La licitación de la construcción de un total de 83 nuevas viviendas dará un nuevo impulso a la reposición de las 354 casas baratas de Tamaraceite, cuyo retraso desespera a los residentes. Los más viejos suelen decir que su mayor temor es morirse antes de conocer sus nuevos hogares. Muchos han perdido ya la esperanza.
Tanto ha tardado el proceso que hasta le han cambiado el nombre a la actuación. Cuando se firmó el convenio con el Gobierno de Zapatero en diciembre de 2008 para financiar la primera fase que tuvo que haber acabado en 2012, la reforma fue bautizada como Área de Renovación Urbana (ARU). Diez años después, se ha convertido en un Área de Renovación y Regeneración Urbana (ARRU).
En esos diez años sólo se han construido 100 viviendas, de las cuales sólo se han entregado 28 en La Galera, porque las otras 72 están pendientes de la cédula de habitabilidad. Aún quedan 170 inmuebles, cuya financiación está en el aire y así seguirán hasta que se firme el nuevo convenio con el gobierno de España, cuya conformación es otra incógnita. El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, afirmó que el gobierno tripartito pretende financiar la construcción de otras 37 casas en La Galera a través del Plan de Desarrollo del Gobierno canario, ese que se quiere financiar con el extinto ITE. "Queremos tener garantizada la financiación para empezar las obras de esas 37 en el primer semestre del año, pero aún así se van a quedar 154 familias esperando a que el señor Rajoy decida formar gobierno", se quejó el edil, quien ha culpado al anterior alcalde, el popular Juan José Cardona, de la demora en la renovación de Tamaraceite, por haber "aceptado sumisamente" que se "suspendiera" la financiación del convenio, algo que "no aceptó" su homólogo de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Bermúdez con Las Chumberas. El recorte en la financiación, indicó, ralentizó la construcción de las 72 viviendas de la avenida del Pintor Pepe Dámaso, que Cardona intentó sacar adelante con fondos propios y el resto de actuaciones. Doreste aseguró ayer desconocer cuando se harán las 154 viviendas que quedan pendientes del dinero. El año pasado se planteó un plan de rehabilitación de esas casas para mejorar las condiciones de vida de sus residentes, mientras llegaba la financiación para las nuevas, pero al final se ha descartado esta actuación, porque los vecinos se negaron en redondo. "Se han opuesto porque temen que esa rehabilitación sea una manera de retrasar aún más la construcción de las nuevas", explicó.
