El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria levantó ayer la prohibición al baño en El Confital tras confirmarse que ya no hay peligro por contaminación. Sobre las 14.30 de ayer se conocieron los resultados del análisis de comprobación realizado por el Consistorio y el departamento de Salud Pública del Gobierno de Canarias. El examen concluyó que el agua de la muestra tomada el pasado miércoles tenía una calidad óptima para el baño. El cierre de la playa se decretó el viernes 22 cuando se detectó la presencia de enterococos, bacterias fecales, en varios análisis a lo largo de la semana.

A pesar de que la playa se ha reabierto y el número de enterococos se encuentra dentro del umbral permitido, el origen de las bacterias sigue siendo desconocido.

José Eduardo Ramírez, concejal de Ciudad de Mar, anunció ayer al respecto que el próximo lunes comenzará la revisión por parte de un grupo de bomberos de las galerías de agua subterráneas entre El Confital y La Puntilla. El primer aliviadero que se registrará será un túnel de uso industrial entre las calles Faro y Américo Vespucio.

Ramírez confía que la combinación del muestreo y la revisión de las galerías conseguirá "esclarecer el lugar exacto donde se produjo la fuga la pasada semana".

El edil destacó que la apertura de la playa supone una muy buena noticia ya que "coincide con la llegada del fin de semana, que es cuando más usuarios se acercan hasta El Confital".

Usuarios

Con todo, la prohibición tampoco ha impedido que los bañistas siguieran todod estos días disfrutando de la playa.

Francisca Soto hacía ayer por la mañana su visita diaria a El Confital. La bañista afirma que siguió bañándose todos los días, aunque las vallas indicasen que estaba prohibido. Soto descarta que el origen de la contaminación esté en la playa: "Yo me la conozco entera y aquí no hay tuberías, por mucho que digan que eran aguas fecales", asegura. Sostiene que el agua ha seguido "transparente y buenísima" durante el cierre y que en ningún momento ha habido "mal olor o mancha marrón alguna sobre el agua". Esta vecina de La Isleta destapa que no es la única que ha obviado los avisos y que la mayoría de los visitantes se bañaban "como si el cartel no estuviese ahí".

Caridad Medina llegó ayer a la zona antes de que fuese comunicada la reapertura de la playa. Asegura que el vertido de agua fecal no supuso que su familia "renunciase a su verano" y que no dejó de bañarse en la playa aunque estuviese prohibido. "Yo me bañé anteayer [por el miércoles] y no me ha pasado nada, mi piel está normal, no me ha salido ni una sola roncha" afirma.

Medina asegura que El Confital nunca pareció que estuviese cerrado al baño y que ella "sabía que era una tontería" por lo que siguió trayendo a surfear a sus nietos. "Y todavía no se me han puesto malos", comentó sonriente la bañista.

Los efectivos del Ayuntamiento no retiraron las vallas y carteles que anunciaban la prohibición de entrar en el mar hasta entrada la tarde, varias horas después de que se decretase la reapertura de la playa.