El sector offshore, dedicado a la extracción del petróleo en alta mar, vive momentos económicos delicados. Si la semana pasada fue el armador Ocean Rig, que en la actualidad mantiene dos barcos perforadores en el Puerto de La Luz, la que anunció su posible entrada en quiebra, durante estos días ha sido Tidewater, una de las compañías más grandes de esta actividad, la que ha aplazado pagos para tratar de hacer frente a su deuda.

La empresa, que ha operado en la capital grancanaria desde hace más de medio siglo cuando realizó estudios geofísico en el Sáhara, adquirió en 2013 el grupo Troms Offshore por 395 millones de dólares. La operación incluía 150 millones en activos y aproximadamente 245 millones de deuda financiera neta y los pagos restantes de buques en construcción. Esta inversión es la que, según medios especializado, le está generando complicaciones. Además, la empresa anunció pérdidas de 89,1 millones de euros en el segundo trimestre de este año.

Durante los últimos cinco días, Tidewater ha perdido el 7,14% del valor de sus acciones por este motivo. La caída del precio del petróleo ha provocado, además, que los valores se desplomen un 81,7% en un año, desde los 17,54 dólares por título a los actuales 3,30 dólares.

La multinacional norteamericana está tratando de llegar a un acuerdo con los acreedores, aunque si no lo consigue analizará reestructurar la deuda ante los riesgos de entrar en quiebra. Esta misma operación es la que evalúa el armador Ocean Rig, cuyo presidente anunció la pasada semana que no descartaba entrar en bancarrota. Estas informaciones están siendo recibidas con preocupación dentro del sector de reparaciones navales del Puerto.