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Clásicos de Las Canteras

"Antes Las Canteras no solo era sol, también rebosaba cultura"

"Antes había un barco turístico que hacía un recorrido entre Las Canteras y Tenerife", rememora Juan Pérez, antiguo trabajador de los talleres navales Martinón

"Antes Las Canteras no solo era sol, también rebosaba cultura"

¿Cómo era la playa cuando usted era joven?

Yo soy isletero, por lo que viví principalmente mi barrio en la Plaza del Pueblo de la Isleta.

Cuando ya empecé a venir más fue cuando me hice socio del Club PALA, que son las siglas de la Peña Ateneo Los Amigos.

¿Por dónde estaba?

Pues donde está actualmente el Reina Isabel. Se inició ahí y ahora está en la calle Pedro del Castillo.

¿Qué se hacía en ese club?

Era una sociedad de amigos dedicados al entretenimiento y la cultura. Ahí expusieron los mejores, Manolo Millares hizo una exposición a base de arpilleras, Chirino también estuvo por ahí. En esa época también se hacían muchos concursos de canto de la radio desde ahí, por ejemplo Mari Sánchez empezó ahí. También teníamos el Teatro Millares, allá por la Puntilla. Allí había espectáculos, yo recuerdo ir a ver a Pepe Monagas. Entonces Las Canteras no solo era sol, también rebosaba cultura. Hay artistas que salieron de aquí de esta playa. De la Isleta salieron montones de los concursos de radio que se hacían ahí. Eso se mantuvo así entre el 40 y el 50.

¿Aún existe?

Claro que sí. Yo sigo yendo todas las tardes. Lo que pasa es que no se ha renovado la sociedad y cada vez vamos quedando menos de esa quinta. Los que seguimos pasamos ya de los 80. Antes jugábamos al dominó pero ya no somos suficientes. Yo lo que sigo yendo es al balneario que hay allí. Abajo están las taquillas y el sótano donde yo dejo mis cosas para bajarme a Las Canteras. Tenemos cinco plantas, el sótano, el local social, un local de juego en la primera planta, luego arriba apartamentos con los que mantenemos el edificio.

¿Cómo ha cambiado la zona de Las Canteras en estos años?

Muchísimo, todo esto eran casas terreras. No había ninguna de dos plantas. Ha mejorado bastante, lo que pasa es que también han ido desapareciendo cosas típicas de la zona. Nosotros teníamos, los del PALA, una balsa que se ponía en la Peña de La Vieja a donde íbamos a tumbarnos y descansar. También teníamos barcos de remo con los que salíamos hasta la barra. En aquella época los guardias perseguían de manera impresionante, no podía haber una sola pelota. En la Cícer sí que nos dejaban. También jugábamos a las palas, cosa que ya no se ve casi. Y caminar, sobre todo pasear. Como antes la Cícer cortaba la playa, porque no se podía pasar, pues paseábamos de una punta a la otra. Tampoco había hamacas, esto era muy distinto

¿Qué cambiaría de la playa?

A mi este tipo de palmera no me gusta. Dudo muchísimo que sean auténticas canarias. Me gusta el tipo de palmera más canaria, el otro tipo de palmera. Se le pega mucho ese insecto blanco que es feísimo. ¿Por qué no las cambian por otras más elegante? No tiene mucho sentido que las combinen con estas palmeritas chicas. No cuadra.

¿Qué es lo más curioso que ha visto en esta playa?

Antes, durante un tiempo, había un barco turístico que hacía un recorrido entre Las Canteras y Tenerife. Llegaba hasta a la barra, se podía hacer también a la inversa, recorría toda la vuelta a la isla. Era un barco de recreo, a motor, como los que hay en el sur para visitar ciertas zonas. Duraría un año, dos como muchísimo. Tenían el permiso hasta la barra. Es lo que destacaría de las cosas que no se ven ya.

¿Usted trabajaba por aquí?

Yo he hecho toda mi vida en esta playa. Trabajé durante muchos años en los talleres navales Martinón. Arreglábamos sobre todo barcos coreanos y japoneses, que había muchísimos y dejaban muchísimo dinero. La nave estaba en la calle Pedro del Castillo, pero era muy pequeña y nos mudamos. Pasamos a llamarnos talleres La Naval hasta 1991, que nos habían hecho la concesión durante veinte años los de la Autoridad Portuaria. Luego ya se fueron los japoneses y coreanos, dejó de interesar a la empresa renovar la concesión.

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