¿Qué siente horas antes de pregonar las Fiestas de San Lorenzo de este año?
Bastante nerviosismo, francamente, por la responsabilidad que lleva consigo. Me sorprendió muchísimo porque pensaba que esto se lo hacían a las personas más mayores. Y luego, porque yo estoy convencido de que hay mucha más gente en el pueblo que podía optar a ello. Pero bueno, tuve la suerte, vamos a decirlo, de que me eligieran y no pude escapar o decir que no a esta honrosa distinción.
¿Tiene pensados algunos aspectos de su discurso?
Tengo el pregón más que terminado, me imagino que puedo tener hasta última hora alguna luz que me pueda venir, no tanto mía como de algún familiar o vecino, pero ya está terminado. Por supuesto, hay una parte mía y de cuando llegué al pueblo y cómo lo conocí, y también hay anécdotas del pueblo y su historia que me han contado personas que llevan más años que yo, que han nacido y vivido aquí.
¿Le ha dado a leer el pregón ya terminado a alguien para que le asesore?
Por supuesto, a mi mujer, que me ha ayudado y, como no, a dos amigas que tengo de aquí que me han dado sus pinceladas, ayudándome a concretar algunos detalles de anécdotas.
¿Cuesta volcar todo lo que uno siente o quiere expresar en un pregón?
Sí, muchísimo, porque, entre otras cosas, no quiero caer en la pesadez porque ha habido pregones, no solo de estas fiestas, que a los dos minutos ya estaba desconectando. Yo intentaré que no ocurra, pero no creo que pueda evitarlo porque no soy un genio de la comunicación. Hay veces en las que soy consciente de que tengo que dar datos para apuntalar las anécdotas, pero estoy intentando evitar la pesadez, que la gente esté deseando que termine.
Porque también tiene que ser complicado colocarse cara a un público que está deseando que empiece la fiesta ya...
Sí, también. Tengo miedo escénico y espero poderlo superar. Yo por mi profesión he tenido que hablar, pero solo a 20 o 30 personas máximo, aquí se van a reunir varios cientos y eso me imagino que me impondrá más.
¿Qué recuerda del principio de su vida en el barrio?
Yo nunca lo recuerdo como barrio, sino como pueblo, siento discrepar en esto. Yo pensaba cuando venía por el pueblo que iba a ser el sitio, curiosamente, donde iba a tener a mis hijos y criarlos. Ya los tenía cuando vine, pero nos adaptamos muy bien. Llevo aquí 19 años viviendo ya, que son años. Estoy encantado y nos enamoramos de este pueblo mis hijos, mi mujer y yo. Antes me había enamorado yo porque de soltero ya venía por aquí. De hecho, mis hijos mayores ya viven en San Lorenzo y tienen sus vidas encaminadas.
¿Y cómo lo ve tras 19 años?
Bueno, el pueblo ha crecido por los alrededores porque la Circunvalación, los centros comerciales y todo eso ha hecho que crezca. En general, yo siento que el pueblo está más unido. La fiesta une mucho, eso está claro, y creo que no solo por el pueblo, sino también por el santo patrón, que también junta a la gente en torno a su devoción.
Un barrio que, como usted decía, hasta la Guerra Civil no tenía esta condición...
Claro, es que fue a la fuerza y a punta de pistola como se arrebató San Lorenzo y lo anexionaron al Ayuntamiento de Las Palmas personas a las que les interesaba que la capital creciera por el norte. ¿Por qué? Porque el Ayuntamiento de San Lorenzo tenía una economía bastante saneada, y no así en aquel momento el de Las Palmas. Fusilaron al alcalde, al jefe de la policía municipal y a un concejal, además de apresar a otros tantos para conseguir esa anexión a la fuerza. Es lo que hubo y hay que reivindicarlo para que la gente que no es de aquí sepa de la historia y que sepan que la capital está en deuda con San Lorenzo. Yo no soy de aquí, pero lo reivindico igual porque me siento de aquí.
¿Podría volver a ser un municipio San Lorenzo?
Esto es harto difícil, pero a nivel económico, por lo menos debería mantener una mayor aportación del Ayuntamiento hacia un pueblo al que le arrebataron su Alcaldía, su municipio, a punta de pistola. Y fue el otro día, porque 1936 fue hace nada.
¿Cree que el Ayuntamiento puede tener abandonado a San Lorenzo por estar más lejos del centro?
La verdad que cuando más vemos a los concejales es en las fiestas, si no ni los vemos por aquí, esa es la realidad. Pero entendemos, también, que la situación actual es complicada y hay prioridades. Pero, desde luego, hay una reivindicación que hacemos la gente del pueblo y es que ha bajado la calidad del servicio de Guaguas y exigimos que se recuperen servicios. Antes la guagua salía del Parque de Santa Catalina y ahora de Tamaraceite. Yo tengo coche y no lo noto, pero los jóvenes sí se quejan de los horarios y los transbordos para ir al centro.
