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Clásicos de Las Canteras

"Esto es un paraíso, no hace falta irse a Cancún ni a ningún otro sitio"

"Cuando yo tenía siete años, toda La Puntilla era roca y se podía ver al fondo El Confital desde la playa", asegura la auxiliar de enfermería Carmen Dolores Machín

Carmen Machín disfrutando del verano en Las Canteras. ANDRÉS CRUZ

¿Usted vive por la zona?

Sí, nací aquí en la calle Prudencio Morales. Llevo viviendo en el mismo sitio 61 años.

¿Cómo ha cambiado la playa?

Aunque es preciosa siempre, antes lo era mucho más. Toda la zona esta era roca y se veía desde aquí todo El Confital. Eso era cuando yo tenía siete u ocho años. Antes no existía nada de eso, ni la plazoleta ni nada de eso. Era toda la playa de Las Canteras, toda La Puntilla y al fondo El Confital. Antes en la plaza Saulo Torón había un banquito redondo y un árbol, no había escalones ni había nada. Esos muros los recuerdo más altos, yo me tiraba, pasaba las barquillas. Yo me iba de pequeña, que tenía un tío pescador con su barca a pescar morenas y samas.

¿Alguna anécdota de cuando era joven?

A mí me encantaban las ruedas negras grandes que usábamos, que no se me veía sino la cabecita asomando. Yo no aprendí a nadar en el Náutico sino en La Puntilla.

¿Por qué le gusta más La Puntilla que el resto de la playa?

No sé, es la mejor, de toda la vida. No se puede comparar.

¿Algo raro que haya visto en Las Canteras a lo largo de estos años?

Pues la verdad es que nada, esta zona es bastante tranquila. Además que estoy contenta porque han puesto clases para niños de piraguas y surf.

¿Qué mejoraría de la playa?

Que fuese como antes. Que me quitasen ese mastodonte que hay ahí y que siguiese La Puntilla de roca que era más bonita y que se viese El Confital. Que me quiten todo el aparcamiento. En una ciudad una playa como esta la verdad es que es muy bonita.

¿El ambiente sigue siendo igual después de tantos años?

Sí, aquí sigue habiendo montón de paz. No es porque yo sea de La Isleta pero los isleteros somos muy tranquilos y esta parte de la playa es muy bonita.

¿Cómo era la playa cuando usted era pequeña?

Era preciosa. Había unas casetas grandes, antes se podía traer, la gente se traía las cocinillas a la playa y hacían aquí de comer. Veníamos a la playa desde las seis de la mañana y bajábamos siempre las mismas familias. Las casetas eran tan bonitas, a rayas blancas y verdes. Luego estábamos hasta por la noche. Las casas se conocían por las familias que había dentro. Todo era terreno, solo estaba el Club Victoria. El ambiente era bastante más familiar, pero ahora todavía se puede estar tranquilo. Pero no se ven las casetas, las mujeres cocinando ni las gomas grandes con los chiquillos dentro.

¿Ha cambiado el turismo la playa?

Seguimos igual, la calidad ha ido in crescendo con los años, los servicios, todo está mejor. Son las modas. Por ejemplo en los años 80 se puso de moda que los chiquillos trajesen el transistor enorme en el hombro con la música a todo volumen. Cuando tenía catorce años venía con mi pandilla y el transistor con toda su marcha. Todo el mundo se ponía a bailar en Las Canteras. La verdad es que lo pasábamos estupendamente.

¿Y el barrio ha cambiado?

Los que seguimos estando en el barrio, seguimos viniendo a esta parte de la playa. Somos los de siempre, gente humilde, gente normal. De comercios por ejemplo la calle de La Naval, que ahora es donde están los chinos, eran de la comunidad hindú. Había muchísimos indios. Por ejemplo estaba el Chanrai de Triana y el Chanrai de aquí.

¿Qué es lo que más le gusta de Las Canteras?

Lo que más me gusta es que esto es un paraíso, no hace falta irse a Cancún ni a ningún otro sitio. Me gusta mucho la limpieza que tiene ahora, aunque antes también. Ahora con las multas a los barcos ya no se ven manchas de alquitrán.

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