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Opinión

Los dos iconos de Ciudad Jardín

Imagen antigua del Pueblo Canario y el Hotel Santa Catalina. FEDAC

En el contexto general de la evolución urbana de nuestra ciudad, el espacio denominado Vega de Santa Catalina en el XIX y hoy conocido como Ciudad Jardín, es uno de los lugares relevantes de Las Palmas de Gran Canaria. Lo que significó durante su desarrollo (últimos años del XIX y en el transcurso del proyecto de Ciudad Jardín de Miguel Martín-Fernández de la Torre, 1894-1980), en los aspectos social, económico y de ocio, ha dejado, prácticamente, de ser vigente a tenor del desamparo de algunas de las imágenes o figuras que conforman este conjunto histórico-cultural de nuestro patrimonio, cuyo principal hacedor fue, sin duda, el arquitecto Martín-Fernández, el "poeta de la arquitectura", como lo llama el también arquitecto José Luis Gago Vaquero.

Posiblemente lo más destacado de este terreno, en su configuración, sea que este espacio, como Ciudad Jardín, es pionero de la arquitectura racionalista, siendo principal ejemplo de este movimiento, desarrollado, ampliamente, por Miguel Martín-Fernández.

La edificación más antigua del lugar, la iglesia anglicana (Holy Trinity Church), lindante con la calle Rafael Ramírez, de principios de los años 90 del siglo XIX, sería otra de las figuras a destacar; edificio cuyo proyecto de obra corresponde al arquitecto inglés, residenciado en Las Palmas en aquellos años, Norman Wight, ejecutor de la obra de MacLaren, referenciada al Hotel Santa Catalina.

Asimismo se puede destacar, por su significación sostenida, como otra de las imágenes relevantes de esta zona, situada como límite al naciente de la misma, la que fuera carretera proyectada por el ingeniero Francisco Clavijo y Pló, correspondiendo al ingeniero Antonio Molina, la construcción de su trazado que finalizaría en 1868?, carretera de tierra, hoy convertida en la calle León y Castillo en esta demarcación.

Al margen, pues, de estas figuras y otras que se podrían señalar, quiero fijarme en los iconos citados en el título de este trabajo: Pueblo Canario y Hotel Santa Catalina, dos figuras que, muy pronto, serán protagonistas de importantes acontecimientos y cuyas imágenes, indudablemente, colman la significación histórica y cultural de este entorno privilegiado de Las Palmas de Gran Canaria.

Hace un par de meses, en el transcurso de una velada musical extraordinaria, entrañable, ofrecida en el Pueblo Canario, tuve ocasión de saludar y hablar con la siempre inquieta y activa historiadora Encarna Galván, en la actualidad responsable del área de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y de otras importantes tareas. Me dijo que el Consistorio ya disponía de una partida económica para invertir en el Pueblo Canario, que se estaba estudiando este asunto? ¡Estupendo! Pero, ¿no sería conveniente que supiéramos ya en qué situación real está este asunto? ¿No sería conveniente, en aras de la transparencia e información al público, que se diera conocimiento de lo que se va a llevar a cabo; del proyecto, en definitiva, qué se va a ejecutar? ¿No parece que este tema del Pueblo Canario está como dormido?

Veamos: ¿Tendremos un reflejo ajustado de lo que pretendía Néstor? ¿Renacería el comercio artesanal grancanario? ¿Tendremos una sala representativa de los municipios de Gran Canaria? ¿Un lugar a dónde ir para degustar, realmente, la gastronomía de la Isla? ¿Una ermita o pseudo-ermita renacida y con las pinturas de Arencibia seguras? ¿Un Museo de Néstor amparado, cuidado al máximo, convenientemente publicitado, como la joya pictórica que es? Sobre todo y especialmente, la pregunta del millón: ¿Cuándo se iniciarán las obras de este renacimiento tan esperado?

Día tras día estamos desaprovechando este lugar tan importante para nuestra Cultura y nuestra Historia. Día a día dejan de llegar a este lugar personas, visitantes, que querrían conocer nuestras costumbres antiguas, resumidas en el Pueblo Canario? y que divulgarían en sus lugares de origen y Gran Canaria sería más conocida.

¡De una vez por todas. Reinauguremos nuestro Pueblo Canario! Una de las principales imágenes de nuestra geografía local, de la Vega de Santa Catalina, recuperemos esa visión y ese conocimiento de nuestras costumbres, de lo que se hace, en definitiva, de nuestra cultura. ¡Ánimo, munícipes, adelante con el Pueblo Canario!

Y queda, como icono relevante, nuestro querido Hotel Santa Catalina, un espacio de tres siglos, inaugurado aquel viejo Hotel inglés en la Navidad de 1889 y derruido en 1946 para, aprovechando la planta de MacLaren, edificar un cuerpo central de tres plantas y dos laterales con una altura menos y, a nivel de suelo, una terraza corrida adornada con numerosas arcadas. Su artífice, en el más amplio sentido del término, Miguel Martín-Fernández, que recogería las ideas de su hermano Néstor, prematuramente fallecido en 1938.

El renacido Hotel Santa Catalina, el más significativo de Canarias, se abrió al público en mayo de 1952, siendo la inauguración oficial el 6 de diciembre, encargándose Santiago Santana de confeccionar el tarjetón del almuerzo ofrecido por el ayuntamiento, que había adquirido el edificio y terrenos en abril de 1923, a los empresarios canarios Curbelo Espino y Bordes Claverie, los cuales, un año antes, se hicieron cargo, previo abono total, de la hipoteca que sufría la propiedad inglesa.

El nuevo hotel, desde su inauguración y sucesivas ampliaciones, tomó el relevo del primigenio establecimiento inglés y protagonizó esa relevancia y excelencia a través de su significación turística en una época iniciadora de nuestro principal desarrollo económico, en un enclave ideal, perfecto: entre la ciudad y el puerto.

Próximamente finalizará la actual concesión del Hotel Santa Catalina, gestión que, durante más de veinte años, ha llevado Hotelera Nueva Canaria, de la familia Padrón, gobierno que llevó y gestionó no solo a través de los números, necesarios para una buena administración, también, y sobre todo, a través del corazón y de los sentimientos, pues este hotel ha significado mucho para esta ciudad, para el sector turístico, para las empresas hoteleras, para los cientos de trabajadores, hombres y mujeres que se hicieron y formaron en el "Catalina", verdadera escuela formadora? quien ha trabajado en el Santa Catalina tiene asegurado su porvenir en el sector. De seguro que quien se haga cargo de este hotel reconocerá la gran responsabilidad que su administración conlleva y tendrá en cuenta su especial significación.

Durante la celebración del 125 Aniversario del hotel, referencié en su página web un resumen de su historia, a fin de que curiosos, clientes y huéspedes tuviesen acceso a esos pasajes de su historia, sin los cuales, la crónica de nuestra ciudad no estaría completa.

Nuestro hotel, patrimonio ciudadano, como extraordinaria seña de identidad hotelera, enclavado en un entorno privilegiado, merece una distinción y especial consideración, como lo merece también nuestro Pueblo Canario, a la espera de su renacimiento.

¡Ojalá que nuestros munícipes no se confundan! Y que nuestros más significativos iconos de la Vega de Santa Catalina continúen su camino, fundamentado en su historia, que es la de nuestra Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

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