¿Qué siente horas antes de pregonar las Fiestas de los Dolores de este año?
Pues se siente responsabilidad y mucha ilusión. Para mí es importantísimo, siendo hijo del barrio, que después de casi 30 años de trayectoria profesional me tengan en cuenta y confíen en mí para algo tan significativo, y en fin, ser pregonero de una fiesta que para mí siempre ha tenido mucho interés porque la conozco desde que era un niño. Desde pequeñito soñaba con estar sobre ese escenario, y a lo largo de todos estos años de trayectoria he subido varias veces para dar conciertos, pero no es lo mismo que pregonar. Sin duda, va a ser la noche más importante de todas las que he subido a ese escenario.
¿Qué supone para usted la festividad de los Dolores?
Imagínate, me remonto a años en los que veía pasar a la Virgen de los Dolores por las calles de Schamann, y llegué a hacer, en su tiempo, en la calle de mi abuela las alfombras. Yo veía pasar el trono de la virgen y era muy impresionante, el fervor de la gente... Las cosas que vas viendo desde niño. Pues, lógicamente, aparte de hacerme una tremenda ilusión, es un sueño hecho realidad, se lo decía incluso al concejal Mario Regidor estos días en la reunión en la que me hacía la invitación. Nunca me imaginé que se acordaran de mí para esto, después de todos los que han estado, que hayan tenido en cuenta esto es para mí primordial.
A una semana vista, ¿está ya el discurso encaminado?
Sí, a falta de unas pocas líneas finales. No va a ser un pregón pesado, hablaré un poco de mi vivencia en Schamann, y haré un homenaje a varias personas de mi familia, que además son muy conocidas en el barrio, como mi abuelo Ramoncito el Fontanero. Va a ser un pequeño homenaje a dos personas, a la figura de mi padre, que tuvo un negocio toda la vida en Schamann y que le conoce todo el mundo, y a la figura de mi abuelo. Yo creo que es lo más bonito que te puede pasar cuando eres hijo del barrio gracias a tus familiares, y va a ser lo más emotivo del pregón, además de algunas cosas que viví.
Entonces, más que buscar referente lo que hizo fue dejar fluir sus sentimientos...
Sí, como soy compositor y escribo canciones para mí es muy fácil dejar fluir los sentimientos y las cosas que he vivido y encajarlas, y eso es lo que he hecho. Simplemente, lo que puedo sentir teniendo un micrófono delante y dirigirme a mucha gente que me conocen y que me siguen en mi trayectoria y que saben que soy el hijo de Fulano y el nieto de Mengano.
¿Tendremos entonces al Gerson cantante o al Gerson vecino de Schamann?
Las dos cosas, habrá una mezcla de ambos.
¿Le ha pedido ayuda a alguien?
Tenía pensado hacerlo, pero yo creo que me va a saber más hacerlo solo, y como esto tiene una cosa que es que a quien le gusta te va a aplaudir, y a quien no le gusta, te va a criticar, pues la verdad que yo paso. Lo que quiero es hablarle a gente a la que hace mucho tiempo que no veo, ya que por mi profesión tuve que marchar muy pronto de Schamann, a los 18 años tuve que irme a Madrid. Pues en esos 18 años hay muchas cosas y muchas vivencias, que es a lo que voy a hacer referencia, y ya el resto pues se verá, si gusta o no gusta, ojalá guste a todo el mundo, pero eso es muy difícil. Yo lo voy a hacer con la mejor intención del mundo.
Imagino que cuesta volcar todo lo que uno siente en un discurso de tiempo tan limitado...
Te da nostalgia. De hecho, lo estoy haciendo a pedacitos porque hay veces en las que te acuerdas de cosas mientras escribes. Yo tengo mucha memoria, para otras cosas no porque se me pueden olvidar números de teléfono incluso, pero de estas cosas que he vivido y que me han marcado sí que me acuerdo. Hay cosas que no se te pueden olvidar, yo siempre he dicho que pobre de aquel que no se acuerda de sus amores, ni de lo vivido, ni de la familia, ni del camino...
¿Y cómo ha visto evolucionar el barrio en todo este tiempo?
Ha cambiado muchísimo. Antes el parque de Don Benito no estaba cerrado porque no existía tanto vandalismo como hay ahora, ni tanta gente que vive pensando que solo viven ellos y que quien venga detrás se tiene que comer lo que ellos hacen. Desgraciadamente, ahora hay un parque cerrado por ello. Vamos a ver, ha cambiado para bien en muchas cosas, pero también me da mucha nostalgia la desolación de los comercios de la calle Pedro Infinito, prácticamente el 70% de los negocios a los que iba a comprar de pequeño están cerrados. Schamann, no obstante, ha sido un barrio que ha sabido actualizarse y modernizarse, pero no puedo profundizar más en el tema porque hace mucho que no vivo en la zona.
¿Y la festividad cómo ha evolucionado?
La fiesta no tiene nada que ver. Mi primera actuación en el parque Don Benito fue en el escenario donde ahora se hace, pero delante pusieron un escenario de hierro rojo con unos toldos blancos, que era un escenario de barrio pequeñito normal que nada tenía que ver con el de ahora, con esos decorados tan bonitos. Las fiestas han cambiado para mejor, las galas de Schamann son espectaculares, y el escenario de este año también, y me dicen que el pregón va a ser muy bonito, pero no te puedo desvelar ninguna sorpresa.
¿Qué supone para el barrio la festividad?
Es una fecha muy marcada en la que los vecinos se encuentran, un momento en el que puedes ver a vecinos que hace dos años que no ves y te tropiezas con ellos sentados unos asientos más allá de ti en la gala. Yo creo que, sobre todo, es una celebración de unión vecinal, aunque también tiene que ver con la Virgen de los Dolores, aunque haya gente que celebra la fiesta sin saber si es en honor a los Dolores o al Pilar. Una festividad que, además, tiene una Comisión de Fiestas que trabaja muchísimo y que hace un gran sacrificio con la época en la que vivimos, en la que la gente cada vez colabora menos, los organismos también colaboran menos, y en la que los patrocinadores cada vez invierten menos para sacarlas adelante.
