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Clásicos de Las Canteras

"Las Canteras ofrece al turista belleza, cariño, armonía, el cielo en sus manos"

"Antiguamente, nos poníamos en la playa por el hotel Meliá, cerca de las parejitas. Cogíamos la arena dentro de bolsas de plástico y se las tirábamos encima cuando se estaban besando... Y a correr", recuerda Juan Francisco Montelongo, maratoniano de Las Canteras

Juan Francisco Montelongo, de regreso a su casa tras su paseo diario. ANDRÉS CRUZ

¿Cuántos años lleva viniendo por aquí?

Pues como quien dice, desde que mi madre me parió hace 64 años.

¿Y cómo ha ido evolucionando la playa?

Pues le hace falta un montón de cosas para que quede como uno quiere verla. Entre el alumbrado que tiene, que no alumbra nada, la arena es una asquerosidad, que hay que removerla porque cuando caminas solo levantas polvo. Al turismo no le vamos a echar la culpa, somos nosotros mismos los que hemos echado esto a perder. El turismo viene a gozar de lo nuestro, y nosotros lo estamos destruyendo. Nosotros venimos con la nevera, con el plátano, con el yogur, y abrimos un hoyo y lo dejamos tirado ahí. Eso no lo hace el turismo.

¿Y qué cree que da Las Canteras al turismo?

La belleza, el cariño, la armonía, esto es un cielo, un paraíso.

¿Y es usted de los que se da el paseo por toda la avenida?

Yo soy de los que se levantan por la mañanita temprano, me desayuno mi café con leche con dos panes, y me echo a caminar hasta el Auditorio, incluso sigo hasta Bañaderos, me doy la vuelta, echo por Guanarteme hasta la Avenida Marítima y sigo hasta que llego a mi casa. Y esto es así todos los días, la misma rutina. Yo camino también por la orilla porque me hace falta para coger fuerza en la pierna tras el accidente que sufrí.

¿Trae la comida de casa o va a su casa?

¿Qué comida, niño? El hombre nunca come, yo solo me llevo a los paseos la botellita de agua. Yo no bebo nada que no sea agua fuera de mi casa. Soy un hombre muy sano. No me pierdo nada, si me muero, me muero con todo puesto.

¿Algún recuerdo que tenga de su infancia en la playa?

Cuando hacíamos las perrerías con las parejas. Las cosas de los chiquillos de antes. Antiguamente, nos poníamos en la playa por el hotel Meliá, cerca de las parejitas. Cogíamos la arena dentro de bolsas de plástico y se las tirábamos encima cuando se estaban besando... Y a correr. Lo hacíamos para divertirnos, aunque también veníamos a jugar a la pelota, no es malicia. Son cosas de chiquillos, lo hacemos todos en nuestro momento. Yo venía para divertirme.

¿Qué tres tipos de persona ve siempre en la playa?

En La Puntilla se sientan tres personas siempre, que montan la tertulia de fútbol. Más allá, en el sillón del Parlamento, están los típicos criticones que no paran de hablar de política, de Rajoy, de Zapatero, de González. Y ya después, por la Peña de la Vieja, se sienta la gente de fútbol, y los oyes hablando de la época en que jugaban en la UD Las Palmas. Les he pitado mucho, y les saco las veces en que les expulsaba y se me quedan mirando, yo me río y les digo: "¡Ves como siempre te acuerdas de los amigos!".

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