análisis realizado esta semana. Este último estudio, realizado el miércoles, confirmaba el aumento de los microorganismos que ya habían encontrado en las muestras del lunes y el martes.

Al principio de la playa de El Confital se encuentra una caseta de la Cruz Roja, desde la que sus voluntarios se ocupan de controlar el baño, pero ayer no podían abarcar todas las zonas marcadas por el Ayuntamiento como lugares peligrosos para el remojo. Los efectivos de la Cruz Roja aseguraron, además, que los empleados del Ayuntamiento que colocaron las vallas no avisaron del vertido. Los socorristas indicaron que la prohibición la conocían únicamente los que llegaban a la playa y veían las vallas, porque los que ya estaban ni se percataron de su presencia. Pero aún así, nadie sabía el porqué de la prohibición.

"Nos preguntaban que por qué estaban vallas, pero no lo sabíamos, nos limitábamos a pedirles que no se bañasen", comentó uno de los socorristas, al tiempo que consideraba escasas las medidas adoptadas. "Si no ponen el motivo, la gente piensa que es por las condiciones del mar y se bañan igualmente", puntualizó el vigilante de la Cruz Roja.

María García llegó con sus amigas a El Confital cuando la valla estaba ya puesta. "Vimos en un cartel que estaba prohibido el baño, pero había gente en el agua", expuso. Por ello, el grupo de amigas se bañó igualmente y en las dos horas que llevaban en la playa nadie les había avisado de que la prohibición se debía a un vertido fecal.

Carmen Marín también se encontró con las vallas puestas cuando llegó a la playa y preguntó a las demás personas que estaban en esa zona, lejos de la Cruz Roja, si era peligroso bañarse en el mar. "Me dijeron que no pasaba nada, mi hijo y yo hemos estado en el agua hasta ahora y acabanos de enterarnos de lo del vertido", comentó Marín.

El origen del vertido es aún desconocido por el Ayuntamiento, aunque se ha iniciado una investigación para localizarlo. Emalsa, la Unidad de Aguas y la Unidad de Ciudad de Mar comenzaron ayer a examinar sus infraestructuras para intentar encontrar la posible fuga en el recorrido de las tuberías al mar.

José Eduardo Ramírez, concejal de Ciudad del Mar, ha asegurado que se trata de un a corta contaminación y seguramente se haya disipado en pocos días". Técnicos del Ayuntamiento tomaron ayer muestras del agua para hacer un nuevo análisis. Los resultados de este estudio podrían estar disponibles entre el domingo y el lunes.