La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Parques y Jardines Tala de árboles en la Casa Bautista

La reforma del chalé de Milton daña varias especies protegidas del jardín

El colegio Canterbury compró el inmueble el pasado año para construir una escuela infantil

La reforma del chalé de Milton daña varias especies protegidas del jardín

Las obras que ha realizado el colegio privado Canterbury en la antigua Casa Bautista durante la construcción de su nueva escuela infantil han dañado a varias especies de árboles incluidas en la Orden de Protección de Especies de la Flora Vascular Silvestre de Canarias, como dragos y acebuches. Así lo han confirmado expertos en botánica tras comprobar el aspecto que ahora luce el que fuera uno de los jardines más importantes de Ciudad Jardín. Tan solo una palmera canaria -amparada también por la citada normativa regional- sobrevive en el espacio en el que habitaba más de una quincena de especies arbóreas, según se aprecia tras los muros del inmueble que se ubica en la plazoleta Milton. No obstante, se desconoce si, en vez de la tala, el centro educativo ha transplantado la flora que contaba con más de seis décadas de vida en otro lugar, ya que este periódico intentó ponerse en contacto con la entidad escolar sin éxito. Por ello, se ha emprendido una campaña para la creación de un catálogo que salvaguarde de manera más específica la flora urbana de la capital.

Fue a principios del año pasado cuando Canterbury School se hizo con el inmueble diseñado por el arquitecto grancanario Miguel Martín- Fernández de la Torre para su tío Dionisio Bautista Martín- Fernández, de ahí que se le conociera antiguamente como Casa Bautista. El colegio inglés compró al Estado la edificación por 2.350.000 euros después de que quedase desierta la subasta de la que hasta 2009 fue sede de Televisión Española (TVE).

El 30 de enero de 2015 fue la fecha en la que el consejo municipal de patrimonio histórico aprobó el cambio de uso de la casona a educativo. Por su valor patrimonial, el edificio cuenta con la protección integral del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad que impide cualquier acción directa sobre él, si bien el Canterbury tenía previsto instalar la escuela infantil en el anexo trasero del chalet que se construyó durante el periodo de TVE. Una obra para la cual el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria le dio permiso tras la pertinente revisión del proyecto por parte de los técnicos. Es en este punto donde los expertos aseguran que comienza la complicación para la flora de la Casa Bautista, debido al "limbo legislativo existente".

Anterior gobierno

Según explicó el concejal de Urbanismo del Consistorio capitalino, Javier Doreste, las empresas privadas como el Canterbury "no detallan de manera específica todas las intervenciones que van a realizar, sino tan solo aquellas que tienen que ver con actuaciones urbanísticas". No obstante, el edil desconoce el proyecto del colegio, cuyo expediente nunca ha llegado a ver "porque se concedió la licencia durante el anterior mandato popular" y, por lo tanto, cuando se pudo hacer algo, ellos no estaban en el Gobierno local, explicó. En cualquier caso, en lo que a la materia forestal se refiere, Doreste indicó que quien tiene competencias es el Cabildo de Gran Canaria.

Y es que resulta que varias especies de las que había plantadas en el jardín de la casa de la plazoleta Milton están protegidas, pero por la Administración regional. Es el caso de la palmera canaria que todavía sobrevive en el espacio, pero también de los dragos y acebuches que corrieron peor suerte, dada su evidente ausencia tras los muros del enclave. Todas estas especies aparecen recogidas en el listado de la Orden de la Consejería de Política Territorial, sobre protección de especies de la flora vascular silvestre de la Comunidad Autónoma de Canarias. Esta normativa, aprobada el 20 de febrero de 1991, se puede consultar en la página web del Gobierno canario. Además, el artículo 216 del Reglamento de Gestión del Planeamiento de Canarias señala que "todo acto de edificación y uso del suelo requerirá la preceptiva y previa licencia municipal", en casos como "la tala o poda de masas arbóreas o de árboles aislados que, por sus características, puedan afectar al paisaje o estén protegidos por la legislación sectorial" correspondiente.

"El problema es que la capital grancanaria carece de una protección específica en la que el arbolado esté protegido de talas o actuaciones similares y, lo que está claro, es que todo acto de este tipo requiere una licencia municipal", aseveró el doctor en Botánica, Carlos Suárez. Según recordó, en el año 2000, el Plan General Municipal de Ordenanza de la ciudad contemplaba también la protección del arbolado. Concretamente, el artículo 6.8.18 en su punto número 4 recogía que "cuando una obra pueda afectar a algún ejemplar arbóreo, público o privado, se indicará en la solicitud de licencia correspondiente señalando su situación en los planos topográficos que se aporten". Y prosigue: "En cualquier caso, la tala de un árbol o grupo de árboles, aún siendo privados, cuando sean de porte, estará sujeta a licencia municipal".

Actualmente, es la ordenanza general de Convivencia Ciudadana la que menciona la flora urbana en su capítulo 4. En el apartado número cinco del artículo 15, aparece recogido que "los proyectos de edificios de nueva construcción o reforma deberán prever los accesos durante las fases de ejecución de las obras, para que no se perjudiquen los elementos estructurales y el arbolado existente. Excepcionalmente, el Ayuntamiento podrá autorizar su desplazamiento". Pero esto, "no es suficiente", desde el punto de vista de Suárez.

"Esto es tan solo la punta del iceberg de lo que está ocurriendo en la ciudad. Creo que la protección y el mantenimiento del arbolado de la ciudad no se puede dejar en manos de una empresa privada sin que el Ayuntamiento controle lo que se está haciendo", apuntó. "Y no creo que se pueda afirmar que en los jardines privados puedan hacer lo que quieran sin control municipal de técnicos que valoren la actuación. Tiene que haber un informe que avale esta acción".

Y es que tal y como señaló el arquitecto Faustino García Márquez, "lo que se protege es el inmueble y eso abarca a todo aquello que no se mueve". Desde su punto de vista, "no se puede separar el edificio de su entorno ni de aquello que forma parte del inmueble". Y, según aseveró, "existen en Ciudad Jardín flamboyanes que son más importantes que las propias edificaciones". De ahí que tanto él como Carlos Suárez defiendan y respalden la iniciativa de la plataforma ciudadana que, a través de la página change.org en la que ya se puede pasar a firmar, promueve la defensa del patrimonio natural de la ciudad mediante la creación de un catálogo. Una idea que ya se lleva a cabo en otras ciudades tan cercanas como Santa Cruz de Tenerife.

Compartir el artículo

stats